Frederich Cepeda impulsó a Pinar del Río
Frederich Cepeda cargó con Pinar de Río y colocó a los Vegueros en la final de la Serie del Caribe 2015, tras empujar cinco carreras en el triunfo 8-4 contra Caribes de Anzoátegui, que marchaba invicto en el torneo y llegó al Estadio Municipal Hiram Bithorn como el gran favorito para alzar la copa de campeón.
San Juan, Puerto Rico, 08 de febrero, 2015 (D58).- El veterano, miembro de la selección de Cuba, conectó cuatro hits, incluidos dos dobles y un triple para una vez más ser alzado en hombros por sus compañeros.
«Ha sido un partido muy importante para mí», dijo el toletero derecho, de 34 años de edad, que ha asistido a dos Juegos Olímpicos y fue figura de los antillanos en las dos primeras ediciones del Clásico Mundial de Beisbol. «He vivido muchos momentos, buenos y malos, como atleta, pero estar por primera vez en este torneo y acceder a la final, es algo grande. Es un campeonato más, un evento más en el que Cuba o Pinar del Río, se crece».
El campeón de la Serie Nacional asiste por segundo año seguido como equipo invitado al Clásico del Caribe y por primera vez desde 1960 un club cubano tendrá la posibilidad de ganar el título del evento.
Anzoátegui llegó a semifinales con récord perfecto en cuatro desafíos y Daryl Thompson, el as de su rotación, con los días de descanso reglamentarios, en un torneo que no da respiro. El derecho había sorteado los primeros cinco innings del encuentro en blanco, pero luego de permitir dos hits y sacar el primer out del sexto, el manager Omar López decidió usar su bullpen.
Hasta ese momento los relevistas orientales exhibían 0.54 de efectividad, en 16.2 innings. Pero Cepeda recibió a Tiago Da Silva con un triple y anotó por error del campocorto Orlando Arcia. El partido se acercó 4-3 y comenzó a abrirse una brecha.
Luego, en el séptimo, el confiable Amalio Díaz no pudo mantener la diferencia y los Vegueros pisaron el plato cinco veces, tres de esas anotaciones impulsadas por biangular de Cepeda, que dio el golpe de gracia.
Hasta hoy, los cubanos apenas habían anotado siete veces en la competición.
«Así es el beisbol y desafortunadamente no pudimos hacer nuestro mejor juego esta noche», se lamentó el piloto venezolano López. «Aquí no se trata de buscar culpables. El principal culpable soy yo. Creo que pudiéramos decir que le fallé a Venezuela. Los muchachos dieron todo, desde principio a fin. Pero esta es la parte difícil de este negocio y cada día aprendemos de eso, es un aprendizaje para todos».
Pinar del Río pasó a semifinales con un triunfo en cuatro salidas y ahora se medirá los Tomateros de Culiacán para dirimir el campeonato el domingo.
«Esto es prácticamente igual que cuando terminamos en Venezuela en primer lugar con 39 victorias y el 2 de enero estábamos comenzando desde cero. Ya no valían nada esos triunfos. Solo nos daban el derecho de escoger primeros en el Draft y comenzar en casa. Aquí nos ganamos el derecho de jugar de noche y medirnos al cuarto lugar. El formato de este torneo es como un Round Robin de un solo juego. Cuba vino y aprovechó las brechas. No pudimos parar a Cepeda».
Anzoátegui ganaba 4-0, luego de anotar una en el tercero, impulsada por Ehire Adrianza, y tres más en el cuarto, remolcadas por Félix Pérez y José Gil, además de la complicidad de un error del catcher Yosvani Alarcón.
Pero una vez, debajo en el marcador, no pudo remontar, como lo había hecho en tres de sus cuatro primeros encuentros.
«Las bases por bolas son mortales, por eso hoy en día la sabermetría está reinando en el beisbol. Al embasar a alguien otorgas la oportunidad de anotar. Los relevistas fallaron en la secuencia de los pitcheos», abundó López.
El derecho Norge Ruiz sustituyó al tambaleante Freddy Álvarez en el cuarto tramo, con dos outs, y tiró 4.1 capítulos en blanco, para llevarse el triunfo.
«A medida que el encuentro fue pegándose para luego tomar ventaja, la tensión y la presión aumentaron», destacó Ruiz, que estaba anunciado para una eventual final. «Pero los lanzamientos rompientes funcionaron bien en la zona baja y le saqué provecho a los bateadores contrarios. Sabía la responsabilidad que tenía».
A Ruiz le siguió Héctor Mendoza, que retiró el noveno por la vía rápida con dos ponches.
«Fue un juego tenso de principio a fin, que parecía que se iba por un solo lado. El equipo de Venezuela fue el más estable en todos los departamentos y tiene un gran mérito, aunque haya perdido este juego. Cualquiera gana un partido en un momento determinado, pero eso no le quita la gran serie que hizo», enfatizó Alfonso Urquiola, el estratega de los Vegueros.
Pinar del Río llegó a semifinales con apenas ocho lanzadores, luego que el derecho Vladimir Gutiérrez abandonara la delegación, junto con el campocorto Dainer Moreira. Pero la actuación de Ruiz le dio un respiro al agobiado cuerpo monticular cubano.
«Todo el mérito para él. Nos mantuvo en el juego», señaló Cepeda, que juega para los Gigantes de Yomiuri en Japón.
«No es la mejor manera de retirarse de la Isla del Encanto. Nos vamos con un sabor amargo. Pero dimos el todo por el todo, luchamos hasta el final», concluyó López.
Pese a la desilusión del estratega valenciano, sus dirigidos completaron una temporada de ensueño.
Anzoátegui terminó con récord de 58-31 en la temporada, incluida la Serie del Caribe, lo que iguala el récord de triunfos para la LVBP en un año, que antes compartían Cardenales de Lara (58-35, .624), en la zafra 1997-1998, y Tigres de Aragua (58-33, .637), en la 2006-2007. Solo que los orientales lograron un mejor porcentaje de triunfos (.652).
San Juan, Puerto Rico, 08 de febrero, 2015 (D58).- El veterano, miembro de la selección de Cuba, conectó cuatro hits, incluidos dos dobles y un triple para una vez más ser alzado en hombros por sus compañeros.
«Ha sido un partido muy importante para mí», dijo el toletero derecho, de 34 años de edad, que ha asistido a dos Juegos Olímpicos y fue figura de los antillanos en las dos primeras ediciones del Clásico Mundial de Beisbol. «He vivido muchos momentos, buenos y malos, como atleta, pero estar por primera vez en este torneo y acceder a la final, es algo grande. Es un campeonato más, un evento más en el que Cuba o Pinar del Río, se crece».
El campeón de la Serie Nacional asiste por segundo año seguido como equipo invitado al Clásico del Caribe y por primera vez desde 1960 un club cubano tendrá la posibilidad de ganar el título del evento.
Anzoátegui llegó a semifinales con récord perfecto en cuatro desafíos y Daryl Thompson, el as de su rotación, con los días de descanso reglamentarios, en un torneo que no da respiro. El derecho había sorteado los primeros cinco innings del encuentro en blanco, pero luego de permitir dos hits y sacar el primer out del sexto, el manager Omar López decidió usar su bullpen.
Hasta ese momento los relevistas orientales exhibían 0.54 de efectividad, en 16.2 innings. Pero Cepeda recibió a Tiago Da Silva con un triple y anotó por error del campocorto Orlando Arcia. El partido se acercó 4-3 y comenzó a abrirse una brecha.
Luego, en el séptimo, el confiable Amalio Díaz no pudo mantener la diferencia y los Vegueros pisaron el plato cinco veces, tres de esas anotaciones impulsadas por biangular de Cepeda, que dio el golpe de gracia.
Hasta hoy, los cubanos apenas habían anotado siete veces en la competición.
«Así es el beisbol y desafortunadamente no pudimos hacer nuestro mejor juego esta noche», se lamentó el piloto venezolano López. «Aquí no se trata de buscar culpables. El principal culpable soy yo. Creo que pudiéramos decir que le fallé a Venezuela. Los muchachos dieron todo, desde principio a fin. Pero esta es la parte difícil de este negocio y cada día aprendemos de eso, es un aprendizaje para todos».
Pinar del Río pasó a semifinales con un triunfo en cuatro salidas y ahora se medirá los Tomateros de Culiacán para dirimir el campeonato el domingo.
«Esto es prácticamente igual que cuando terminamos en Venezuela en primer lugar con 39 victorias y el 2 de enero estábamos comenzando desde cero. Ya no valían nada esos triunfos. Solo nos daban el derecho de escoger primeros en el Draft y comenzar en casa. Aquí nos ganamos el derecho de jugar de noche y medirnos al cuarto lugar. El formato de este torneo es como un Round Robin de un solo juego. Cuba vino y aprovechó las brechas. No pudimos parar a Cepeda».
Anzoátegui ganaba 4-0, luego de anotar una en el tercero, impulsada por Ehire Adrianza, y tres más en el cuarto, remolcadas por Félix Pérez y José Gil, además de la complicidad de un error del catcher Yosvani Alarcón.
Pero una vez, debajo en el marcador, no pudo remontar, como lo había hecho en tres de sus cuatro primeros encuentros.
«Las bases por bolas son mortales, por eso hoy en día la sabermetría está reinando en el beisbol. Al embasar a alguien otorgas la oportunidad de anotar. Los relevistas fallaron en la secuencia de los pitcheos», abundó López.
El derecho Norge Ruiz sustituyó al tambaleante Freddy Álvarez en el cuarto tramo, con dos outs, y tiró 4.1 capítulos en blanco, para llevarse el triunfo.
«A medida que el encuentro fue pegándose para luego tomar ventaja, la tensión y la presión aumentaron», destacó Ruiz, que estaba anunciado para una eventual final. «Pero los lanzamientos rompientes funcionaron bien en la zona baja y le saqué provecho a los bateadores contrarios. Sabía la responsabilidad que tenía».
A Ruiz le siguió Héctor Mendoza, que retiró el noveno por la vía rápida con dos ponches.
«Fue un juego tenso de principio a fin, que parecía que se iba por un solo lado. El equipo de Venezuela fue el más estable en todos los departamentos y tiene un gran mérito, aunque haya perdido este juego. Cualquiera gana un partido en un momento determinado, pero eso no le quita la gran serie que hizo», enfatizó Alfonso Urquiola, el estratega de los Vegueros.
Pinar del Río llegó a semifinales con apenas ocho lanzadores, luego que el derecho Vladimir Gutiérrez abandonara la delegación, junto con el campocorto Dainer Moreira. Pero la actuación de Ruiz le dio un respiro al agobiado cuerpo monticular cubano.
«Todo el mérito para él. Nos mantuvo en el juego», señaló Cepeda, que juega para los Gigantes de Yomiuri en Japón.
«No es la mejor manera de retirarse de la Isla del Encanto. Nos vamos con un sabor amargo. Pero dimos el todo por el todo, luchamos hasta el final», concluyó López.
Pese a la desilusión del estratega valenciano, sus dirigidos completaron una temporada de ensueño.
Anzoátegui terminó con récord de 58-31 en la temporada, incluida la Serie del Caribe, lo que iguala el récord de triunfos para la LVBP en un año, que antes compartían Cardenales de Lara (58-35, .624), en la zafra 1997-1998, y Tigres de Aragua (58-33, .637), en la 2006-2007. Solo que los orientales lograron un mejor porcentaje de triunfos (.652).
Redacción: Alexander Mendoza LVBP
Publicado por: Redacción D58
el:
2/08/2015 07:51:00 p. m.
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