Después de la vorágine mediática que engulló al madrileño tras salir en defensa de una mujer maltratada en su último concierto, hoy la música de Alejandro Sanz volvió a ser la única protagonista del espectáculo que ofreció durante la tercera jornada del Festival de Viña del Mar.

Viña del Mar, Chile, 25 de febrero de 2016 (D58).- De su show se llevó gaviota de oro y plata y también se dio el gusto de invitar al escenario a tres mujeres del mundo de la música: Paty Cantú, Javiera Mena y Ana Torroja. 

Las luces se apagaron y un griterío ensordecedor encendió el anfiteatro de la Quinta Vergara. Sanz apareció por la gradas, entre sus enfervorizadas seguidoras, y recorrió los metros que le separaban del escenario al grito de «¡Chi, chi, chi, le, le, le!»: El músico estaba en su salsa.

«Me da muchísimo gusto estar aquí esta noche. Se ven más guapas y guapos que nunca. ¡Viva Chile!», vociferó el cantante.

El madrileño con raíces andaluzas invitó a sus seguidores a viajar a través de sus grandes éxitos y a curar sus «corazones partíos» con dosis de almíbar y jarabe de su nuevo álbum «Sirope» (2015).

Con «Quisiera ser», «El alma al aire» y «Desde cuándo» (tema que interpretó junto a la mexicana Paty Cantú) el compositor del himno «Corazón Partío», puso el tono de un emotivo concierto de una hora y cuarto que deleitó a las 15.000 almas que abarrotaban el anfiteatro de la ciudad costera chilena.

Este fue su primer recital después de que el pasado sábado, Sanz se convirtiera en un símbolo de la lucha por la erradicación de la violencia de género al interrumpir su concierto en México para expulsar a un hombre que estaba maltratando a su mujer.

El valiente gesto, más eficaz que cualquier campaña de concienciación, desató una oleada de cumplidos de personalidades como Antonio Banderas e instituciones como la Policía Nacional, sin embargo, Sanz no le quiso dar más importancia. «Cualquiera habría hecho lo mismo», dijo este martes en Chile durante una rueda de prensa.

A sus 47 años, el artista español con mayor número de premios Grammy ha vendido más de 23 millones de copias y ha colaborado con iconos de la talla de Alicia Keys, Juan Luis Guerra o Tony Bennet.

Uno de los momentos más emotivos de la velada llegó con la melancólica «Y, ¿Si fuera ella?», una de las melodías de su álbum «Más» (1997) (reconocido por la crítica como uno de los más sólidos de la historia de la música española), que el público entonó a pleno pulmón.

Javiera Mena, la estrella latinoamericana del electropop se atrevió a acompañar al artista con la flamenca «Corazón partío», convertido en uno de los éxitos intergeneracionales del pop español.

La cantante chilena, representante de la nueva ola musical del país austral, subió al escenario visiblemente nerviosa, olvidó parte de la letra de la canción y desafinó en distintos momentos.

A continuación, el músico caracterizado por su sensibilidad innata para hablar de la vida y el amor invitó también a la exvocalista de Mecano, Ana Torroja, a acompañarlo con «Un zombi a la intemperie», el primer sencillo de su nuevo trabajo.

«Estar aquí es como una canción nueva. ¡Ruge Viña!», gritó Sanz pletórico.

La rítmica «Looking for paradise», que el español grabó junto a la cantante y compositora de R&B Alicia Keys, consiguió poner en movimiento los esqueletos de los millares de asistentes, quienes vibraron con la brillante interpretación de Sara Devine, una de sus coristas que acompañaron a Sanz durante todo el espectáculo.

El rompecorazones español también echó mano de clásicos como; «No es lo mismo», «Viviendo de prisa» o la romántica «A que no me dejas», una pequeña joya emocionante y desgarradora de su última producción.

Sanz abandonó el escenario de Viña del Mar por donde había venido, entre sus incondicionales, quienes esta noche disfrutaron de un concierto en el que la música volvió a ser la única protagonista. 

Redacción: Júlia Talarn Rabascall / EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE












El cantante madrileño Alejandro Sanz, quien el pasado sábado se bajó de un escenario en México para salir en defensa de una mujer del público que estaba siendo acosada por un hombre, dijo hoy en Chile que la persona que presencia el maltrato y no hace nada también es un «canalla».

Viña del Mar, Chile, 23 de febrero de 2016 (D58).- «Quiero creer que cualquiera en mi situación habría actuado de la misma manera. El que hace algo así es un canalla, pero el que lo ve y no hace nada también lo es», explicó Sanz durante una rueda de prensa previa a su actuación de este miércoles en el festival de la ciudad chilena de Viña del Mar.

El pasado sábado el cantante dejó su concierto de lado y bajó del escenario de Rosarito, en el estado mexicano de Baja California, para defender a una mujer que estaba siendo agredida por un hombre, que finalmente fue expulsado de la sala. «Eso no se hace», dijo Sanz en ese momento.

La reacción del músico ha desatado una oleada de cumplidos en las redes sociales y personalidades como Antonio Banderas o instituciones como la Guardia Civil o la Policía Nacional de España han aplaudido el gesto del músico, sin embargo, Sanz no le quiso dar más importancia.

«No hice nada extraordinario creo que actué por puro instinto, vi algo que creía que estaba mal. Me parece que maltratar a cualquier persona no está bien, pero sobretodo a las mujeres me parece mucho peor», agregó.

Aunque reconoció que hizo lo que cualquier de sus amigos hubiera hecho, con este gesto Sanz se ha convertido estos días en un símbolo de la lucha por la erradicación de la violencia de género, oportunidad que el músico aprovechó para recordar la importancia de denunciar.

«No nos podemos quedar callados, tenemos que estar siempre atentos a estas cosas», dijo Sanz quien hizo énfasis en la necesidad de «concienciarse» para poder actuar frente a este tipo de casos.

«Hay una especie de guerra silenciosa. Solo en España cada año mueren entre 50 y 60 mujeres por violencia machista, creo que es muy importante que en todos los países seamos muy conscientes de ello y actuemos en contra de cualquier acto de este tipo que veamos o que conozcamos», puntualizó el cantante de 47 años.

Asimismo, Sanz criticó la falta de políticas públicas para frenar el feminicidio, que solo en México ha acabado con la vida de miles de mujeres en los últimos años.

«Creo que en México hay que hacer algo (...). El Gobierno tiene que ponerse manos a la obra», recalcó el cantante, quien tildó el caso de Ciudad de Juárez de «escandaloso».

Aunque México se encuentra entre los estados con más víctimas de violencia de género, Sanz recordó que hay «otros países civilizados como Austria donde también existen este tipo de casos».

«Creo que hay que exigir a nuestros gobernantes que pongan cartas sobre el asunto para poder trabajar a favor de una sociedad más justa», sentenció.

El músico, que piensa que la lucha por la igualdad de género no es un campo exclusivo de las mujeres, dijo considerarse «personalista» y «pacífico».

«Me declaro antiviolencia totalmente y sobre todo antiviolencia contra las mujeres, creo que hay un trabajo muy grande por hacer todavía y si hay que ser feminista se es», concluyó Sanz. 

Fuente: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE