China se encuentra explorando la Luna con sus sondas Chang'e 3 y el vehículo Yutu Rover, diseñado para explorar la superficie del satélite y gracias a las cámaras integradas en estas máquinas se pudo captar la superficie del satélite natural con una nitidez nunca antes vista.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 1 de febrero de 2016 (D58).- En el marco de esta exploración, la China National Space Administration publicó las primeras imágenes en alta definición de la superficie lunar.

Las fotografías fueron captadas desde el 14 de diciembre de 2013 cuando la sonda logró un alunizaje controlado en la región de Mare Imbrium, el segundo mayor «mar lunar».

Se espera que la misión Chang'e 3 pueda retornar a la Tierra en 2017 y logre brindar muestras de la superficie del satélite natural.

Fuente: 24horas
Fotos: Agencias






 





La vida en otros planetas pudo haberse extinguido en su etapa temprana debido a su incapacidad de sobrevivir a las condiciones extremas de los planetas en formación, según un estudio divulgado este miércoles 27 de enero, en Australia.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 27 de enero de 2016 (D58).- La investigación de la Universidad Nacional Australiana, que analiza cómo podría evolucionar la vida en el Universo, sostiene que las nuevas formas de vida mueren debido al calor o frío extremo de los planetas que comienzan a surgir.

«La vida que comienza a emerger en todos esos planetas rocosos húmedos se apaga ya sea por gigantescos impactos o la incapacidad de controlar los efectos invernadero o de glaciación», dijo el coautor de este estudio, Charley Lineweaver, a la cadena ABC.

Pese a que en el Universo abundan las condiciones para que se genere la vida, esta se extingue con rapidez en su fase inicial, lo que impide que evolucione a formas más complejas.

«La vida temprana es frágil, así que creemos que es muy raro que evolucione lo suficientemente rápido para sobrevivir», añadió Aditya Chopra, coautor del estudio publicado recientemente en la revista Astrobiology.

La divulgación del trabajo coincide con los preparativos de un multimillonario proyecto que utilizará un telescopio australiano para encontrar vida extraterrestre y que cuenta con el apoyo del cosmólogo Stephen Hawking.

Fuente: EFE
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Un noveno planeta, gigante y glacial, se asoma más allá de Plutón, dentro del Sistema Solar, anunciaron este miércoles 20 de enero, los astrónomos del Instituto de Tecnología de California, Estados Unidos.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 20 de enero de 2016 (D58).- Oculto tras la órbita de Plutón, el llamado «Planeta Nueve» tiene una masa que al menos quintuplica la de la Tierra y podría llegar a multiplicarla por 10, según publicó el Astronomical Journal.

El hallazgo del nuevo planeta se infirió de la existencia de un movimiento recientemente descubierto entre los llamados «planetas enanos» y otros objetos diminutos, en el espacio exterior.

Los planetas enanos se ven aparentemente afectados por una fuerza gravitatoria que solo puede proceder de un planeta oculto, un «perturbador masivo», en palabras de los astrónomos que lideraron el estudio: Michael Brown y Konstantin Batygin.

Sin embargo, Brown y Batygin aún no han conseguido observar directamente el «Planeta Nueve» y en este momento los científicos tratan de demostrar su teoría con la ayuda de telescopios.

La dificultad en la observación directa del planeta se debe a que se encuentra 20 veces más lejos que el octavo planeta, Neptuno.

Además, en consecuencia, la oscuridad que conlleva la lejanía del Sol dificulta todavía más la visibilidad del planeta.

Con un diámetro que puede ser hasta cuatro veces mayor que el de la Tierra, de confirmarse la existencia del nuevo planeta, este sería el quinto más grande, por detrás de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Fuente: EFE
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Un equipo de astrónomos liderado por Tanio Díaz-Santos, de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile, ha logrado observar la turbulenta actividad que vive la galaxia más brillante que se conoce en el Universo, en el proceso de expulsar la totalidad de su suministro de gas de formación estelar.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 17 de enero de 2016 (D58).- Los astrónomos, explicó en un comunicado el Observatorio Austral Europeo (ESO), utilizaron el radiotelescopio ALMA situado en el desierto chileno de Atacama para estudiar el cuásar W2246-0526.

Los cuásares son galaxias distantes con agujeros negros súper masivos muy activos en sus núcleos, que arrojan potentes chorros de partículas y radiación, y el W2246-0526 es la galaxia más luminosa conocida.

Los investigadores decidieron escudriñar su interior para rastrear el movimiento de átomos ionizados de carbono entre las estrellas de la galaxia.

«Se hallaron grandes cantidades de este material interestelar en condiciones extremadamente turbulentas y dinámicas, desplazándose a través de la galaxia a una velocidad de dos millones de kilómetros por hora», destaca Díaz-Santos.

Los astrónomos creen que este comportamiento turbulento podría estar vinculado al resplandor extremo de la galaxia, que descarga una luz equivalente a alrededor de 350 trillones de soles.

Esa luminosidad, explicó el ESO, es alimentada por un disco de gas que es sobrecalentado al girar en espiral hacia el agujero negro súpermasivo en el núcleo de la galaxia.

La luz resplandeciente de ese disco, añadió, no escapa directamente, sino que es absorbida por una envolvente y densa capa de polvo, que vuelve a emitir la energía como luz infrarroja.

La región circundante al agujero negro es así al menos cien veces más brillante que el resto, liberando una radiación intensa pero localizada que ejerce enorme presión en toda la galaxia.

«ALMA nos ha demostrado que la furiosa caldera en este galaxia está provocando un desbordamiento», apuntó Roberto Assef, también de la Universidad Diego Portales y líder de las observaciones con ALMA.

Según los científicos, de continuar estas condiciones turbulentas la intensa radiación infrarroja destruiría todo el gas interestelar de la galaxia, que puede madurar y transformarse en un cuásar más tradicional.

Fuente: EFE
Foto: Agencias





Astrónomos de varios países promueven a los majestuosos cielos oscuros del norte de Chile como Patrimonio de la Humanidad, con el fin de protegerlos de la contaminación lumínica que origina el hombre, «por el bien de la ciencia».

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 21 de diciembre de 2015 (D58).- Para ello, diversas organizaciones relacionadas con la astronomía presentarán en los próximos meses, una serie de antecedentes a la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco), con la que están trabajando desde el 2008.

Sin embargo, la Unesco «no reconoce cielos como patrimonio, así que será un territorio físico que tendremos que definir», dijo a EFE el director de la Asociación de Universidades para la Investigación en la Astronomía (Aura) en Chile, Chris Smith.

El científico explicó que para postular al reconocimiento universal «los observatorios que vamos a proponer primero deberán ser proclamados Patrimonio Nacional por el Gobierno de Chile».

«Los sitios elegidos, cuántos kilómetros abarcarán, la zona de protección y los cielos en particular que aún se están decidiendo, ya que el plan que será presentado requiere de mucha rigurosidad», destacó Smith.
El pasado agosto de este año, el sitio Aura del Valle de Elqui, en la norteña región de Coquimbo, se convirtió en el primer espacio de protección internacional de cielos nocturnos en el mundo, bautizado «Santuario de Cielos Oscuros Gabriela Mistral».

La iniciativa de los expertos tiene por objetivo cuidar y dar importancia a estas «ventanas al universo», desde donde se han hecho grandes descubrimientos e innumerables exploraciones de las galaxias.

Actualmente, Chile tiene el 50 % de la observación científica en el mundo y se prevé que para el año 2020 llegará a un 70 %, gracias a las instalaciones que se encuentran en construcción, las que «sumarán grandes avances científicos».

Para Smith, el país austral «ha capturado gran parte del desarrollo astronómico mundial», gracias a las «favorables condiciones del norte para la observación».

Los cielos del norte chileno, que ven pasar nubes muy pocos días del año, además del clima seco y el flujo suave de aire que llega al árido desierto de Atacama desde la costa, permiten observar desde los telescopios imágenes nítidas que los profesionales elogian.

Sin embargo, estos avances científicos van acompañados de un obstáculo, como la instalación de empresas y el crecimiento de las ciudades situadas alrededor de los observatorios.

La «contaminación lumínica», como le llaman a la emisión de luz que se dirige hacia el cielo, lleva años amenazando a la observación astronómica en las cálidas regiones de Chile, lo que «vuelve difícil poder ver los objetos débiles en el espacio, que son ahora los grandes intereses para la ciencia», puntualizó el científico.

Esa contaminación se ha combatido por más de una década, desde que en 1998 se emitió la primera norma lumínica que abarcó las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo para regular la emisión de luces que proyectan los poblados hacia los estrellados cielos en las áreas donde están establecidos los centros astronómicos.

No obstante, los avances tecnológicos y el excesivo gasto de energía de los habitantes, han obligado a los gobiernos regionales a proponer nuevas normas de iluminación de calles y dependencias privadas, a fin de dirigir la luz "hacia el suelo y reglamentar su uso", a través de bombillas LED y laboratorios que ya cumplen con la certificación desde hace algunos meses.

«Esto presenta un gasto inicial, pero a la larga un ahorro del 40 por ciento porque se ilumina con más conciencia y de manera más eficiente», recalcó Smith.

«Hemos hecho un balance de la norma con los habitantes del norte, que están preocupados por la seguridad en las calles y llegamos a un acuerdo. Han colaborado mucho con nosotros», apostilló.

A nivel mundial, los cielos del hemisferio sur son un campo inagotable para el estudio de la astronomía y tienen un valor incalculable para la ciencia, donde más allá de sus ventajas naturales, también existen factores sociales que un país como Chile entrega a los astrónomos extranjeros.

«La infraestructura chilena es sólida, se pueden invertir millones de dólares en telescopios con toda seguridad, ya que el gobierno del país es estable», señaló Smith.

Se espera que la resolución de los cielos oscuros del norte como Patrimonio de la Humanidad se resuelva en un plazo de entre tres y cinco años, pero ya está en la agenda una propuesta llamada «Ventanas al Universo, de dónde venimos y a dónde vamos» que será presentada a la Unesco.

«Tenemos el apoyo de expertos para que esta idea resulte, por el bien de la ciencia», señaló Smith.
Para esto, los científicos involucrados deben justificar ante el organismo el «valor excepcional universal» que este lugar tiene para que merezca la nominación y el posterior reconocimiento.

«Estos sitios que mencionaremos son tesoros para la ciencia, se han hechos avances notables, es donde hemos conocido casi el 70 por ciento del universo y esperamos aún más», precisó el astrónomo.

Fuente y foto: EFE




Luna vista a las 10 de la noche desde Maracaibo, Venezuela
El eclipse lunar total se pudo observar en Venezuela entre las 9:30 y 10:00 p.m. del 27 de septiembre de 2015. Siendo el segundo de los dos eclipses lunares totales de 2015 y el último de los eclipses de las «Lunas de Sangre» y de la tétrada (seguidillas de eclipse).

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 28 de septiembre de 2015 (D58).- El siguiente eclipse de luna total no ocurrirá hasta el 21 de enero de 2018.

Un eclipse lunar (del latín eclipsis) es un evento astronómico que sucede cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, generando un cono de sombra que oscurece a la luna. Para que suceda un eclipse, los tres cuerpos celestes, la Tierra, el Sol y la Luna, deben estar exactamente alineados o muy cerca de estarlo, de tal modo que la Tierra bloquee los rayos solares que llegan al satélite; por eso, los eclipses lunares solo pueden ocurrir en la fase de luna llena.

Los eclipses lunares se clasifican en parciales (solo una parte de la Luna es ocultada), totales (toda la superficie lunar entra en el cono de sombra terrestre) y penumbrales (la Luna entra en el cono de penumbra de la Tierra). La duración y el tipo de eclipse depende de la localización de la Luna respecto de sus nodos orbitales.

A diferencia de los eclipses solares, que pueden ser vistos solo desde una parte relativamente pequeña de la Tierra y duran unos pocos minutos, un eclipse lunar puede ser visto desde cualquier parte de la Tierra en la que sea de noche y se prolonga durante varias horas.

Finaliza tétrada

Así mismo este 27 de septiembre coincidió con el final (por esta decada) del ciclo de «lunas de sangres» o tétrada, es decir una serie de 4 eclipses totales consecutivos que ocurrirán en intervalos de seis meses, aproximadamente.

Tétrada entre 2014 y 2015.
 
En el 2014: 15 de abril (14 en Vzla.) y le siguió el 8 (7 en Vzla.) de octubre.
En el 2015: 4 (3 en Vzla.) de abril y le siguió el 28 (27 en Vzla.) de septiembre.

La siguiente tétrada será entre 2032 y 2033.
 
En el 2032: 25 de abril y le sigue el 18 de octubre.
En el 2033: 14 de abril y le sigue el 8 de octubre.

Pero este eclipse lunar total tuvo otra particularidad especial, vino acompañado por otro fenómeno lunar llamado «Súper luna».

Súper luna
 
Se denomina súper luna (término proveniente en realidad de la astrología y no de la astronomía) al fenómeno satelital en el cual una luna llena se encuentra a no más de un 10 por ciento de su punto más cercano a la Tierra en el recorrido de su órbita (el perigeo).

Esto se da debido a que la órbita lunar es elíptica y su centro no corresponde con el centro de la Tierra. En dichos casos, se la suele apreciar más grande y más brillante de lo normal.

En esta última súper luna del 27 de septiembre de 2015, la misma se pudo ver un 14 por ciento más grande de lo regular.

El siguiente eclipse de luna total no ocurrirá hasta el 21 de enero de 2018, así mismo la próxima súper luna ocurrirá el 26 de octubre de 2015 y la siguiente tétrada, no sucederá hasta el 2032.

Redacción con fuente web: Vargas, Mariana
Fotos: Villasmil, Henry.

La luna vista a las 9:30 de la noche, desde Maracaibo, Venezuela
 




El observatorio Kepler ha descubierto dos nuevos planetas similares a Saturno que orbitan alrededor de una estrella y otro tercer posible candidato de un tamaño aproximado a la Tierra, según anunció hoy la NASA.
Washington, 26 ago (EFE).-

Esta es la primera vez que la sonda, gracias a sus complejos sistemas, capta más de un planeta transitando alrededor de una estrella.

Según los científicos, este hallazgo permitirá entender mejor el origen y evolución de los planetas a partir de los cálculos de densidad, masa y temperatura, y el análisis de la interacción de ambos cuerpos entre ellos y su estrella.

Los dos planetas han sido nombrados como Kepler 9b y Kepler 9c, y orbitan a una distancia de 2.000 años luz de la Tierra.

Su composición es similar a la de Saturno porque están formados de gases, posiblemente de hidrógeno y helio, según explicó en una conferencia telefónica el director del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, Matthew Holman.

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El experto y su equipo han analizado siete meses de los datos de 156.000 estrellas enviados por el potente telescopio, que en su primer año de vida descubrió cinco cuerpos planetarios más allá del sistema solar, denominados exoplanetas.

En ese periodo observaron el movimiento de cada planeta y el tiempo empleado en cada vuelta alrededor de la estrella.

Según el estudio que se publicó hoy en la revista especializada en ciencia "Science", los científicos descubrieron que los periodos de transición de los planetas variaban entre 19,2 y 38,9 días.

Estas variaciones de tiempo se deben a fuertes interacciones gravitacionales entre los recién descubiertos planetas, señalaron.

"Los datos de alta calidad de Kepler y la cobertura durante todo el día del movimiento de los objetos permiten establecer una gran cantidad de mediciones únicas entre la estrellas madre y sus sistemas planetarios", indicó Doug Hudgins, científico del programa Kepler.

La distancia del planeta a la estrella puede ser calculada midiendo el tiempo que transcurre entre las sucesivas rotaciones, mientras el planeta gira alrededor de su estrella.

Precisamente las variaciones en la regularidad de los giros pueden ayudar a determinar la masa de los planetas y detectar otros planetas que no transiten en el sistema.

En cuanto al tercer planeta, los científicos informaron que necesitarían un mayor análisis para confirmar su existencia, pero que podría ser de un tamaño un poco mayor que la Tierra.

Kepler se ha convertido en un componente crucial de los esfuerzos de la NASA por encontrar y estudiar planetas con características similares a las de la Tierra.

El objetivo de Kepler, lanzado en marzo de 2009, es recoger datos y pruebas de planetas en zonas alrededores de estrellas ("Goldilocks zone") con condiciones de temperatura medias, de manera que pueda existir agua líquida y, por tanto, vida.

El telescopio puede detectar cambios en el brillo de las estrellas de 20 partes por millón y las imágenes que transmite son captadas por una cámara con una resolución de 95 megapíxeles (es decir 95 millones de píxeles).

Con sus instrumentos, Kepler trata de determinar la existencia de los exoplanetas a través de los cambios de luz que reflejen sus estrellas cuando los posibles planetas pasan entre ellas y el observatorio.

Teóricamente, si esos cuerpos observados por Kepler son similares a la Tierra tendrían que completar una órbita de alrededor de un año en torno a su estrella.

Una vez detectado uno de esos planetas y confirmada su posición, los telescopios espaciales Hubble y Spitzer podrían continuar con la observación.

Hasta ahora, los astrónomos han logrado identificar mediante diversos sistemas de detección la existencia de 320 exoplanetas. EFE

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