Brujas, a sólo una hora en tren de Bruselas, sencillamente mágica e inolvidable. La Venecia del Norte debido a la gran cantidad de canales que atraviesan la ciudad y la belleza de los mismos. Brujas es un viaje al pasado, un cuento de hadas hecho realidad.
Brujas, Bélgica, 01 de junio 2013 (D58).- El nombre Brujas proviene del noruego antiguo en el siglo XIX «Bryghia» (puentes, muelles y embarcaderos). Capital de la provincia de Flandes Occidental situada al extremo noroeste de Bélgica a 90 km de la capital Bruselas, cuenta en su núcleo urbano con una población de 120.000 habitantes.
Uno de los mayores atractivos de Brujas es su casco histórico, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en el 2001. Es uno de los centros más grandes atractivos europeos, ya que mantiene intactas su estructura arquitectónica medieval, al igual que Ámsterdam y Estocolmo.
Brujas es conocida también como: El lago del amor un remanso de paz y tranquilidad en muros de piedra.
Los canales de Brujas
En la actualidad, los canales de Brujas son utilizados por pequeñas barcas turísticas y atravesados por varios puentes que conectan con las calles de la ciudad. Algunos de los puntos de interés en este recorrido son el Mercado del Pescado, o Vismarkt, que data de 1821 y donde hay restaurantes y artesanos. También aquí se encuentra la Plaza de los Curtidores, con pequeñas estatuas y monumentos relacionados con los trabajadores del cuero.
A tan sólo dos minutos de allí destaca el Muelle del Rosario, uno de los lugares más bellos y fotografiados de toda Brujas. De este lugar parten excursiones por los canales y es uno de los más atractivos por ofrecer un paisaje sin igual: sobre el agua se erigen impresionantes edificios medievales, casas con fachadas clásicas, un mercadillo de antigüedades, bares y restaurantes, además de un encantador puente que conecta las calles y muelles de madera. Se trata de uno de los lugares con mejores vistas de la ciudad, ideal para tomar algo en alguno de sus locales.
Sobre los canales también destaca otro de los rincones más bellos de toda Brujas: Groenerei o «la Orilla Verde», al sur de la Plaza Burg y donde cobran protagonismo los puentes medievales Johanele y Caballo, además de la pintoresca edificación del siglo XVIII «Casa de Caridad del Pelícano».
Por último, en el canal Potterierei se erigen los antiguos astilleros Spiegelrei y Spinolarei, de especial interés dado que desde allí se puede ver el Poortersloge, un lugar que servía de encuentro para la alta sociedad de Brujas.
Los paseos en barca se pueden tomar desde De Meulemeester, Wollestraat Gruuthuse, Nieuwstraat Geogers Stael, Katelujnestraat Michielssens y Hiudenvettersplein Coudenis. Por lo general los recorridos se ofrecen entre las 10:00 y las 18:00 horas, en trayectos de 30 a 45 minutos y por un precio aproximado de 6€.
Grote Markt o Plaza Mayor
Corazón de Brujas, su arteria principal donde se concentran siglos de historia. Uno de los lugares más bellos en Brujas, ahí encuentras uno de los sitios más fotografiados, le llaman Belfort pero en realidad es el Campanario de las Hallen (Torre de Hallen) del año 1248. Es uno de los grandes símbolos de la ciudad. Imponente, inmenso en sus 83 metros de altura, recorta el horizonte de la ciudad.
Cubriendo otro de los lados, el Palacio Provincial del siglo XIX, y justo al lado contrario del Campanario de las Hallen, están las Casas Flamencas, construidas entre los siglos XVI y XVII, el salón de los tejidos o «De Lakenhalle» y el imponente monumento conocido como Atalaya, símbolo de la libertad y de la autonomía de Brujas.
En la Basílica de la Santa Sangre, del siglo XII, situada en el fortín (Burg), se guarda la reliquia de la Santa Sangre de Jesucristo. La Catedral de San Salvador, por su parte, es la iglesia parroquial más antigua de Brujas.
Memling Museum
Una de las visitas obligadas de Brujas son las obras del siglo XV de Memling que se muestran aquí, verdaderos hitos en la historia del arte. El edificio en el que se exhiben es, asimismo, una verdadera joya. Las vistas de sus canales, sus edificios históricos, su aire romántico, dejarán huella en tu memoria.
Museo de la patata frita
El Friet Museum o el museo de la
patata frita, cuyo slogan es «van patat tot friet», es decir, «de patata
a frita» se define como única en el mundo, ya que sólo ella muestra la
historia de la patata y de la patata frita.
El museo está
instalado en un impresionante edificio del siglo XIV, y alberga más de
400 objetos antiguos utilizados en la manipulación de las patatas. Se
interesa también por el origen de la patata frita y la presencia de este
manjar en el arte. Tras la visita se pueden degustar las «frietjes» en
la bodega medieval.
Las murallas, torres y puertas de acceso a la ciudad medieval se conservan prácticamente intactas. Desde hace algunos años el tráfico de vehículos se regula en favor de los peatones. Por eso es recomendable dejar el vehículo en alguno de los lugares de estacionamiento, situados a un paso del centro.
La forma más adecuada de visitar Brujas es a pie para poder disfrutar pausadamente de todos sus encantos. También puedes optar por un paseo en barca recorriendo sus canales medievales, durante el cual podrás contemplar la belleza de esta ciudad con una perspectiva diferente.
No dejes de visitar el Centro y Escuela de Encaje, donde se puede aprender a hacer encaje de bolillos y visitar el museo. Otra de las visitas imprescindibles en Brujas es su apacible Beaterio, una reminiscencia de la Edad Media en pleno corazón de la ciudad.
Brujas también tiene un aspecto actual y dinámico: en 2002 fue Capital Cultural Europea, lo que sirvió para revitalizar la ciudad y poner en marcha una serie de proyectos de la máxima actualidad, como su nuevo Auditorio o Concertgebouw, una impresionante sala de conciertos, con un variado programa de actuaciones y conciertos.
Brujas te sorprenderá por su nutrido calendario de acontecimientos culturales. Uno de los más llamativos es la Procesión de la Santa Sangre, al final de la primavera. También valen la pena las Fiestas de los Canales, o «Reiefeesten», que se celebran cada tres años y rememoran la época medieval en Brujas. Durante el famoso Cactus Festival, que tiene lugar en el romántico parque Minnewater, se pueden escuchar conciertos de blues, reggae y música étnica.
Y si buscas una alternativa a las rutas más frecuentadas, en las afueras de Brujas encontrarás tranquilos senderos, verdes prados y coloridos paisajes. No te pierdas la pequeña localidad de Damme, a sólo 30 minutos en barco por uno de los canales más bellos de Flandes.
Vida nocturna
La vida nocturna de Brujas no se caracteriza por su carácter extremadamente festivo, pero aún así, la ciudad cuenta con una buena variedad de bares y locales con música en directo alrededor de ‘t Zand.
La mayor parte de la acción transcurre en las calles del casco antiguo y a la vuelta de cada esquina parece surgir un acogedor bar que invita al visitante a pararse y disfrutar de una cerveza belga.
Algunos locales recomendados son:
Bares
‘t Brugs Beertje, Kemelstraat 5, The Crash, Langestraat 78, Grand Café du Théâtre, Kuipersstraat 14, Charlie Rockets, Hoogstraat 19, y Wijnbar Est, Noordzandstraat 34.
Discotecas
Break Café, ‘t Zand 9, Thema Café Underwhere?, Kraanplein 6 y Bras Beers and Liquors Pub, ‘t Zand 10.
¿Como llegar a Brujas?
Podemos llegar a Brujas de múltiples maneras. El aeropuerto Internacional de Bruselas es el más cercano, aunque también tenemos el de Ostende a 24 kilometros de distancia. Lo mejor es llegar hasta Bruselas y luego en tren o en autobús a Brujas.
Desde las estaciones Gare du Midi y Gare du Nord salen trenes cada hora, el trayecto dura 50 minutos desde Gare du Midi y una hora desde Gare du Nord.
El precio del billete ronda los 14 Euros por persona adulta. Desde la estación de tren de Brujas se puede ir perfectamente andando al centro, o alquilar una bicicleta durante todo el día por unos 19 Euros, en ambos casos es un paseo encantador.
Aquí dejamos enlance
Alojamiento en Brujas
Recopilación y redacción: Naileth Paola Arrieta Leon