Hacer valer y respetar la identidad del zuliano forma parte del verdadero regionalismo, que nos diferencia del resto de los estados del país. Esta semana celebramos el Día de la Zulianidad, a festejarse este 28 de enero. El gaitero Danelo Badell compartió su orgullo de ser parte de esta tierra.
Maracaibo, Zulia, Venezuela, 26 de enero de 2016, (D58).- «Ser zuliano es un don. A nosotros nos gusta comer en exceso, tomar en la misma cantidad, jugar bolas criollas, escuchar y cantar gaitas; y además, somos exagerados en todo, hasta en el hablar, pero no es culpa nuestra, es parte de esa idiosincrasia que el Señor nos dio», con estas palabras, acompañadas de su gran sonrisa, el gaitero Danelo Badell Galué recoge la esencia del ser zuliano.
Con su particular idiosincrasia, que lo caracteriza por ser uno de los gaiteros que representa el sentir de un pueblo y que refleja viva la identidad del maracaibero, expresó su amor por la tierra que lo escogió para nacer el 26 de noviembre de 1950.
Acomodándose en la silla, al otro lado de la mesa, para conceder la entrevista y con la lucidez de su memoria, que le permite mantener vivos sus recuerdos de otrora, recordó con emoción, que su personalidad fue retratada por su amigo Neguito Borjas, en el tema «Las cosas buenas». Letra que resalta el regionalismo y lo que diferencia al zuliano del resto de los venezolanos.
«"Neguito" me catapultó con ese tema porque se fijó en mí y dijo "ese es el hombre para ese tema" y así como él me retrató, así soy yo», confesó Badell, conocido como «El cañón viejo de la gaita».
Rescatar lo nuestro
Badell, como otros grandes gaiteros, ha dado toda una vida a la gaita, sin embargo, siente que el género es reemplazado por otros como: el reggaeton, la champeta, el merengue y el vallenato, este último predomina en las fiestas zulianas. «Tenemos que rescatar la gaita, porque nos están bombardeando de Colombia con el vallenato, no difiero de la música de otros países porque la música no tiene fronteras, pero si quiero que respeten mi música. Primero nosotros ».
Con nostalgia y los ojos aguarapados, contó una de sus más recientes vivencias al cantar en un evento privado: «esperé hasta las cinco de la mañana que cantaran el vallenato y los mariachis, para montar mi gaita. La gaita tiene que ser la belleza, pero nos dejan de últimos como sobras y eso no puede ser », lamentó.
«Toda una vida»
El parroquiano Astolfo Romero formó parte de la vida de Badell. Fue su amigo, compadre y cantaron juntos en cinco grupos musicales. Este lazo afectivo dejó en Danelo Badell muchas anécdotas, una de ellas y que a pesar del tiempo remueve sus sentimientos, fue grabar el tema «Toda una vida», en el que sin imaginarlo encontraría el nombre de Astolfo como homenaje después de su muerte.
«Wolfang Romero hizo ese tema y agraciadamente lo grabé yo. En el tercer verso habla de Astolfo Romero. Ese verso no estaba hecho, lo hicieron encima de un piano, en el mismo estudio. Yo venía leyendo la letra porque no me la sabía, y me encontré con Astolfo, quien estaba recién muerto. Me puse a llorar, y los productores me dijeron: "lo borramos" yo les dije no, porque es un regalo para mi compadre».
«Fuimos la excepción»
En noviembre pasado, la vida le regaló a Badell otra oportunidad en esta tierra, cuando sufrió un accidente de tránsito, mientras regresaba a Maracaibo, luego de haber cantado en Valera, estado Trujillo.
Al preguntarle sobre lo ocurrido relató: «a las 4:00 a.m. cuando termine de cantar en Valera, me monto en la camioneta que me traería a Maracaibo. En el camino me dormí del cansancio. Cuando veníamos por Lagunillas, según cuenta el conductor, se le atravesó un carro y se salió de la vía. Nos metimos en una finca y nos estrellamos contra un poste. Lo único que recuerdo fue cuando una paramédico me estaba metiendo en la ambulancia».
«El cañón viejo de la gaita» hoy da gracias a Dios y a la Virgen por permitirle otra vida. «La gente dice que en la Lara-Zulia, de mil, uno y nosotros fuimos la excepción».
Redacción: Vílchez, Mileidy