Un grupo de investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) descubrió que las hormonas del estrés incrementan la propagación del cáncer al afectar al sistema linfático, una red de vasos sanguíneos que transporta un líquido llamado linfa a través del cuerpo. Según un experimento en ratones publicado en la revista británica Nature, hay pruebas que confirman que el estrés está asociado a un aumento de mortalidad en los pacientes de cáncer y a niveles avanzados de esta enfermedad en animales.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 2 de marzo de 2016, (D58).- En trabajos anteriores se había constatado que las hormonas del estrés pueden afectar a la formación de los vasos sanguíneos, importantes en la extensión de enfermedades. El sistema linfático también puede fomentar la difusión del cáncer, pero hasta ahora no estaba claro si esto se debía al estrés.

La investigadora Erica Sloan y sus compañeros de la Universidad de Melbourne revelaron que las hormonas del estrés afectan al sistema linfático, y que esto puede dar lugar a la extensión de células cancerígenas en ratones.

Estudiaron a cinco roedores a través de una serie de experimentos, a partir de los cuales demostraron que el estrés incrementa tanto el número como el diámetro de los vasos linfáticos asociados a los tumores.

Mediante un microscopio especial, los autores comprobaron que las hormonas del estrés incrementan el flujo de nanopartículas fluorescentes (que localizan células tumorales) a través del sistema linfático.

Al bloquear la actividad de proteínas que detectan el estrés o aquellas que facilitan la formación de vasos linfáticos, los científicos pudieron reducir la difusión de células cancerígenas en los ratones.

Este nuevo descubrimiento, según los científicos, puede ser útil para ayudar a frenar la extensión de las células que pueden desarrollar una enfermedad oncológica.

Redacción: EFE 
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A la edad de 40 años, la falta de ejercicio no solo envejece el cuerpo, sino que también podría hacer que veinte años más tarde el cerebro sea más pequeño. La advertencia, expuesta en un estudio publicado en la revista de la American Academy of Neurology, se añade a la más creciente evidencia sobre la importancia de mantener un corazón saludable a través de la actividad física.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 23 de febrero de 2016, (D58).- La investigación incluyó a 1.583 personas, con 40 años de edad promedio, que no padecían ni demencia ni enfermedades del corazón.Todas fueron sometidas a una prueba con caminadora, que se repitió dos décadas más tarde, y conjuntamente se les hicieron escáneres cerebrales.

«Encontramos una directa correlación en nuestro estudio entre estar en mala forma y el volumen del cerebro décadas más tarde, indicando un acelerado envejecimiento cerebral», dijo Nicole Spartano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.

El estudio también mostró que las personas que al hacer ejercicio experimentaban subidas en la presión arterial y el ritmo cardíaco con una mayor probabilidad de tener cerebros más pequeños décadas más tarde.

Aunque hace falta corrobar los resultado a una mayor escala, Spartano añadió que el estado físico en la mediana edad «puede ser especialmente importante para millones de personas en todo el mundo, que ya muestran evidencias de enfermedades del corazón».

Por su parte Laura Phipps, de la fundación Alzheimer's Research UK, señaló que si bien «es difícil concluir con ese tipo de estudios que un factor es definitivamente causa del otro, pero los resultados se agregan a la evidencia de que una mala salud cardiovascular a lo largo de la vida podría tener un efecto negativo sobre el cerebro».

En cualquier caso, los especialistas en salud coinciden en señalar que la actividad física ofrece beneficios a cualquier edad.

Un estudio previo del Instituto Beckman de la Universidad de Illinois en Estados Unidos halló que las personas físicamente en forma tienden a tener mayor volumen cerebral y una materia blanca más intacta que quienes no se ejercitan.

Hace 15 años otra investigación con ratones demostró que el ejercicio hace que las neuronas del hipocampo segreguen una proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro que promueve el crecimiento de las neuronas.

Redacción: D58/BBC Mundo 
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