Los Miami Heat conquistaron el tercer anillo de campeón de la NBA de su historia y el segundo consecutivo al vencer por 95-88 a San Antonio Spurs en el séptimo y definitivo partido de la final, dominada por un espectacular LeBron James.
 
Maracaibo, Zulia, Venezuela, 21 de junio 2013 (D58).- La estrella de los Heat, Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada regular y de la final, concluyó con 37 puntos y 12 rebotes. No sólo eso, sino que ofreció una colosal sensación de dominio durante todo el partido.

Junto a él estuvieron Dwyane Wade (22 puntos) y, más sorprendente, Shane Battier (18 tantos, con seis triples en ocho intentos). Y detrás, en las gradas, la hinchada de Miami, exultante.

Los Spurs contaron con Tim Duncan como su mejor jugador gracias a sus 24 puntos y 12 rebotes, mientras Manu Ginóbili completó 18 tantos, aunque perdió cuatro balones, y Kawhi Leonard destacó con 19 puntos y 16 rebotes. Pero echaron de menos una mejor actuación de Tony Parker, quien apenas aportó 10 puntos con una serie de tres canastas en 12 intentos.

Fue un partido de nuevo emotivo y los Heat vencieron porque James volvió a demostrar que no tiene rival en estos momentos. En plena época de madurez, aportó decisiones casi siempre correctas y puntos grandiosos en los instantes en los que el balón quema. Por eso le llaman «El Rey».

El partido comenzó con unos Spurs más seguros y dominantes. A cambio, los Heat mostraron muchos nervios en el inicio, abusando de los lanzamientos interiores y errando casi todos. Por eso, los Spurs no tardaron en situarse con ventaja 11-4.

Pero Parker se fue a descansar al banquillo y los Spurs se descontrolaron. Las entradas en cancha de Battier y Chris Andersen inflamaron a los Heat, que terminaron el primer cuarto con ventaja 18-16.

El equipo de Miami amplió su ventaja a 21-16 al comienzo del segundo cuarto con un nuevo triple de Battier, el tercero de su cuenta hasta el momento, aunque los Spurs minimizaron daños con el regreso a la actividad de Parker (10 tantos al descanso).

En una primera parte marcada por el dominio de las defensas sobre los ataques, destacó Wade en sus minutos finales. Se marchó al descanso con 14 puntos, incluyendo la canasta final con la que concluyó el segundo cuarto y que dio ventaja 46-44 a los Heat. Para entonces, James era el mejor anotador del partido, con 15 puntos, y Tim Duncan llevaba 13 tantos para los Spurs.

Gregg Popovich, el técnico de los Spurs, tenía trabajo por delante, pues su equipo se fue al descanso con apenas un pobre 35 por ciento de acierto en los lanzamientos. A cambio, los Heat cometieron ocho pérdidas de balón, lo que ayudó a explicar la igualdad en el marcador. Era un partido dominado por los nervios, salvo los destellos de las estrellas de siempre.

El tercer cuarto tuvo un claro resumen: James contra los Spurs. La gran estrella de los Heat anotó la mitad de los puntos de su equipo en este periodo (13 de 26), mientras que los Spurs contaron con más equilibrio en su ataque.

El penúltimo cuarto concluyó con un triple desesperado y afortunado de Mario Chalmers a tabla que mantuvo la ventaja local de dos puntos (72-71). Toda una temporada se jugaba en 12 minutos finales y con una tensión casi irrespirable.

Pero nadie sufrió más que los Spurs, con varios jugadores paralizados (Danny Green, Gary Neal), con Parker extrañamente ofuscado y con Ginóbili perdiendo balones. Los Heat habían encontrado la forma de cerrar los caminos hacia Duncan.

James, imperial en el lanzamiento exterior, puso a los Heat con ventaja 83-77 a 5:37 del final con un tiro desde seis metros que hizo inútil el esfuerzo de Duncan. El anillo se acercaba a los dedos de los Heat.

Duncan ofreció toda la resistencia posible para alguien de 37 años, pero le faltó ayuda de sus compañeros. El título se quedó en Miami porque así lo quiso James con un lanzamiento de campeón a 27,9 segundos del final, un robo de balón y dos tiros libres definitivos. James reina y con él los Heat. / DPA





Los Miami Heat forzaron el séptimo y definitivo encuentro de la serie final de la NBA al ganar 103-100 en la prórroga a los San Antonio Spurs tras un duelo épico, vibrante y polémico al final.

Miami, USA, 19 de junio 2013 (D58).- Los Heat remontaron una diferencia adversa que llegó a ser de 13 puntos cerca del final del tercer cuarto de la mano de LeBron James (32 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes) y el veterano Ray Allen, con nueve tantos y el triple que llevó el partido a la prórroga.

El tiempo añadido incluyó una jugada que generará una enorme polémica en las próximas horas, pues con 101-100 para los Heat, Manu Ginóbili recibió una clara falta a 1,9 segundos del final que los árbitros no señalaron. Allen sentenció con dos tiros libres y el jueves se disputará el definitivo encuentro, de nuevo en Miami.

Tim Duncan fue el líder de los Spurs con 30 puntos y 17 rebotes, mientras que Tony Parker hizo 19 tantos y ocho asistencias. Ginóbili se quedó en nueve puntos y, lo que es peor, cometió ocho pérdidas de balón.

Los equipos mostraron claramente sus pretensiones desde el inicio. Mientras los Spurs fiaban buena parte de sus opciones a los movimientos interiores de Duncan, los Heat apostaban por el lanzamiento exterior y las penetraciones de LeBron James. Y en este contexto, fue el conjunto texano el que sacó más ventajas de su propuesta en el inicio.

Si los Heat terminaron el primer cuarto con ventaja 27-25 fue porque contaron con la inesperada contribución de Mario Chalmers, con diez puntos en ese periodo. Aunque para entonces Duncan ya llevaba 12 tantos en su cuenta.

El veterano pívot de los Spurs superaba a cada rival que le marcaba con un curso acelerado de impecables movimientos en el poste bajo: lanzamientos a tabla, quiebros vertiginosos, tiros desde la media distancia, mates y muchas cosas más.

Pero los Spurs no se despegaban en el marcador principalmente por una cuestión: el mal partido de Ginóbili. Decisivo en el quinto encuentro (24 puntos y 10 asistencias), el argentino se marchó al descanso sin canastas y con cuatro pérdidas de balón acumuladas.

Los Heat aprovecharon esta circunstancia, junto con algunos despistes defensivos de los Spurs, para situarse con ventaja de 40-33 a 7:30 del descanso gracias a una nueva canasta de Chalmers.

Pero ahí se atascaron los Heat. De nuevo liderados por Duncan (25 puntos al descanso), los Spurs lograron un parcial 17-4 al cierre de la primera parte, que finalizó con ventaja visitante de 50-44, el silencio del American Airlines Arena y el gesto preocupado de LeBron James (nueve tantos y cinco asistencias para entonces).

Los Heat necesitaban algo diferente y lo encontraron con una fórmula simple, como es la dureza defensiva. Un triple de Ginóbili abrió la segunda mitad, pero el equipo de Miami reaccionó con un parcial 12-4 que le acercó a un punto de los Spurs (57-56).

Pero a los Spurs, como equipo experimentado que es, no les temblaron las piernas y fueron capaces de provocar un parcial de 14-2 para situar una ventaja 71-58 que los Heat redujeron mínimamente al final del tercer cuarto (75-65 para los visitantes).

Para entonces, los Spurs actuaban con un perfecto equilibrio en ataque mientras los Heat recuperaban viejos vicios como las precipitaciones en ofensiva, la ausencia total de juego interior o las batallas en solitario de James, quien erró seis lanzamientos seguidos en el tercer cuarto.

Pero la bestia despertó. Al comienzo del último cuarto, James se echó al equipo a sus espaldas y anotó 11 puntos en el parcial 20-7 que dio la vuelta al duelo, situando a los Heat con ventaja 85-82 a 5:28 del final. El American Airlines Arena se frotaba los ojos, pues pocos minutos antes veían lejana la posibilidad de evitar que título se marchara a San Antonio.

Entonces la tensión se apoderó de la cancha y los errores se sucedieron. Hasta que apareció la magia de Parker. El base francés propició un nuevo volteo del marcador con un increíble triple y una espectacular canasta tras reverso para situar a los Spurs con ventaja de 91-89 a 58 segundos del final.

Pero los Spurs dejaron escapar la sentencia porque desperdiciaron tiros libres y concedieron segundas oportunidades para los triples de los Heat. El último fue para Ray Allen a cinco segundos del final para poner el 95-95. Parker erró la última posesión y el encuentro necesitó cinco minutos más entre el delirio del American Airlines Arena.

La prórroga también fue muy igualada y los Heat entraron en los últimos 55 segundos con mínima ventaja de 101-100. Un error de Dwyane Wade a 9,9 segundos del final propició la última oportunidad de los Spurs, pero Allen la abortó con una clara falta sobre Ginóbili que los árbitros no pitaron.

Luego, el propio Allen sentenció con dos tiros libres entre la amargura de unos Spurs que tuvieron realmente cerca la conquista del anillo. El jueves se vivirá el último asalto. / DPA