Alemania, tras una agónica tanda de 18 penaltis, acabó con la maldición frente a Italia, ganó su primer partido oficial y jugará la semifinal, el 7 de julio, en Marsella, contra el ganador del Francia-Islandia.

Marsella, Francia, 2 de julio de 2016 (D58).-
La tanda de penaltis reflejó un encuentro con mucha más tensión que acierto. Al final, lo resolvió Manuel Neuer, que detuvo el penalti de Matteo Darmian y Hector Jonas, que marcó el decisivo.

Hasta ese momento, estos cuartos de final con sabor a partido grande defraudaron porque, temerosa de la historia Alemania, que nunca le ha ganado a «los azurri» en competición oficial, y respetuosa de los galones del campeón del mundo Italia, los dos gigantes europeos tomaron excesivas precauciones.

En el caso de los de Joachim Löw, éstas comenzaron por el once inicial, con la entrada de Benedikt Höwedes en defensa, en lugar de Julian Draxler.

Alemania no fue reconocible, tuvo el balón pero no combinó. Italia sí, trató de ejercer la misma presión alta que ahogó a España, pero sobre todo, quiso reducir al máximo los errores. Entre las dos, ofrecieron un pobre espectáculo.

Löw no quiso arriesgar ni tras la lesión de Sami Khedira, al cuarto de hora. Sacó a Bastian Schweinsteiger para mantener el músculo en el centro del campo.

Sólo tras 40 minutos de pases previsibles y de robos de balón inocuos, Alemania e Italia comenzaron a crear algo de peligro.

Los campeones del mundo se acercaron a la meta de Gigi Buffon con un remate de cabeza alto de Mario Gómez y tuvieron la mejor ocasión con un fallido disparo de Thomas Müller desde el centro del área, dos minutos después.

Acto seguido, respondió Italia con una jugada que ya le dio frutos en el primer partido contra Bélgica; un pase largo de Leonardo Bonucci, a la espalda de la defensa, sobre la entrada de Emanuele Giaccherini que, en esta ocasión, centró sin encontrar rematador. El balón despejado por Jerome Boateng le cayó a Stefano Sturaro, pero éste disparó desviado.

Tras el descanso, quiso Alemania ir a por el partido, subió líneas y comenzó a meter a Italia en su campo. Sin apenas respuesta, el equipo de Antonio Conte sufrió con un disparo de Müller que sacó con un acrobático despeje Alessandro Florenzi (m.54) y se encontró con el encuentro cuesta arriba ocho minutos después.

Fue una jugada sin aparente peligro, con Mario Gómez protegiendo el balón en una banda tras un pase largo de Manuel Neuer. Rodeado, con tres italianos como espectadores, el delantero metió el balón al área ante la entrada de Jonas Hector y el lateral se lo puso a Mesut Özil, que no falló.

Casi acto seguido, Gomez solo ante Buffon tuvo la sentencia, pero el capitán italiano adivinó el taconazo del alemán y lo despejó.

Dejó con vida Alemania a Italia y ésta se encontró con el empate casi de casualidad, por un inocente penalti de Boateng, que en pugna con Giorgio Chellini en su área, saltó con los brazos en alto y rechazó la pelota con el antebrazo. El penalti lo ejecutó Bonucci para cambiar el ánimo de la eliminatoria (m.78).

Los campeones del mundo, entonces, se acordaron de los precedentes y les entró miedo. Y aunque «la azzurra» aún lo intentó con un disparo de Mattia de Sciglio que dio un lateral, tampoco le pareció mal la prórroga.

Pero sólo la selección alemana creyó en la oportunidad que ofrecía el tiempo añadido y disparó media docena de veces sin puntería, ante un rival que no se quiso exponerse al error, esperó el del adversario y, como éste no llegaba, confió en los penaltis.

La tanda inacabable tanda de penaltis, donde les temblaron las piernas a casi todos, al final la decidió Neuer con su parada y un último acierto de un defensa el joven Jonas Hector, que acaba con la racha italiana y envía a Alemania a Marsella, a luchar por un puesto en la final.

Ficha técnica:


1 - Alemania: Neuer; Höwedes, Boateng, Hümmels, Hector; Kimmich, Khedira (Schweinsteiger, m.16), Kroos, Özil; Müller; Mario Gómez (Draxler, m.72).

1 - Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini (Zaza, 120+1); Florenzi (Darmian, m.87), Sturaro, Parolo, Giaccherini, De Sciglio; Pèlle, Eder (Insigne, m.108).

Goles: 1-0, m.65: Özil. 1-1, m.78: Bonucci, de penalti.

Tanda de penaltis: 0-1: Insigne, gol. 1-1: Kroos, gol. 1-1: Zaza, alto. 1-1: Müller, para Buffon, 1-2: Barzagli, gol. 1-2: Özil, al poste. 1-2: Pèlle, fuera. 2-2: Draxler, gol. 2-2: Bonucci, para Neuer. 2-2; Schweinsteiger, alto. 2-3: De Sciglio, gol. 3-3. Hummels, gol. 3-4: Parolo, gol. 4-4: Kimmich, gol. 4-5: De Sciglio, gol. 5-5: Boateng, gol. 5-5: Darmian, para Neuer. 6-5: Hector, gol.

Árbitro: Viktor Kassai (Hungría). Amonestó a los alemán Hector y Schweinsteiger y a los italianos Sturaro, De Sciglio, Parolo, Giaccherini

Incidencias: Partido de los cuartos de final de la Eurocopa disputado en el Estadio de Burdeos ante 38.764 espectadores. Hubo un minuto de aplausos en memoria de las víctimas del ataque terrorista en un restaurante de Dacca (Bangladesh), en el que han muerto al menos 28 personas, entre ellos nueve italianos. Por ese motivo, Italia lució brazaletes negros. 

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE






 





La esforzada selección galesa de Gareth Bale se enfrentará contra Portugal en semifinales de la Eurocopa tras lograr este viernes una histórica remontada (3-1) contra una Bélgica descarada en ataque, pero que pagó cara su ingenuidad en defensa.

Lille, Francia, 2 de julio de 2016 (D58).- Con un Eden Hazard invisible, los belgas lograron adelantarse con un precioso disparo lejano de Radja Nainggolan al inicio del duelo de cuartos de final celebrado en Lille.

Pero las concesiones defensivas de «los diablos rojos» permitieron a Ashley Williams empatar en la primera parte, a Hal Robson-Kanu adelantar a los suyos en la segunda y a Sam Vokes certificar al término del encuentro el la victoria más importante de Gales en el último medio siglo, que le permitirá seguir la aventura en Lyon el próximo 6 de julio contra los de Cristiano Ronaldo.

Las condiciones eran favorables para Bélgica, segunda mejor selección del mundo según la clasificación de la FIFA, que jugaba en una ciudad fronteriza a la que se acercaron decenas de miles de sus seguidores, algunos para ver el partido en el campo y, la gran mayoría, para festejar el eventual pase de los suyos a semifinales.

Hasta 75.000 hinchas belgas esperaban las autoridades francesas, que les prohibieron cruzar con alcohol la frontera hacia la ciudad donde explotó Hazard, extremo izquierdo de 25 años que despuntó en el Lille (2007-2012) antes de fichar por el Chelsea inglés.

La estrella belga, duda hasta la víspera por una lesión muscular en el cuádriceps de la pierna izquierda, no apareció y cerró sin pena ni gloria una temporada sin continuidad por las lesiones.

Tampoco firmó su mejor actuación Bale, que había definido el partido como el "más importante" para los suyos en más de medio siglo, desde que «los dragones» alcanzaron la semifinal del Mundial de Suecia de 1958, donde cayeron ante el Brasil de Pelé.

Bélgica, con mejor expediente, también se enfrentaba a una oportunidad histórica pues nunca ha disputado una semifinal europea y su último gran registro data del Mundial de México en 1986, donde llegaron a la antesala de la final.

Pero el equipo descompensado de Marc Wilmots, con un estilete del medio campo para arriba y portero de garantías pero también con una defensa endeble, más aún con las bajas de Vermaelen y Verthonghen, desaprovecharon la ocasión.

Bélgica arrancó el partido con desparpajo, haciéndose dueña del balón para no poner a prueba a su endeble defensa y a punto estuvieron de marcar en una triple ocasión en el minuto 6, con disparos a bocajarro de Romelu Lukaku, Maunier y Hazard que milagrosamente no acabaron en la red.

Sí lo hizo, y de qué forma, el misil que en el minuto 12 se inventó Nainggolan, el inconfundible futbolista de la Roma con cresta amarilla y tatuajes en el cuello, que fabricó un imparable disparo con la pierna derecha desde 25 metros. Con el gol pareció querer cerrar la polémica sobre su costumbre de fumar a diario, aceptada por el seleccionador.

Pero Gales no se vino abajo con el marcador en contra y, aparte de alguna incursión al contraataque de Bale, más voluntarioso que incisivo, fue Aaron Ramsey quien creaba peligro en la meta belga. Mucho peligro.

En el minuto 25 Thibaut Curtois salvó el empate cuando Neil Taylor estrelló contra el guardameta belga del Chelsea un medido centro raso que le había puesto desde la banda derecha el centrocampista del Arsenal.

La recompensa al esfuerzo de los galeses (con tres jugadores amonestados en la primera media hora) llegó en el minuto 30. De nuevo Ramsey, implicado en cuatro de los seis últimos goles de su equipo, botó un córner que Williams, solo en el borde del área pequeña, picó de cabeza para conseguir la igualada y confirmar que «los dragones» son letales a balón parado.

En la segunda mitad, con Marouane Fellani como reemplazo de Yannick Carrasco en el conjunto belga, «los diablos rojos» volvieron a hacerse con la posesión y probaron suerte Romelu Lukaku de cabeza y Kevin De Bruyne y Hazard desde lejos, sin mayor trascendencia.

Cuando parecía que los belgas manejaban el partido a su gusto, llegó la sorpresa en el minuto 55 en forma de fallo defensivo, por segunda vez.

Ramsey acomodó un balón largo de Gareth Bale al punto de penalti, donde Robson-Kanu caracoleó ante la pasividad de la zaga contraria y disparó a la izquierda de Courtois, subiendo el 2-1 al marcador y el segundo en su cuenta particular en la Eurocopa.

Cuando los belgas lo intentaban casi a la desesperada, de nuevo Ramsey, muy afinado asistiendo por la banda, sirvió un balón a Vokes, que nada más entrar al campo en sustitución de Robson-Kanu, hizo el gol que colocaba, definitivamente, a los suyos entre los cuatro mejores equipos del continente.

La peor noticia para los de Chris Coleman fue la amarilla que vio en el último tramo del encuentro el mejor del partido, Ramsey, que le privará de disputar la semifinal.

Ficha técnica:

3 - Gales: Hennessey; Davies, A.Williams (C), Chester; Gunter, Ramsey (James, m.88), Ledley (King, m.78), Allen, Taylor; Bale y Robson-Kanu (Vokes, m.80).

1 - Bélgica: Courtois; Meunier, Alderweireld, Denayer, J. Lukaku (Mertens, m.75); Witsel, Nainggolan, De Bruyne, Carrasco (Fellaini, m.46), Hazard (C); y R. Lukaku (Batshuayi, m.83).

Goles: 0-1, m.12: Nainggolan; 1-1, m.30: A. Williams; 2-1, m.55: Robson-Kanu; 3-1, m.85: Vokes.

Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a los galeses Davis (m.5), Chester (m.16), Gunter (m.24) y Ramsey (m.74) y a los belgas Fellaini (m.58) y Alderweireld (m.85).

Incidencias: Partido de cuartos de final de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio Pierre-Mauroy de Lille ante unos 50.000 espectadores.

Fuente y redacción: EFE.
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE








Islandia escribió en Niza la más bella gesta de la Eurocopa, un milagro basado en la fe y el coraje, pero también en el buen juego, con el que fue capaz de derrotar a toda una selección inglesa, que acabó desquiciada, y de prolongar su epopeya hasta los cuartos de final, donde se encontrará con Francia.

Niza, Francia, 30 de junio de 2016 (D58).- Lo que parecía una anécdota, la clasificación islandesa para una fase final por primera vez en su historia, ha ido creciendo hasta convertirse en una de las mayores sorpresas del fútbol mundial.

Una lección sobre cómo la ausencia de complejos puede acabar con las supuestas diferencias de calidad. Islandia demostró a Inglaterra que no le alcanza ni con la tradición ni con la chequera y el equipo de Roy Hodgson, que no seguirá en el cargo, se va de la competición por la puerta de atrás, en medio de una gran crisis y con un futuro incierto.

La imprudencia islandesa, tan capaz de lo bueno como de inocentes errores, propició, además, un divertido espectáculo. Puede que no un gran partido de fútbol, pero sí un atractivo duelo, entre un equipo que se sentía superior y no sabía como demostrarlo y otro muy inferior que estaba ante la ocasión de su historia. Y sabía cómo aprovecharla.

Inglaterra se vio con ventaja nada más comenzar, por una mala salida del meta Hannes Halldorsson a un balón cruzado hacia Raheem Sterling. Derribó al delantero del City y Wayne Rooney, que este lunes igualó a David Beckham en ocasiones portando el brazalete de los «pross» (115), no falló el penalti.

Cuatro minutos y el partido parecía sentenciado. Pero esta selección islandesa nunca se rinde. Defiende con coraje, disputa con fiereza cada balón y, en ataque, le vale cualquier llegada al área.

Aprovecha algo tan simple como los poderosos saques de banda de Aron Gunnarsson hacia el área. Uno de estos, prolongado de cabeza por Kari Arnason dejó solo y en carrera a Ragnar Sigurdsson para meter desde el área pequeña el gol de su vida.

Estupefacto, el equipo de Hodgson se lanzó con todo sobre la meta islandesa y acumuló disparos desde fuera del área (Delle Ali, Harry Kane, Rooney), pero siempre imprecisos.

Y se olvidó de defender. Permitió una excelente combinación del ataque islandés al borde de su área, que culminó Kolbeinn Sigthorsson con un disparo ajustado al poste que se le escapó a Joe Hart.

Veinte minutos y un milagro. Un escenario imprevisto por los «pross», cada vez más nerviosos, cada vez más acelerados ante un conjunto reforzado por el calor de su grada.

Y como pasaban los minutos, y como lejos de descomponerse los islandeses hasta asustaban (con una chilena de R.Sigurdsson, que rechazó con fortuna Hart) Roy Hodgson buscó nuevos rematadores.

A la hora de juego, entró Jamie Vardy para ver si, a falta de ideas, el goleador del Leicester era capaz de cazar algún balón suelto dentro del área. Pero ni así.

Los «pross», el millonario equipo inglés, dirigido por el seleccionador que más gana de la Eurocopa (5 millones de euros), llegaron al tramo final del partido con el agua al cuello. Sin capacidad de reacción y hasta acosados por una selección islandesa que cada vez llegó con más peligro al área de Hart.

No pudo Inglaterra cambiar su destino y, ya tiene su propio Brexit, expulsada por los valientes islandeses, que ya confían incluso, en dejar al torneo sin su anfitrión. Capaces son.

Ficha técnica:

1 - Inglaterra: Hart; Walker, Cahill, Smalling, Rose; Alli, Dier (Wilshere, m.46), Rooney (Rashford, m.87); Sturridge, Kane, Sterling (Vardy, m.60).

2 - Islandia: Halldorsson; Saevarsson, Arnason, Ragnar Sigurdsson, Skulason; Gudmundsson, Gylfi Sigurdsson, Aron Gunnarsson, Birkir Bjarnason; Sigthorsson (Elmar Bjarnasson, m.77), Bodvarsson (Traustason, m.87)

Goles: 1-0, m.4: Rooney de penalti. 1-1,: m.6: Ragnar Sigurdsson. 1-2, m.20: Sigthorsson.

Árbitro: Damir Skovina (Eslovenia). Amonestó a los ingleses Sturridge y a los islandeses Gylfi Sigurdsson, Aron Gunnarsson.

Incidencias: Partido de los octavos de final de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio Allianz-Riviera de Niza ante 33.901 espectadores. 

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE



 





Una derrota sin matices, rotunda casi siempre, eliminó de la Eurocopa a la selección española, la actual doble campeona del torneo, apagada desde el principio por Italia, su competitividad y su perfecto despliegue, doblegada sin discusión por 2-0 y sólo algo reconocible en los minutos finales en Saint Denis.

París, Francia, 29 de junio de 2016 (D58).- Desbordada de inicio, desaparecida hora y cuarto, sostenida en el partido por tres paradas de David de Gea y superada casi siempre, «la Roja» sólo tuvo alguna opción en los últimos instantes, cuando tuvo tres ocasiones, cuando se cruzó un increíble Buffon para mantener un camino, trazado mucho antes, hacia la eliminación de España, fuera del torneo. A Italia, el sábado en cuartos, le espera Alemania.

Lo mereció Italia, que no sólo defiende. Eso lo hace muy bien, pero también muchas otras cosas más desde la dirección de Antonio Conte. Tenía muy claro su partido. Cuando había que replegarse, atrás, compactos; cuando había que crear, salida de pelota y pase entre líneas; cuando había que contraatacar, vertiginosa velocidad.

Hubo muchos partidos en uno solo. Y todos los perdió España. Por muchas advertencias de Vicente del Bosque en estos días, su equipo se sintió superado todo el primer cuarto de hora por ritmo, con balón, sin él, en un área y otra, pero también después con otras connotaciones, incluso por ambición y siempre tácticamente.

Siempre tuvo Italia mucho más definido su plan, los sectores donde sufre España, los momentos para contener, para conducir o para atacar, el pase que buscar y la estrategia para alejar, primero, o minimizar, después, la conexión con la pelota de la selección española, sin una formula para tenerla, con todo lo que conlleva.

«Lo más importante es que seamos nosotros», decía Del Bosque en la víspera del partido. España no fue España en todo el primer tiempo, desbordada de inicio, con cinco centros alrededor de su portería en los primeros ocho minutos, con una sensación de estrés constante, sin fórmula para sacudirse de encima a su adversario.

Ni con el balón, el mejor acompañante siempre de España para jugar, creer y ganar, ni sin él. Salvado primero por De Gea, con dos paradas estupendas a remates de Pellé y Giaccherini, incrédulos ante el despliegue del guardameta, el segundo con ayuda del poste, ni la bajada de revoluciones posterior resolvió los problemas españoles.

Uno lo tenía entre su centro del campo y su defensa; un espacio estupendo para Italia y las maniobras de Pellé. Ahí, por el minuto 32, aún sin una sola ocasión de España (no la tuvo en toda la primera parte), hubo una falta de Sergio Ramos; ahí, por el 33, Éder la lanzó con un potente tiro, centrado, como lo fue el rechace de De Gea, y ahí, a por ese balón, corrieron cuatro futbolistas italianos por uno solo español, Piqué. Chiellini empujó el 1-0 hacia dentro.

Un gol que había merecido antes Italia y que mereció también después. Voló entonces De Gea, recompuesto de sobra de su error con intervenciones posteriores, para evitar el 2-0 antes del descanso, del que partió una segunda parte como había terminado la primera. Con un cambio en España, Aduriz por Nolito, pero apenas nada más.

Inconstante, sin soluciones, España tuvo una ocasión, la única que le concedió Italia en una hora, cuando Morata cabeceó a las manos de Buffon un pase en una posición poco mejorable, como también la tuvo «la Azzurra», cuando De Gea ganó, imponente, su duelo individual contra el veloz Éder, de nuevo a servicio de Pellé.

No apareció Andrés Iniesta. Tampoco David Silva. Ni Cesc Fábregas. Morata tuvo intención, pero se chocó contra un muro. La defensa nunca controló ni a Pellé ni a Éder. Ni cuando su rival se replegó, ni con el balón, España fue ese equipo incontestable que derriba a su adversario con paciencia, con fútbol y con eficacia.

No hubo rastro de esa selección española menos en el tramo final, cuando Andrés Iniesta y Gerard Piqué probaron por fin los reflejos de Buffon, que culminó la eliminación de España de la Eurocopa 2016 junto a Pellé, autor del 2-0 en el minuto 91, con dos derrotas en una semana. La primera, con Croacia, una advertencia. La segunda, definitiva para el adiós del campeón y el fin de la era Del Bosque.

Ficha técnica:

2 - Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Florenzi (Darmian, m. 84), Parolo, De Rossi (Motta, m. 53), Giacherini, De Sciglio; Éder (Insigne, m. 80) y Pellé.

0 - España: De Gea; Juanfran, Piqué, Ramos, Jordi Alba; Cesc Fábregas, Sergio Busquets, Iniesta; Silva, Morata (Lucas Vázquez, m. 69) y Nolito (Aduriz, m. 46 (Pedro, m. 80)).

Goles: 1-0, m. 33: Chiellini, tras un rechace de De Gea a disparo de falta de Éder. 2-0, m. 91: Pellé, de volea a pase de Giaccherini.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Amonestó a los italianos De Sciglio (m. 24), Pellé (m. 54) y Motta (m. 87), y a los españoles Nolito (m. 40), Busquets (m. 88) y Silva (m. 93).

Incidencias: partido de los cuartos de final de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio de Francia, en Saint Denis, ante unos 80.000 espectadores. 

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE







 




Con el magisterio de Aaron Ramsey y la velocidad de Gareth Bale, Gales destrozó a Rusia y logró una goleada (3-0) que le catapulta a octavos como sorprendente líder del grupo B.

Marsella, Francia, 21 de junio de 2016 (D58).- Entre el centrocampista del Arsenal y el atacante del Real Madrid, que ya suma tres goles en otros tantos partidos, han llevado a la selección galesa a una instancia impensable hasta hace poco y han vengado a la generación anterior, que, liderada por Ryan Giggs, se quedó sin acudir al Mundial tras una repesca con Rusia.

Y es que el único encuentro que le había ganado Gales a Rusia fue hace más de medio siglo, en 1965. Lo que entonces fue un milagro, hoy es la consecuencia lógica de la diferencia que hay entre un conjunto pequeño, pero entusiasmado, que pone todo al servicio de sus estrellas, y un gigante que se ha dedicado a dar bandazos sin sentido y no tiene un plan a solo dos años de su Mundial.

Porque, mientras el equipo de Chris Coleman llegó a Toulouse con una idea clara de lo que quería y cómo conseguirlo, el de Leonid Slutski sólo pretendió entrar en el partido cuando lo tuvo perdido.

Gales no es el colmo de la finura, pero emociona. Pone a todo el equipo a disposición de Aaron Ramsey y Gareth Bale y del juego de los dos vive el resto.

Contra esta indefinida selección rusa le sobró para resolver el partido y la clasificación en 20 minutos, ayudados por la pésima salida de balón del rival.

De esa forma falló Igor Smolnikov a los 11 minutos y, con la zaga rusa saliendo, Joe Allen filtró un buen pase a Ramsey, que no falló frente a Igor Akinfeev. Nueve minutos después, Roman Shirokov convirtió un robo de balón a Bale en una asistencia a Neil Taylor, que solo ante el meta ruso, y a la segunda, dejó prácticamente sentenciada la clasificación.

Fuera del partido y del torneo, Rusia no tuvo más que una ocasión que se encontró Artem Dzyuba, tras un saque de meta que no supo despejar el central Ashley Williams, pero el delantero no logró esquivar la salida de Wayne Hennessy (m.27).

Y al contrario, los de Slutski ofrecieron todo tipo de espacios para que Ramsey lanzara a Bale y las carreras del madridista sembrasen el pánico en todo el conjunto ruso menos en Akinfeev, que le aguantó hasta cuatro manos a mano.

Se comenzaba a frustrar el madridista, que pecó de individualista en el segundo tiempo, hasta que otro pase magistral de Ramsey le dejó solo ante Akinfeev y ya no falló (m.68), para completar la fiesta galesa.

Quedaban más de 20 minutos, pero ya solo había espacio para regocijo de la grada británica, que ovacionó a Bale cuando fue sustituido (m.86), y la indiferencia de una lastimosa selección rusa, que deja como único recuerdo en Francia la salvaje violencia de sus hinchas más radicales.

Ficha técnica:

0 - Rusia: Akinfeev; Smolnikov, Vassily Berezutski (Aleksey Berezutski, m.49), Ignashevich, Kombarov; Mamaev, Glushakov; Smolov (Samedov, m.70), Shirakov (Golovin, m.52), Kokorin; Dzyuba.

3 - Gales: Hennessy; Gunter, Chester, Williams, Davies, Taylor; Allen (Edwards,m.74), Ledley (King, m.76), Ramsey; Bale (Church, m.86) y Volkes.

Goles: 0-1, m.11: Volkes, 0-2, m.20: Taylor. 0-3, m.68: Bale.

Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a los rusos Mamev y a los galeses Volkes

Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo B de la Eurocopa disputado en el estadio de Toulouse ante 28.840 espectadores.

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE








Si hasta ahora Francia había ganado sin brillo y en el último suspiro sus partidos contra Rumanía y Albania, hoy se invirtió el guión en Lille, donde la anfitriona de la Eurocopa sedujo ante Suiza con un fútbol vistoso, animado esencialmente por Pogba, que no encontró el premio de la victoria.

Lille, Francia, 21 de junio de 2016 (D58).- El empate en el Pierre-Mauroy de Lille (noroeste) coloca a Francia como primera del grupo A (7 puntos) y a Suiza segunda (5 puntos), ambas clasificadas por delante de Albania (3) y Rumanía (1).

Francia, que llegaba al duelo con la clasificación para octavos en el bolsillo, se jugaba el liderato del grupo y reencontrarse con su afición, decepcionada al ver que su equipo había sufrido para derrotar en el último suspiro tanto a Rumanía (2-1) como a Albania (2-0).

Para Francia no solo se trataba de ganar, sino de seducir a una afición hastiada por las polémicas en torno a una selección que no lograba enamorar en su Eurocopa, en la que hasta ahora se ha hablado más de batallas de hinchas y bengalas que de fútbol.

Los de Didier Deschamps supieron interpretar el contexto y salieron a demostrar que son candidatos al título, con Pogba en el papel de hijo pródigo tras el ruido generado por su supuesto corte de mangas en el último partido. La energía les duró 45 minutos.

Situado en banda izquierda, con Evra por detrás y Griezmann por delante, el mediocentro de la Juventus se echó el equipo a la espalda y se convirtió en una pesadilla para el combinado helvético en la primera mitad.

Más allá de un lanzamiento de córner que se envenenó en el primer palo, llegó a trompicones al segundo y a punto estuvo de sorprender a la zaga francesa, poco hicieron los Suizos en la primera parte.

Pogba alejó el peligro en ese mismo saque de esquina y se colocó a la altura de la estrella que quiere ser: en el minuto 11 pudo hacer gol con un disparo lejano a pase de Gignac, en el 13 lo intentó desde el ángulo del área pequeña con un balón que Sommer tuvo que enviar a córner y en el 16 se sacó un disparo al travesaño desde fuera del área.

Solo había pasado un cuarto de hora de partido y la afición coreaba el nombre de Pogba, el más incisivo de una selección francesa que también se apoyaba en Griezman, Evra y Gignac, para crear ocasiones, pero que se fue al descanso sin ver portería.

En esa primera mitad, Suiza -que nunca había derrotado a Francia en competición oficial- se contentó con buscar el gol en acciones a balón parado, sin asumir demasiados riesgos e intentado amarran un empate que le daba el pase a octavos.

Sin cambios al descanso, Suiza buscó más la pelota en el segundo tiempo, sin olvidarse de las jugadas a balón parado, mientras Francia esperaba al contraataque, hasta que una jugada iniciada por Pogba acabó con un disparo desde la frontal de Griezmann, que obligó a esforzarse a Sommer.

La ocasión sirvió para despertar al público local, adormecido como su equipo en la segunda mitad hasta esa estirada del meta suizo, poco antes de que Deschamps retirase del campo a Coman para introducir a Payet, el héroe de los goles en el último minuto.

La decisión del técnico se reveló acertada y, tras una esforzada carrera de Sissoko por la banda derecha, el del New Castle sirvió un centro pasado que Payet estrelló en el larguero.

De nuevo al borde del pitido final, Payet volvió a tener opción de marcar de falta y el público francés, acostumbrados a los goles «in extremis», cruzó los dedos.

Pero esta vez la fortuna del último minuto no se alió con Francia, que tuvo que conformarse con el empate tras una buena primera mitad y una segunda parte más sosa en el estadio Pierre-Mauroy de Lille sobre un césped en un estado lamentable. Las tablas, de paso, permitieron a Suiza superar la fase de grupos por primera vez en su historia.

Ficha técnica:

0 - Suiza: Sommer; Lichtsteiner, Djourou, Schär, Rodriguez; Xhaka, Behrami, Mehmedi (Lang, m.86), Dzemaili, Shaqiri (Fernandes, m.78); y Embolo (Sferovic, m.73).

0 - Francia: Lloris; Sagna, Rami, Koscileny, Evra; Sissoko, Cabaye, Pogba; Coman (Payet, m.63), Griezmann (Matuidi, m.77) y Gignac.

Árbitro:
Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a los franceses Rami (m.24) y Koscileny (m.82).

Incidencias:
Partido de la tercera jornada del grupo A de la Eurocopa 2016 disputado en el Estadio Pierre-Mauroy de Lille ante unos 50.000 espectadores. 

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE






Un gol de Antoine Griezmann, de cabeza y a la desesperada en el 90, y otro de Dmitry Payet, seis minutos después, le evitaron el ridículo a una selección francesa caótica, que pasó a octavos pero no encontró hasta entonces la forma de desarmar a la meritoria selección albanesa.

Marsella, Francia, 21 de junio de 2016 (D58).- Griezmann, señalado por su propio entrenador como uno de los culpables de los apuros pasados en la jornada inicial, compartió banquillo de inicio con Pogba, para convertirse finalmente, de nuevo en héroe, gracias a un centro de Rami desde la banda que cabeceó en el centro del área libre de marca.

Hasta ese minuto de fortuna, el modesto equipo que dirige el italiano Gianni di Biasi, el 42 del mundo, le sacó los colores a la principal favorita al título. Demostró que los dos resultados previos (un empate en 2014 y una victoria el año pasado) no fueron fruto de la casualidad y metió en el diván a una selección que ha llegado a la Eurocopa sin un plan definido.

Sacrificó esta vez Deschamps a Pogba y Griezmann, caídos en desgracia tras el partido ante Rumanía, y también cambió el dibujo. Trató de abrir el campo con Kingsley Coman y Antonhy Martial en las bandas y puso como enganche Dmitry Payet, el nuevo ídolo francés.

Pero sin dinámica de juego, ni creación en el centro del campo, Francia fue un equipo demasiado previsible para poner en aprietos al voluntarioso conjunto albanés.

Payet bajó en demasiadas ocasiones al centro del campo y no logró filtrar más que un pase que desaprovechó dentro del área Martial, demasiado lento. Como el jugador del Manchester estuvo atropellado y Coman inconsistente, todo el plan ofensivo francés consistió en buscar a Olivier Giroud por alto.

Al final del primer tiempo, dos cabezazos altos Giroud por todo botín, Deschamps tuvo la sensación de que le había fallado el plan. Sobre todo, porque Albania no sólo se fue sacudiendo el dominio, sino que jugó los últimos minutos en campo francés y sólo le falló el acierto final, ante una defensa francesa echa un flan.

Dio entrada a Pogba en lugar de Martial, tras el descanso, devolvió a Payet a la banda y Francia, aunque de forma atropellada comenzó a crear peligro; un testarazo de cabeza de Coman nada más comenzar el segundo tiempo, otro remate alto de Pogba tras un gran pase con el exterior de Payet... Y, previamente, un gran susto, porque su defensa sigue teniendo lagunas y, casi de rebote, a punto estuvo de encontrarse con el gol si no hubiese estrellado el balón al poste Ledian Memushaj (m.51).

Pasada la hora sin resultados, Deschamps ya había regresado a su idea original del comienzo del torneo; entró Griezmann y salió Coman.

Y, mientras desde la grada reclamaban a un exOlympique, André-Pierre Guignac, un nuevo cabezazo de Giroud se estrellaba en la base del poste (m.69).

Al final, a la desesperada, Deschamps complació a la grada. Guignac, que ha vuelto a la selección desde la Liga mexicana, fue recibido como un héroe, con 13 minutos por delante para arreglar lo que iba camino del desastre.

Pero ni así cambió el panorama. Aunque a empellones, la selección francesa metió a Albania en su área y en el último instante encontró la solución, primero por medio de Griezmann y, en la última jugada con Payet. Goles que evitan el desastre y dan el pase a octavos, pero que no maquillan la falta de juego del anfitrión.

Ficha técnica:


2 - Francia: Lloris; Sagna, Rami, Koscielny, Evra; Kante, Matuidi; Coman (Griezmann, m.67), Payet, Martial (Pogba, m.46); Giroud (Guignac, m.77).

0 - Albania:
Berisha; Hysaj, Ajeti (Veseli, m.84), Mavraj, Agolli; Lila (Roshi, m.71), Abrashi, Kukeli (Xhaka, m.73), Memushaj, Lenjani; Sadiku.

Goles:
1-0: m.90: Griezmann, 2-0, m.96. Payet

Árbitro: William Collum (Escocia). Amonestó a los albanés Kukeli (m.55) y Abrashi (m.80).

Incidencias: Partido de la segunda jornada del grupo B disputado en el estadio Velodrome ante 63.670 espectadores. Se dedicó un minuto de aplausos en memoria del policía Jean-Baptiste Salvaing y su esposa Jessica Schneider, secretaria en una comisaría, asesinados por un yihadista el lunes en Magnanville, a 50 kilómetros de París.

Fuente y redacción: Óscar González (EFE)
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE








La selección portuguesa rubricó este martes un decepcionante estreno en la Eurocopa al no poder pasar del empate (1-1) ante una Islandia que se presentaba como la «cenicienta» del torneo pero que demostró que tiene fútbol para plantar cara a los grandes.

Saint-Étienne, Francia, 15 de junio de 2016 (D58).- El equipo que capitanea Cristiano Ronaldo no supo matar el partido tras adelantarse gracias a un gol de Nani, a la media hora de juego. 

Dejó por momentos jugar a la correosa selección islandesa, que venía de eliminar en la fase de clasificación a toda una Holanda y acabó pagándolo con una igualada ante el teórico rival más débil del grupo F, que completan Austria y Hungría, que también se midieron este martes, con victoria magiar (0-2).

La selección islandesa, que celebró el empate como una victoria, salió a morder y a los tres minutos estuvo a punto de marcar. Rui Patricio demostró que anda bien de reflejos, al repeler un fuerte disparo a corta distancia de Sigurdsson y seguidamente un nuevo remate aunque más flojo del mismo centrocampista del Swansea.

Fue un aviso de que este equipo, aunque represente al país más pequeño de la competición, tiene armas para competir con cualquiera en esta Eurocopa. Durante los primeros minutos del partido, Islandia trató de sorprender a la escuadra portuguesa con una presión muy arriba que causó bastantes problemas a la Danilo y Joao Mario.

Tardó un cuarto de hora Portugal en asentarse y hacerse con el balón. En cuanto los pupilos de Fernando Santos empezaron a combinar en el centro del campo la fogosidad islandesa se fue disipando.

A los 17 Vieirinha comenzó la ofensiva lusa sobre la meta de Halldorsson. Su fuerte disparo obligó al guardameta islandés a detenerlo en dos tiempos.

Cristiano Ronaldo entró entonces en acción y fabricó la primera gran oportunidad portuguesa. Su centro desde la banda izquierda lo remató Nani picado, pero nuevamente Halldorsson se lució esta vez deteniendo el cabezazo con los pies.

Portugal empezaba a llegar con claridad. Un cabezazo alto del delantero del Real Madrid y un balón largo de Pepe que el guardameta tuvo que despejar anticiparon lo que ya se veía venir. Recién cumplida la media hora, André Gomes tiró una pared con Vieirinha en la banda derecha y el centro del centrocampista del Valencia lo remató a placer Nani. Nada pudo hacer para evitar el gol el meta islandés, que se estaba convirtiendo en el héroe de la noche.

La selección portuguesa parecía que ya había hecho lo más complicado. Siguió controlando el juego y atacando con parsimonia, pensado que el segundo gol llegaría solo.

Nada más lejos de la realidad. Una de las virtudes de la selección islandesa es su mentalidad. El equipo no se descompuso en ningún momento, por lo que nada más comenzar la segunda parte, cuando parecía que el resto del partido iba a ser un monólogo portugués, Bjarnasson empató el partido.

Fue un error clamoroso de la defensa lusa, al dejar al jugador del Aarhus danés recibir, completamente solo, en el segundo palo, un centro de Gudmundson.

Portugal trató de reaccionar pero no lograba crear juego y Cristiano comenzaba a perder la paciencia. No sólo eso, sino que la selección islandesa comenzó a ganar terreno y a llegar con peligro.

Los nervios comenzaron a aflorar y en esas apareció Pepe que en un rifirrafe con Bodvarsson se revolvió en el suelo blandiendo los tacos provocando las protestas islandesas.

Fernando Santos movió entonces ficha para tratar de reactivar el juego de los suyos y dio entrada a Renato Sanches por Moutinho y Quaresma por Danilo. La fórmula dio resultado a medias.

Quaresma, con un disparo que paró el guardameta islandés, parecía que anunciaba la rebelión portuguesa. Sin embargo, Islandia mantuvo el orden y respondió atacando.

Ronaldo, con un nuevo cabezazo, se topó con el meta rival; y poco después Finnbogason a punto estuvo de dar un disgusto a la hinchada lusa, con un poderoso disparo que obligó a Rui Costa a lucirse.

La estrella del Real Madrid tuvo en sus botas el gol de la victoria con dos lanzamientos de falta en el último minuto, pero no pudo superar la barrera.

Ficha técnica:

1 - Portugal: Rui Patrício; Vieirinha, Pepe, Ricardo Carvalho, Raphäel Guerreiro; João Mário, Danilo (min. 75, Quaresma), João Moutinho (min. 70. Renato Sanches), André Gomes (min. 83, Eder); Nani y Cristiano Ronaldo.

1 - Islandia: Halldorsson; Saevarsson, Ragnar Sigurdsson, Árnason, Skúlason; Gylfi Sigurdsson, Gunnarsson, Gudmundsson (min. 88, Bjarnasson), Bjarnasson; Sigthórsson (min. 80. Finnbogason), Bödvarsson.

Goles: 0-1, min. 31: Nani. 1-1, min. 50: Bjarnasson.

Arbitro: Cüneyt Çakir (TUR). Mostró una tarjetas amarilla a Bjarnasson (min. 52) y Finnbogason (min. 93).

Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo F de la fase final de la Eurocopa disputado en el estadio Geoffroy-Guichard de Lyon ante unos 42.000 aficionados. 

Fuente y redacción. EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE











Hungría venció a Austria en el clásico europeo (2-0), un encuentro que vivió en Burdeos su edición número 137 y en el que, además, el cancerbero magiar, Gabor Király, batió el récord de edad de la historia de la Eurocopa al jugar con 40 y 75 días de edad.

Burdeos, Francia, 15 de junio de 2016 (D58).- Los tantos de Adam Szalai (minuto 62), delantero del Hannover 96 de Alemania y que militó en el filial del Real Madrid entre 2007 y 2010, y el de Zoltan Stieber (minuto 87), voltearon el duelo a favor de Hungría, que hasta el tanto de Szalai estaba siendo superada por Austria.

Porque, en el combate, lento y con pocas acciones vistosas, eran los austríacos los que más proponían. Sin embargo, en cuatro minutos, Hungría tornó por completo las sensaciones del partido. Porque si en el minuto 62 se puso con 1-0 a favor, en el 66 fue expulsado Aleksandar Dragovic por una plancha a un rival que le valió la segunda amarilla.

Fue un partido con aroma a tradición. El «clásico europeo». El enfrentamiento que más veces se ha visto en el viejo continente y el segundo más visto en el mundo tras el de La Plata, que mide a Argentina con Uruguay.

El duelo tenía también un aliciente especial, que era ver en acción a Gabor Király. El meta es el «abuelo» del torneo, después de haber batido el récord de edad de la Eurocopa, que estaba en poder del alemán Lothar Matthaeus (39 años y 91 días). Kiraly jugó en Burdeos con 40 años y 75 días.

Fue la selección austríaca la que comenzó mandando en el encuentro. De hecho, tardó un minuto en asustar a los húngaros. Lo hizo David Alaba, jugador del Bayern Múnich, con una de sus especialidades. Enganchó con la zurda desde fuera del área un disparo envenenado que botó delante de Király antes de estrellarse en el palo izquierdo del cancerbero.

La ocasión fue una premonición de lo que se iba a ver en el primer acto, en el que fue el combinado dirigido por el suizo Marcel Koller, el que se apropió del balón. El partido, de ritmo lento por parte de los dos conjuntos, parecía decantarse del lado austríaco.

De hecho a la oportunidad de Alaba, que en su selección juega como mediocentro de contención, le siguió otra de Zlatko Junozovic y una más de Martin Harnik, al filo del descanso.

De Hungría, poco se sabía en el primer período y tampoco en el inicio de la segunda mitad, a pesar de que Balazs Dzsudzsák gozó de una buena ocasión. Pero todo cambió a partir del, para los austríacos, fatídico minuto 62.

Al gol de Szalai le sucedió la expulsión de Dragovic y ya todo fue más fácil para Hungría, que se permitió sentenciar con el tanto de Stieber casi al final.

El triunfo es el 67 de Hungría de un total de 137 choques, en los que Austria ha vencido en 40 ocasiones y en 30 se ha registrado un empate.

Ficha técnica:


0 - Austria: Almer, Klein, Dragovic, Hinteregger, Fuchs, Harnik (Schoepf m.78), Baumgartlinger, Alaba, Arnautovic, Junuzovic (Sabitzer m.60) y Janko (Okotie m. 65)

2 - Hungría: Király; Fiola, Guzmics, Lang, Kádár; Gera, Nemeth (Pinter m.89), A. Nagy, Kleinheisler (Stieber m.79), Dzsudzsák y Szalai (Priskin m.69).

Goles: 0-1: m. 62, Szalai. 0-2: m.87, Stieber.

Arbitro: Clement Turpin (FRA). Enseñó tarjeta amarilla a Dragovic (minutos 33 y 66 por lo que fue expulsado) y a Nemeth (m.80).

Incidencias: Primer partido del grupo F de la Eurocopa de Francia, disputado en el estadio Matmut Atlantique de Burdeos. 

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE







La selección italiana se dio un baño de autoestima este lunes en su debut en la Eurocopa al doblegar en su estreno a Bélgica (0-2) con una lección de oficio y realismo.

Lyon, Francia, 15 de junio de 2016 (D58).- Con un zarpazo de Giaccherini en la primera mitad y un golazo de Pellè en el minuto 93 que desató la locura en la grada transalpina, la escuadra de Antonio Conte demostró que quizás no tenga el caché de otros torneos, pero que lleva en la sangre el carácter competitivo que ha hecho de Italia un grande del fútbol europeo.

Bélgica llegaba con la etiqueta de favorita gracias una plantilla trufada de jugadores de gran talento, pero chocó contra la poderosa defensa italiana y el descaro de sus centrocampistas.

No hubo necesidad de regar el césped. Los dioses se encargaron de preparar el terreno de juego. Una hora antes del partido cayó un chaparrón y después se abrió el cielo como por arte de magia para dar la bienvenida al espectáculo.

El partido no defraudó, sobre todo en la segunda mitad. En la primera hubo más intensidad y nervios que buen juego. Bélgica trató de llevar la iniciativa, pero caía una y otra vez en la tela de araña tejida por la zaga y el centro del campo transalpinos.

La primera ocasión fue belga y partió de las botas de un jugador de la Roma, Nainggolan, con un fuerte disparo desde la frontal de área. Un misil que atajó con solvencia Buffon.

Los «diablos rojos"» tenían más el balón, pero su rival controlaba los espacios y cada vez que recuperaba la pelota se lanzaba a contraataque.

Con Hazard tratando de hacer diabluras daba la sensación de que Bélgica se acercaba al gol. Pero no fue mas que un espejismo.

Recién cumplida la primera media hora de juego, Italia asestó un derechazo magistral y mandó a la lona a su rival.

Desde el centro del campo, Bonucci envió un balón al corazón del área. Giaccherini lo atrapó tras ganarle la espalda a Alderweireld y con un sutil disparo cruzado superó a Courtois. El despiste de la zaga belga fue monumental.

La selección belga quedo noqueada. Los cinco minutos que siguieron al tanto fueron infernales para los pupilos de Wilmots. Primero Candreva con un disparo desde el pico del área obligó a Courtois a hacer una buena parada. Y poco después Pellé, completamente solo, a un palmo de la portería, cabeceó fuera, cuando ya se cantaba gol en el estadio.

Bélgica logró reponerse y se volvió a lanzar al ataque, pero nuevamente el trío de defensas del Juventus -Barzagli, Bonucci y Chiellini- se mostró intratable.

Tras el descanso, el juego fue de ida y vuelta. Italia salió a matar el partido, pero se encontró con una Bélgica que se soltó la melena.

A los cinco minutos, Hazard armó un contraataque, que acabó en las botas de Lukaku totalmente solo frente a un Buffon que se había quedado a media salida. Para desesperación de la hinchada belga, al delantero del Everton se le fue alto el balón.

Un contraataque que sacó Hazard, para De Bruyne y Lukaku, que, solo ante Buffon, envió el balón alto, fue la mejor ocasión belga. La respuesta italiana llegó instantes después. Courtois se exhibió con una parada para la galería a un cabezazo de Pellè, quien no dudó en felicitar al guardameta del Chelsea.

Marc Wilmots decidió entonces cambiar a un inoperante Lukaku, por otro delantero, Origim, además de introducir a Carrasco por Ciman. Los cambios reactivaron el ataque belga.

A falta de diez minutos Origi remató alto de cabeza un centro medido de De Bruyne. Con Bélgica lanzada al ataque a la desesperada, Immobile en un contraataque estuvo a punto de finiquitar el partido, pero se encontró un Courtois inmenso.

Los últimos minutos fueron de infarto. Bélica logró por fin quebrar a la defensa transalpina y contó con dos claras ocasiones, un centro de Martens que se paseó por el área chica si encontrar rematador y un balón que le cayó a Fellaini en los pies en el corazón del área que no acertó a golpear.

El destino fue cruel para los jugadores belgas puesto que cuando más parecía que podían empatar, Italia armó un último contraataque letal. Sobre la bocina, Pellé recibió un extraordinario centro de Candreva y armó una preciosa volea que rubricó la victoria italiana.

Ficha técnica:

0 - Bélgica: Courtois; Ciman (min. 75, Carrasco), Alderweireld, Vermaelen, Vertonghen; Wiltsel, Nainggolan (min. 61, Mertens); Fellaini, De Bruyne, Hazard; R. Lukaku (min. 72, Origi).

2 - Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Darmian (min. 58, Mattia de Sciglio), Giaccherini, De Rossi (min. 78, Motta), Candreva, Parolo; Eder (min. 75, Immobile), Pellé.

Goles: 0-1, min.32: Giaccherini. 0-2, min.93: Pellé.

Árbitro: Mark Clattenburg (GBR). Mostró tarjeta amarilla a Chiellini (min. 65), Eder (min. 75), Bonucci (min. 77), Motta (min. 84) y Vertonghen (min. 90).

Incidencias: Asistieron al Parc Olympique Lyonnais unas 58.000 personas para presenciar partido correspondiente a la primera jornada del Grupo E de la fase final de la Eurocopa. 

Fuente y redacción: Javier Villagarcía (EFE)
Edición: Villasmil, Henry
Foto: EFE



 





Irlanda y Suecia jugaron en el Estadio de Francia un partido tremendamente entretenido, con un derroche generoso en busca de la portería rival y un empate que no le sirve demasiado a ninguna, pero que responde a lo visto en el campo.

París, Francia, 14 de junio de 2016 (D58).- Ambos equipos encontrarán algunos motivos para sentirse satisfechos de su partido, aunque el hecho de compartir el «grupo de la muerte» junto a Italia y Bégica les hará depender de los resultados que puedan cosechar ante estos.

Aunque Suecia comenzó llevando la iniciativa, pronto descubrió que iba a ser una tarde para sudar, apretar los dientes y encomendarse a la buena fortuna en numerosas ocasiones.

En la primera parte, Irlanda pasó por encima de Suecia, y es posible que todavía se esté preguntando cómo no fue gol alguna de las tres o cuatro oportunidades claras que tuvo.

Con cada «uy», el técnico Martin O'Neill, tan inexpresivo fuera de la cancha como expresivo dentro de ella, pegaba un respingo y se mesaba los cabellos, atónito ante la colección de oportunidades desaprovechadas, principalmente en disparos desde fuera del área.

Aunque sin elaborar demasiado su fútbol, Irlanda fue mucho más incisiva, le puso el alma que le faltó a Suecia, y sus jugadores prácticamente no dejaron respirar a los de amarillo, que solo daban señales de vida cuando podían dar cuatro pases seguidos.

En el minuto 10, el medio centro verde Jeff Hendrick ya demostró su disparo de media distancia, que obligó al veterano Isaksson a una buena intervención.

Tanto Hendrick como el lateral Robbie Brady (a sus 24 años, de los más jovencitos en el plantel de mayor edad media del campeonato) fueron un dolor de cabeza constante para los suecos junto al media punta Hoolahan, nombrado jugador del partido, y al delantero Shane Long, que viene de firmar una gran temporada en el Southampton.

El central O'Shea estuvo a punto de llegar a empujar un balón a puerta vacía que había desviado de cabeza su compañero de zaga Clark, y sendos zapatazos de Brady y Hendrick desde fuera del área (este último pegó en el larguero) a punto estuvieron de adelantar a la selección del trébol.

De poco le valió a «Ibra» y sus compañeros el paso por vestuarios. Nada más comenzar el segundo tiempo, Hendrick volvió a poner a prueba a Isaksson.

Era cuestión de tiempo, y llegó. En el minuto 48, Coleman protagonizó una fenomenal internada y su centro atrás desde dentro del área lo remató de manera impecable, de primeras y a bote pronto, el habilidoso Hoolahan.

Solo entonces pareció despertar Suecia, que había dormitado con una intensidad a años luz de la de sus contrincantes. Irlanda tenía ya el botín que quería, un gol de ventaja que le permitió cerrarse sin rubor e intentar resistir el asedio sueco.

El problema para los de verde es que cuando Ibrahimovic y sus chicos decidieron por fin aterrizar en París, su fútbol (y sus torres) comenzaron a imponerse.

Aunque la estrella sueca no había dejado muchas huellas en el partido, una internada suya por la derecha del área irlandesa, habilitado de tacón por Guidetti, acabó en un pase de la muerte que el central Clark cabeceó de manera inapelable a su propia portería.

Se le hizo muy larga la segunda mitad a Irlanda, que todavía vio como «Ibra» no llegó por los pelos a un centro del incombustible lateral Olsson a ocho minutos del final.

Ya con poco combustible en los dos bandos, el choque pereció con un empate en un duelo sin un fútbol exquisito pero lleno de intensidad y alternativas.

Y tan futbolero como el partido fue el ambiente en el Estadio de Francia, donde dos de las hinchadas más animosas y con mayor solera de Europa convirtieron el choque en una auténtica fiesta antes, durante y después del encuentro.

Las aficiones cantaron juntas y se aplaudieron mutuamente. Poco más o menos, lo opuesto a las dantescas imágenes vividas en Marsella el fin de semana.

Ficha técnica:

1 - Irlanda: Randolph; Coleman, O'Shea, Clark, Brady; McCarthy (McGeady, min.85), Whelan, Hendrick; Hoolahan (Hoolahan, min.78); Walters (McClean, min.64) y Long.

1 - Suecia: Isaksson; Lustig (Johansson, min.45), Lindelöf, Granqvist, Olsson; Larsson, Lewicki (Ekdal, min.86), Källström, Forsberg; Berg (Guidetti, min.59) e Ibrahimovic.

Goles: 1-0, m.48: Hoolahan. 1-1, min.71: Clark, en propia meta.

Árbitro: Milorad Mazic (Serbia). Amonestó a McCarthy (43) y Whelan (77) por Irlanda, y a Lindelöf (m.61) por Suecia

Incidencias: encuentro correspondiente a la primera jornada del Grupo E disputado en el Estadio de Francia, en Saint-Denis, ante unos 80.000 espectadores. Lleno. Antes del partido hubo una falsa alarma por explosivo en una de las puertas del campo. 

Fuente y redacción: Enrique Rubio (EFE)
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE







Un testarazo de Gerard Piqué a tres minutos del final, condujo a España a un estreno con triunfo sufrido en el inicio del camino a la defensa de la corona en la Eurocopa 2016 (1-0), ante una República Checa, que se armó en defensa y construyó un muro ante el que «la roja» se armó de paciencia para comenzar un gran torneo con triunfo ocho años después.

Toulouse, Francia, 13 de junio de 2016 (D58).- Nunca había iniciado España en la «era Del Bosque» con triunfo una Eurocopa o Mundial. 

El partido que marca el pulso en todo el campeonato siempre se le atragantaba y a punto estuvo de volver a hacerlo si no es por Andrés Iniesta y Piqué. Justo el jugador que más debate levantó en la fase de clasificación, silbado en todos los estadios españoles por sus propios aficionados, se disfrazó de salvador y recordó con la mirada perdida a la grada de Toulouse todo lo vivido.

El partido presentó el planteamiento esperado, uno de esos sistemas que ponen a prueba la paciencia de «la roja». La República Checa juntó sus líneas, defendió en veinte metros, entregó el balón y, cuando lo tuvo, pobló una zona donde entendió que podía hacer daño. Siempre tuvo superioridad a la espalda de Busquets. Un mínimo error de concentración le costaría caro a España, que buscó el gol de forma incesante.

El arranque de un gran torneo siempre instala nervios. El ambiente, el momento único en la carrera de muchos futbolistas. España tuvo prisas de inicio por encontrar la jugada buena.

Necesitó la aparición de la pausa con Iniesta y la aceleración con calidad en los últimos metros que imprimió siempre Silva. Sus laterales, Juanfran inconmensurable y Jordi Alba, jugaban de extremos. Las variantes se instalaban en campo contrario en la búsqueda de espacios.

El balón parado estiró a la República Checa de inicio. Los de Pavel Vrba eran conscientes de su menor calidad. Lo intentaron con Rosikcy y buscando el remate de Necid.

Solo inquietaron a De Gea en la última acción del primer acto tras un error al tirar el fuera de juego de Juanfran. El remate lo detuvo en dos tiempos el portero español. Nada frenó la decisión tomada por Del Bosque de dar por finalizada la «transición dulce». Casillas era suplente en el inicio de un gran torneo por primera vez desde el Mundial 2002, cuando su leyenda comenzó a tomar forma.

La remodelación de «la roja» se culmina en jugadores que buscan su protagonismo. Lo quiso siempre Nolito, pegado a banda, con ansia de desequilibrar. Inventaba la primera acción clara de peligro que remataba Morata en fuera de juego.

Al límite estuvo todo el partido, repleto de voluntad en la búsqueda de argumentos para convencer que merece ser el nueve de España, posiblemente el puesto más difícil y cambiante en la «era Del Bosque». Le faltó acierto en el remate.

La República Checa levantó un muro que iba a ser difícil de derribar, más aún con un guardián como Petr Cech. Brilló al cuarto de hora, cuando un chispazo de Silva inventó el pase medido a Morata. Llegó en carrera, impulsado y con todo para marcar. Le salió centrado su derechazo al cuerpo del meta checo.

Son acciones que definen partidos en grandes citas, que cambian el rumbo. La desaprovechó España que con el paso de los minutos fue encerrando cada vez más a su rival. Silva leía siempre bien el partido en cada balón que tocaba, Iniesta regateaba patadas para impartir una clase y Morata buscaba el gol de forma incansable.

Sentó a Gebre Selassie a la media hora con un buen gesto del cuerpo, pero su disparo cruzado lo desvió con la punta de su guante Cech a córner. Era el momento en el que rondaba el gol España con más continuidad. Nolito desbordaba y asistía.

Cesc no encontraba el remate, Busquets lo hacía a las nubes. Iniesta lo intentaba desde 30 metros y Jordi Alba sorprendía a la espalda de la defensa checa, pero Cech sacaba su disparo. Segundos después salía a los pies de Silva y sacaba otra abajo.

El asedio debía ser mayor en la segunda mitad. Antes de que Del Bosque buscase variantes. España aumentó una marcha en su velocidad. Segundos después del arranque ya intimidaba.

El pase medido de Iniesta a Morata acababa en pase atrás y despeje de Hubnik al palo. Era el inicio de numerosos córners que acababan con Nolito chutando al muro tras un despeje de Cech y Ramos viendo como la defensa rival sacaba la suya. Su esperado primer gol en un torneo con La Roja.

Solo debía cuidar España no despistarse en el repliegue y las acciones a balón parado. Fue como sufrió más de un susto. A los 57 minutos De Gea sacaba abajo el remate de Hubnik a una falta lateral de Krekcl. Y ocho después el testarazo en el segundo palo de Gebre Selassie lo sacaba bajo palos Cesc.

Del Bosque no tocó el sistema pero cambió sus piezas. La pelea de Morata no tuvo premio y dejó su sitio al momento de Aduriz. Le buscaron con centros. Pidió penalti, empujado en su primer intento, y dejó una bonita chilena en el segundo.

Pasaban los minutos y aumentaba el nerviosismo. Las ocasiones llegaban pero faltaba el remate, la décima de segundo de pausa para definir. No la tuvo Jordi Alba, totalmente solo tras un pase perfecto de Silva. Y Thiago, que entró por Cesc, tardó en rematar la asistencia de Nolito.

En área checa moría el partido cuando uno de los innumerables intentos de Iniesta, su centro con guante de seda encontró la subida al ataque de Piqué que cabeceó a la red. El jugador que fue silbado por su propia afición en el último año en estadios españoles se convertía en el salvador a tres minutos del final.

La racanería en el fútbol tuvo castigo y la República Checa demostró que cuando necesitó atacar tenía más que ofrecer. De Gea salvó el triunfo en el tiempo añadido cuando Darida chutó con potencia.

El partido finalizaba con un nuevo encuentro apretado, en la línea de toda la Eurocopa de Francia, que impulsa a España hacia octavos de final.

Ficha técnica:

1 - España: De Gea; Juanfran, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Cesc (Thiago, m.70), Iniesta; Silva, Nolito (Pedro, m.82) y Morata (Aduriz, m.62).

0 - República Checa: Cech; Kaderebaek, Sivok, Hubnik, Limbersky; Theo Gebre Selassie (Sural, m.84), Plasil, Darida, Krejci, Rosicky; y Necid (Lafata, m.75).

Goles: 1-0, m.87: Piqué.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a Limbersky (61) por la República Checa.

Incidencias: encuentro correspondiente a la primera jornada del Grupo D, disputado en el estadio de Toulouse. Lleno, con la presencia de 33.000 aficionados en sus gradas, unos 8.000 españoles. 

Fuente y redacción: Roberto Morales (EFE)
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE