El Real Madrid ensanchó su leyenda como el Rey de Europa con la segunda Liga de Campeones en dos años, su undécima, la más sufrida de su historia que confirma la resurrección en un año reconducido por Zinedine Zidane, con intercambio de papeles respecto a Lisboa.

Milán, Italia, 28 de mayo de 2016 (D58).- El equipo blanco marcó primero, de nuevo por medio de Sergio Ramos, pero Carrasco empató en la recta final del partido y el Real Madrid inclinó la balanza de su lado con la fortuna en los penaltis tras un fallo de Juanfran.

El fútbol le debe una al Atlético. Una más. La crueldad se tiñe de «rojiblanco» en una final en la que nadó a contracorriente, dio todo por llevar el duelo a la prórroga y solo hincó la rodilla por un error en el lanzamiento de Juanfran en el cuarto penalti de la tanda. Un duelo llevado al extremo de sacrificio y entrega. Una final histórica que cubrió con pasión la falta de buen fútbol.

Era tan reciente la espina de Lisboa que era una utopía pensar que no marcaría el duelo en Milán. Tan solo 735 días después. Simeone, el técnico que ha instalado al Atlético de Madrid entre los más grandes de Europa, cometió errores de los que necesita desquitarse.

Aquella alineación de Diego Costa lesionado que restó un cambio en los instantes en los que faltaba el oxígeno. Estratega del fútbol, volvió a sorprender en su planteamiento inicial en San Siro. Donde situase la línea de presión marcaría el duelo.

La adelantó. Fue a por el Real Madrid. Mordió en la salida de balón, dificultándola y corriendo riesgos con una defensa casi en el centro del campo ante la velocidad de la BBC. El Real Madrid que «el Cholo» esperaba al contragolpe lo provocó él mismo con su planteamiento.

La historia es un intangible que se plasma en las finales. Respalda a un Real Madrid que comenzó con seguridad. Agarrado a su mejor imagen defensiva del curso. Sin sorpresas de Zidane y con sus cartas sobre la mesa para conquistar el título. En Modric y Kroos recaía la responsabilidad ante rivales que siempre les encimaron. Debían sacar su calidad para elaborar acciones que enganchasen con Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.

Los duelos igualados se deciden por pequeños errores y en esta ocasión fueron rojiblancos de inicio. Sorprendentemente el equipo del «Cholo» defendió mal el balón parado y concedió dos faltas evitables en los costados que le costaron caras.

La primera la sacó Oblak con una parada milagrosa. El centro cerrado de Bale fue rematado en el área chica por Casemiro. El pie izquierdo en una intervención repleta de reflejos evitó el tanto tempranero.

Al duelo le faltaba belleza, pero le sobraba intensidad. Koke dio el primer aviso con remate en semifallo y Carvajal quedaba condicionado en una final que jamás olvidará, por una amarilla a los once minutos tras una entrada dura a Griezmann y su posterior lesión muscular.

El jugador que desequilibraba era Bale. Aparecía en cualquier rincón, en esfuerzos defensivos o desafiando en carrera ofensiva a rivales. Juanfran cometió un error infantil. Su falta clara en un costado, con el galés recibiendo de espaldas, generó el gol al cuarto de hora.

El centro de Kroos lo peinó Bale al primer palo y apareció Ramos, en un baile de agarrones con Savic, para congelar el tiempo y recuperar el papel de héroe de la Décima en una nueva final.

En posición dudosa, ligeramente adelantado al rival, remachó a la red el tanto que rompía la igualada final. El destino le tenía reservado su primer gol europeo del curso para otro momento de gloria tras su campaña más irregular.

Fue un directo anímico al mentón «rojiblanco». Se había ganado a pulso su regreso a la final, eliminando a los dos grandes favoritos Barcelona y Bayern, y su lema, «nunca dejas de creer», era el mejor argumento para levantarse.

Físico le sobraba a los dos equipos, con dos semanas para preparar la cita y vaciarse. Era la cabeza lo que jugaba en contra del Atlético, pero se lanzó con firmeza a por la remontada fuesen cuales fuesen los sucesos en su contra.

La duda inicial que insufló Bale con alguna acción veloz devorando espacios no tardó en desaparecer. Bien por personalidad «rojiblanca» o por comodidad madridista con el marcador a su favor, el dominio blanco sin peligro, intentando dormir el ritmo del encuentro y ganar seguridad con la posesión, se acabó convirtiendo en riesgo por la invitación a atacar a su rival.

Así comenzó a llegar el Atlético, sin inquietar a Keylor pero cambiando la dinámica y recuperando confianza. Un remate desviado de Juanfran y los incansables intentos de Griezmann alentaban a la esperanza. Los del «Cholo» necesitaban la personalidad de Koke, que se dejó caer al centro. Impreciso de inicio en dos pases con riesgo, pero bueno el tercero para conectar con el delantero francés que chutó blando a las manos de Keylor.

El Real Madrid desapareció de San Siro. Apenas un robo de un omnipresente Casemiro le hizo correr y generar una acción mágica de Benzema, en un regate veloz, un uno dos que ni vio Godín pero evitó Oblak en el centro peligroso. El cambio de plan de ruta madridista era un error, permitió recuperar confianza al Atlético.

La fiesta del fútbol español tenía lo mejor guardado para la segunda mitad. Cuarenta y dos años de espera «rojiblanca», la forma de perder en Múnich y Lisboa, le impulsaron en busca del gol. Otra vez el cambio de Carrasco, como en Múnich, varió su identidad.

Salió decidido y pronto encontró la mejor oportunidad de lograrlo. Pepe cayó en la trampa de Fernando Torres, que vivía el partido de su vida. Llegó tarde y arrasó el cuerpo de «el niño».

El penalti lo pidió Griezmann. Disparó con el corazón y con exceso de potencia. El travesaño repelió el esférico que botó delante de la línea de gol. Su fallo no se le fue de la cabeza en toda la final.

Perdió protagonismo por más que Simeone le llamó a la banda para insistir en que su gol llegaría. Estaba Carrasco para asumirlo. El francés agudizó las dudas blancas y exhibió sus virtudes.

Sobrado de carácter, el Atlético mereció el gol. Con Gabi tirando de galones al mando peleó hasta que lo encontró. Tras un córner la tuvo Savic, Saúl chutó fuera. El Real Madrid estaba demasiado estirado, centrado en defenderse, pero con una distancia abismal entre líneas. Lo quiso corregir Zidane con un cambio extraño. No tocó la BBC, que pedía oxígeno, y retiró el campo a Kroos por Isco.

Al contragolpe volvió a crear peligro el Real Madrid. Modric vio a Benzema, con metros para correr y pensar como superar el mano a mano que se le presentaba ante Oblak. Aguantó en exceso y su disparo fue tapado por el esloveno. Nuevamente decisivo.

Tuvo que esperar 78 minutos Cristiano para tener su primera oportunidad. En carrera apostó por la potencia en la definición. Centrado. Sencillo para un seguro Oblak. Segundos después encontró un rechace tras lucha de Bale y a su gesto de habilidad no le acompañó el gol. La tuvo el galés que vio como la sentencia la sacaba bajo la portería la defensa rival.

Y se pasó al empate. Los errores se pagan caros en el fútbol. Perdonó y lo pagó el Real Madrid. Juanfran compensó su error del gol madridista con un centro perfecto a Carrasco, que chutó empujado por todos los atléticos que no pararon de animar perdiendo en el marcador. Del minuto 93 de Lisboa al 78 de Milán. Los miedos hicieron un viaje de ida y vuelta.

Tenía al Real Madrid tambaleándose, pero el Atleti tomó aire. La pausa le pudo costar la final. Bale remató a la espalda de Pepe un saque de esquina. Marcelo puso un centro potente peligroso. Y en esta ocasión el 93 tenía guardada una acción polémica. Ramos se jugaba la expulsión con una entrada que cortaba el ataque de Carrasco. Se quedó en amarilla, la misma que recibió Gabi por su queja.

Nacía la prórroga con dos equipos midiendo su preparación física. Con futbolistas al límite, acabando con calambres o percances musculares. El orgullo madridista le hizo buscar el triunfo, romper una dinámica negativa ante un rival que le tiene tomada la medida.

Casemiro no superó a Oblak y tiraba de individualidades con Bale y Cristiano buscando sin éxito el premio final. Siempre en saques de esquina, ambos remataron a la espalda de Pepe o Filipe. El Atlético se instaló en su terreno y ya no volvió a inquietar. Acabó pidiendo los penaltis como todos los jugadores, al final extenuados.

Todo a una carta para dos eternos enemigos. La gloria a un paso, el infierno también. Marcó Lucas el primero, respondió con personalidad Griezmann en el penalti más difícil de su carrera. Marcelo ajustó su zurdazo, respondió a la escuadra Gabi. Oblak no se movía y Bale le superó por el mismo lado, su izquierdo.

Saúl respondía con toque de clase a la presión. Ramos se ganaba el premio al mejor jugador del partido y Juanfran la peor noche de su vida. Su disparo ajustado lo repelió un poste. Todo quedaba en las botas del mejor lanzador del Real Madrid. Y Cristiano dio la Undécima al Rey de Europa.

Ficha técnica:

1 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal (Danilo, m.51), Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos (Isco, m.72), Modric; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Lucas Vázquez, m.77).

1 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe (Lucas, m.109); Saúl, Gabi, Augusto (Carrasco, m.46), Koke (Thomas, m.116); Griezmann y Fernando Torres.

Goles: 1-0, m.15: Sergio Ramos. 1-1, m.79: Carrasco.

Penaltis: 1-0: Lucas Vázquez, gol. 1-1: Griezmann, gol. 2-1: Marcelo, gol. 2-2: Gabi, gol. 3-2: Bale, gol. 3-3: Saúl, gol. 4-3: Ramos, gol. 4-3, Juanfran, al poste. 5-3, Cristiano, gol.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglés). Amonestó a Carvajal (11), Keylor Navas (47), Casemiro (79), Ramos (90), Danilo (93) y Pepe (111), por el Real Madrid; y a Fernando Torres (60), Godín (66) y Gabi (90), por el Atlético.

Incidencias: final de la Liga de Campeones disputada en el estadio San Siro, lleno a rebosar, con 81.000 espectadores en las gradas. El Rey Felipe VI y Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, presenciaron el partido desde el palco. 

Fuente y redacción: Roberto Morales EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE










 







Los embajadores del Real Madrid para la final de Milán de la Liga de Campeones (Paco Gento, Amancio Amaro, Raúl González, Pedja Mijatovic y Roberto Carlos) desataron la locura en la zona de hinchas en el centro de la ciudad, donde los seguidores llegaron a pedir la presidencia de Raúl.

San Siro, Milán, Italia, 28 de mayo de 2016 (D58).- El calor cercano a los 30 grados marcaba la mañana previa al gran partido en San Siro en el centro de Milán.

Aficionados madridistas se repartían por las zonas más turísticas hasta que la llegada de los embajadores del club, futbolistas que han marcado una época en la conquista de Copas de Europa en el pasado, congregó a cerca mil seguidores en la vía del Burchiello, donde está instalada la zona de hinchas blancos.

En un escenario con el hastag #AporlaUndécima y el lema «unidos por un sueño», aparecieron leyendas del club y los aficionados no cesaron de dedicarles cánticos, con Raúl como el más aclamado y llegando a pedir su regreso al club hasta de presidente.

«Estoy orgulloso de estar con todos los madridistas que sentimos de corazón a nuestro equipo», dijo Amancio Amaro en el escenario intentando apaciguar los cánticos de los seguidores madridistas.

«Estamos contentos de estar en Milán con mucho madridismo que llevamos dentro. Sabemos que es un partido difícil con un rival de toda la vida. Esperemos que como ocurrió en Lisboa nos quedemos de nuevo con la copa porque somos mejores», añadió Gento.

Un vídeo mostraba jugadas que marcaron una época en el Real Madrid. Cambió el blanco y negro de las imágenes y apareció el color con la conquista de la séptima Copa de Europa y la aparición del autor del gol, «el verdadero héroe de la séptima», como presentó Raúl a Pedja Mijatovic.

«Siento mucha felicidad de estar junto al madridismo. Gracias a la afición se ha conseguido todo lo que ha conseguido el club en su historia. Espero que esta noche nos llevemos la undécima», deseó.

Con la camiseta del Real Madrid puesta apareció Roberto Carlos, que sigue teniendo el cariño de la afición que tantos años le alentó en sus exhibiciones por banda izquierda del Santiago Bernabéu. «Hicimos historia con el club y estar hoy representado al Real Madrid es un orgullo. El madridismo merece una victoria».

Fue el punto álgido de una mañana calurosa en Milán. Los televisivos José Corbacho y Luján Argüelles fueron los presentadores e interactuaron en todo momento con los seguidores madridistas.

Realizaron un concurso buscando el mejor cantante del himno del Real Madrid y la fiesta contó con la actuación del cantante David Otero, antiguo integrante de El Canto del Loco y fiel seguidor blanco.

Los seguidores del Real Madrid inician ya el camino hacia San Siro. 4,5 kilómetros separan la vía del Burchiello del estadio en el que desean vivir una gran fiesta, la de la Undécima Copa de Europa.

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE










Todo está listo en la ciudad italiana de Milán para presenciar el duelo entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, en la final de la UEFA Champions League.

Milan, Italia, 28 de mayo de 2016 (D58).- La ciudad de Milán se preparó para vivir un gran acontecimiento deportivo.

Miles de aficionados y periodistas abarrotan la plaza del Duomo «La villa del Champions» en el centro de la ciudad y a ultima hora se ha conocido que han suspendido la transmisión en pantalla gigante desde la plaza, por medidas de seguridad.

El duelo entre los equipos de Zinedine Zidane y Diego «El Cholo» Simeone acapara la atención, ya que del choque entre ambas escuadras surgirá el nuevo campeón del máximo torneo de clubes de Europa.

Redacción: Daniela Milli (corresponsal en Milan D58)
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: Daniela Milli (corresponsal en Milan D58)














Miles de aficionados han llegado a la ciudad italiana de Milán durante la última semana para presenciar el duelo entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, en la final de la UEFA Champions League.

Milan, Italia, 28 de mayo de 2016 (D58).- De cara al duelo que protagonizarán el Real Madrid y el Atlético de Madrid, este sábado 28 de mayo, miles de aficionados han abarrotar la ciudad italiana de Milán para presenciar el partido de la gran final de la UEFA Champions League. 

Durante toda la semana, la ciudad de Milán se preparó para vivir un gran acontecimiento deportivo. Los hoteles de concentración de ambos equipos ya se han blindado.

San Siro se vistió de gala para albergar la gran final española. La copa se encuentra en la plaza del Duomo «La villa del Champions», donde se encuentran numerosos estands de patrocinantes de la copa, así como una inmensa tarima donde cada noche se presentaron espectáculos musicales con DJ como Benny Bensai entre otros.

Cientos de aficionados y periodistas se acercan para hacerse una foto con la copa, actividad totalmente gratuita.

El duelo entre los equipos de Zinedine Zidane y Diego «El Cholo» Simeone acapara la atención, ya que del choque entre ambas escuadras surgirá el nuevo campeón del máximo torneo de clubes de Europa.

Redacción: Daniela Milli (corresponsal en Milan D58)
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: Daniela Milli (corresponsal en Milan D58)