El serbio Novak Djokovic conquistó este domingo, a la cuarta final, su primer Roland Garros, al derrotar al británico Andy Murray por 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4 en tres horas y tres minutos, con lo que se convirtió en el octavo tenista de todos los tiempos en ganar los cuatro Grand Slam.

París, Francia, 6 de junio de 2016 (D58).- El número uno del mundo se ha impuesto en los últimos cuatro grandes, con lo que completa así el «Grand Slam» en dos años consecutivos, y está ahora en disposición de ganar los cuatro en la misma temporada, algo que no sucede desde que Rod Laver lo hiciera en 1969.

El sol, que se había ocultado durante toda la quincena, una de las más perturbadas por la lluvia de la historia, apareció tímido en el cielo cuando el serbio cerró el partido.

«Es un momento muy especial, puede que el más grande de mi carrera», dijo desde la pista el ganador.

Djokovic, de 29 años, suma su duodécimo triunfo en un Grand Slam, con lo que iguala con el australiano Roy Emerson, y se queda a dos del español Rafael Nadal y del estadounidense Pete Sampras, y a cinco del suizo Roger Federer.

Con el brasileño Gustavo Kuerten en las gradas, Djokovic dibujó un corazón sobre la tierra batida, en homenaje a lo que hizo el extenista en 1997 en París tras salvar un complicadísimo partido . «Le he pedido permiso», afirmó antes de celebrar el triunfo con los recogepelotas como había hecho este año tras sus anteriores victorias.

El serbio ha necesitado de 12 participaciones en Roland Garros, jugar cuatro finales, otras tantas semifinales y dos cuartos, para poder besar la Copa de los Mosqueteros, el torneo más ansiado del número uno del mundo, que había perdido dos finales contra Nadal y la del año pasado frente al suizo Stan Wawrinka.

Una espera que le han convertido en el tenista que ha acabado ganando en París tras haber acumulado más participaciones.

A la cuarta, en la segunda final más repetida en la historia de los grandes, Djokovic se hizo un hueco en el exclusivo club en el que le aguardaban Fred Perry, Donald Budge, Rod Laver, Roy Emerson, André Agassi, Federer y Nadal.

Se quitó así el serbio una espina que empezaba a convertirse en una obsesión, que rondó por su mente cuando Murray, que jugaba su primera final en Roland Garros en busca de su tercer grande, se adjudicó la primera manga.

El escocés, dominaba los peloteos y dictaba el ritmo del partido, hasta el punto de acallar a una ruidosa pista Philippe Chatrier que en un ambiente de Copa Davis, parecía más proclive al serbio.

Djokovic comenzó rompiendo el saque de su rival, pero el británico reaccionó apuntándose cuatro juegos consecutivos, una ventaja que mantuvo hasta el final. El serbio parecía desconectado y por su mente rondaban los fantasmas de Jimmy Connors, John McEnroe, Stefan Edberg, Pete Sampras o Boris Becker, su actual entrenador, todos ellos números uno, que dejaron la raqueta sin triunfar en París.

Arriba en el marcador, Murray, que nunca había perdido un partido en Roland Garros tras ganar el primer set (27 de 27), se veía capaz de derrocar al número uno, como había hecho hace tres semanas en la final del Masters 1.000 de Roma. Pero el serbio mantuvo la compostura y no perdió la fe en la remontada.

Un 3-0 de entrada en el segundo set puso el parcial de su lado, ventaja que agudizó en el sexto juego para, en el siguiente, apuntárselo con su servicio.

La batalla moral había cambiado de bando. Ahora era el serbio quien dictaba su ley en la pista, asentado en un servicio más efectivo, mientras el británico se iba diluyendo.

Por momentos el partido, que en sus primeros instantes era una épica batalla, tenía un solo hombre en la tierra batida. Djokovic recuperó su mejor tenis, el que le ha llevado al trono del tenis actual y a ganar cinco títulos antes de llegar a París.

La tercera manga fue un monólogo. Murray dejó entrever que la quincena pesaba en sus piernas. No en vano, el escocés tuvo que levantar dos sets en contra en sus dos primeros partidos y posteriormente también cedió sets contra Richard Gasquet en cuartos y ante Wawrinka en semifinales.

Más fresco el serbio, que solo había perdido una manga, ante el español Roberto Bautista, ya no estaba dispuesto a dejar escapar el torneo que le obsesionaba. Nunca antes había ganado dos sets en una final en Roland Garros. Nunca antes había tenido su sueño tan cerca.

Djokovic encadenó cinco juegos consecutivos y dejó listo el parcial, 2-1 arriba, mucha montaña que escalar para Murray.

Rotura de entrada en la definitiva y otra vez más en el séptimo juego le propulsaron hacia el triunfo. Solo el vértigo de la victoria le hizo temblar en el último tramo. Murray, que ha perdido 8 de las 11 finales que ha disputado, recuperó uno de los quiebres, en la primera vez en las que servía para ganar.

Pero a la segunda, el británico dejó la pelota en la red y abrió a Djokovic la puerta de la gloria. 

Fuente y redacción: EFE / Luis Miguel Pascual
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE 



 






El serbio Novak Djokovic puso broche de oro a una temporada de ensueño al derrotar al suizo Roger Federer por 6-3 y 6-4 en 80 minutos en la final del Masters y hacerse por quinta vez, cuarta consecutiva, con este torneo que pone fin al circuito.

Londres, Inglaterra, 23 de noviembre de 2015 (D58).- Aunque Federer intentó repetir la victoria ante el número uno del mundo en la primera fase del grupo Stan Smith (7-5 y 6-2) este mismo martes, no pudo con la solidez del serbio, que hizo las delicias de su entrenador, el alemán Boris Becker que este domingo cumple 48 años, para convertirse en el primer hombre que gana este torneo cuatro veces seguidas en los 46 años de su historia.

Si el sábado, al derrotar a Rafael Nadal en semifinales, Djokovic logró nivelar la balanza de sus enfrentamientos con el español 23-23, este domingo dio un paso más en su afán de convertirse en el mejor jugador de la historia al dar caza a Federer e igualar 22-22 en sus duelos.

«Es casi invencible», pronosticó Nadal tras su derrota ante el de Belgrado. «Me siento superior a mis rivales», apostilló el propio Djokovic tras el despliegue de golpes que mostró ante el español.

Nada parece difícil para el jugador de Belgrado que salvo la mácula de la derrota ante el suizo Stan Wawrinka en la final de Roland Garros ha cerrado la temporada con 11 títulos: Abierto de Australia, India Wells, Miami, Montecarlo, Roma, Wimbledon, Abierto de Estados Unidos, Pekín, Shanghai, París y el Masters de Londres.

Federer había sido el último jugador en vencerle antes de llegar al 02, el 23 de agosto en la final de Cincinnati. Luego, el jugador de Basilea también le derrotó en la fase de grupos, pero este domingo, Djokovic se vengó sin pestañear para ganar el título 59 de su carrera y acabar la temporada con 82 victorias y solo seis derrotas.

El suizo, hombre récord del Masters con seis títulos, que finalizará la temporada en el segundo puesto de la lista mundial, tomó tarde la decisión de acudir a la red como único auxilio ante el demoledor juego de Djokovic desde el fondo. Le había ido bien el martes quedándose atrás y tal vez por eso decidió no atacar en el inicio y esperar agazapado.

Rápidamente comprobó que la estrategia esta vez no serviría de nada. Djokovic, con el mismo implacable revés cruzado con el que derrotó a Nadal, sembró el pánico entre los seguidores del jugador de Basilea, cuando aprovechó su oportunidad en el tercer juego para hacerse con el servicio del ganador de 17 Grand Slams.

Esa rotura fue suficiente para que el de Belgrado se hiciera con el primer set en 39 minutos, y que Federer se diera cuenta de que, o se mostraba agresivo y visitaba la red con más frecuencia, o moría en el intento.

El porcentaje de puntos ganados en la red subió para Federer, que con este giro en su juego mantuvo nivelado el duelo. Pero para ganar cada uno de ellos tenía que arriesgar demasiado y sufrir ante la velocidad de piernas de su rival, capaz de estirarse como si fuera de goma para lograr una devolución más y cansar mentalmente al de Basilea.

Tanta presión y tanta necesidad de arriesgar estuvo a punto de costarle caro a Federer en el octavo juego del segundo set (4-3), cuando «Nole» dispuso de un 0-40. Federer lo sacó adelante impulsándose hacia delante con una gran energía y jugando sin miedo, lanzándose como un kamikaze para detener lo que hubiera significado una rotura definitiva.

Pero en el décimo la batería de golpes de Djokovic surtió efecto. Hubo un punto con 32 intercambios, que el de Belgrado terminó apuntándose y que destrozó anímicamente a Federer. Luego, en la segunda bola de partido, el cerebro del suizo se colapsó para entregar el encuentro con una doble falta final, la segunda del duelo.

Un final inesperado, pero firmado por el hombre que ha dominado a su antojo el 2015 y que amenaza la temporada siguiente con mantener la misma voracidad.

Redacción: Miguel Luengo EFE.
Fotos: EFE.


 




El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, cumplió con los pronósticos y derrotó en semifinales del Masters de Londres al español Rafael Nadal, por 6-3 y 6-3, en 79 minutos.

Londres, Inglaterra, 21 de noviembre de 2015 (D58).- Djokovic, vigente campeón del torneo, luchará mañana por revalidar su título en la capital británica ante el vencedor del duelo de esta noche entre los suizos Roger Federer y Stan Wawrinka.

Buscaba el español dar la sorpresa después de una buena semana, con sensaciones positivas, en la que logró imponerse en la fase de grupos a Andy Murray, Wawrinka y David Ferrer, números dos, cuatro y siete del ránking, respectivamente.

Sin embargo, enfrente estaba el número uno del mundo, un Djokovic que esta temporada ha ganado tres de los cuatro torneos del Grand Slam y que solo ha perdido seis encuentros.

Rafa llegaba al duelo de este sábado después de un maratoniano partido ayer ante Ferrer, que se fue hasta las dos horas y 37 minutos, mientras que Nole, que el jueves ganó en poco más de una hora y media a Tomas Berdych, había tenido de un día más de descanso.

El serbio, que ya se había impuesto a Rafa en sus últimos tres enfrentamientos, todos este año -semifinales del Masters 1.000 de Montecarlo, cuartos de final de Roland Garros y final en Pekín-, comenzó el duelo con un saque directo, premonitorio de lo que iba a ser el partido.

Ganó su primer servicio con comodidad, rompió a un Rafa que en los primeros tres juegos solo logró cuatro puntos y ganó nuevamente su saque para colocarse rápidamente con un contundente 3-0.

El ritmo impuesto por Djokovic era demasiado fuerte para un Nadal desenchufado, sin respuesta y que no presentó batalla.

El balear, sin ninguna bola de break en todo el encuentro, vagaba por la pista mientras Djokovic no aminoraba el ritmo. Sin ceder su servicio, acabó llevándose el primer set por 6-3 en poco más de media hora.

Se repitió la historia en la segunda manga, con Nole rompiendo en el quinto para colocarse con 3-2 y saque. Rafa se movía de lado a lado de la pista, bloqueado física y mentalmente frente a un jugador al que no le ha ganado un set en todo el año.

En poco más de 40 minutos el serbio finiquitó el segundo set y el partido, igualando así la serie entre ambos a 23 -que empezó en 2006 y llegó a estar en 14-3 a favor de Nadal- y asegurando su presencia en su decimoquinta final consecutiva en 2015.

«Ha sido una gran actuación desde el principio. He intentado en todo momento ser agresivo y dictar el juego. Me las he arreglado para sacar mis mejores golpes cuando los he necesitado», dijo todavía en pista un exultante Djokovic tras el partido.

«No hemos cambiado nuestros estilos desde la primera vez que nos enfrentamos: él con mucho más efecto y yo tratando de golpear plano la mayoría de las veces. Prácticamente ha sido igual desde la primera vez», añadió el número uno.

Djokovic se enfrentará en la final de mañana (14:00 GMT) con el vencedor del duelo suizo de esta noche entre Roger Federer y Stan Wawrinka.

«Prefiero jugar contra un suizo», bromeó Nole. «El partido contra cualquiera de los dos va a ser bonito, y espero hacerlo tan bien como lo he hecho hoy», concluyó.

EFE









Novak Djokovic
Tras cinco años sin perder un partido en Roland Garros, Rafael Nadal, defensor del título y nueve veces campeón, claudicó ante el serbio Novak Djokovic, número 1 de la ATP, este miércoles en los cuartos de final.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 04 de junio de 2015 (D58).- Djokovic ganó en tres mangas, por 7-5, 6-3 y 6-1, en 2 horas y 26 minutos. Jugará en semifinales con el escocés Andy Murray, que derrotó al también español David Ferrer por 7-6 (7/4), 6-2, 5-7 y 6-1.

Tras seis derrotas, las dos últimas en partidos muy igualados (semifinal de 2013 y final de 2014), Djokovic consiguió ganar a Nadal en París.

«Voy a trabajar para volver y para tener opciones de éxito de nuevo», dijo Nadal en rueda de prensa.

«Cuando juegas contra Rafa aquí, que ha perdido un partido nada más en su carrera, es increíble, por lo que estoy muy contento», señaló Djokovic en francés nada más acabar desde la pista.

Nadal, que este miércoles cumplió 29 años, sumó su segunda derrota en Roland Garros después de haber caído con el sueco Robin Soderling en octavos de la edición de 2009. En sus 11 apariciones en el torneo tiene 70 victorias.

«Somos humanos. Es capaz de volver. Lo hizo en 2013 tras 7 meses sin jugar y completó una de las mejores temporadas de su carrera. Si alguna vez tienen dudas echen un ojo a lo que ha logrado», dijo el serbio sobre la caída de su rival.

Inicio demoledor

Tras días de lluvia y viento, la meteorología parecía estar del lado del español. Un rato antes de empezar salió el sol en París y la temperatura subió hasta los 20 grados, pero el duelo comenzó con un Djokovic sublime.

El serbio se situó 4-0 en el marcador en pocos minutos, combinando la solvencia en el juego de fondo con acertadas incursiones a la red -acertó hasta cuatro dejadas-.

Quedó para el recuerdo el punto del 4-0. Dejadas, globos y carreras imposibles hasta que Nadal acabó encontrándose con la red.

A pesar de haber perdido el aplaudido peloteo, al español le sirvió para soltar el brazo y lograr su primer break.

Encadenó entonces cuatro juegos. La máquina había empezado a carburar y recordaba a su mejor versión.

Sin respuestas

Pero fue un espejismo. Nadal tenía que hacer enormes esfuerzos para estar al nivel de un Djokovic que rozaba la perfección y que selló el primer set en una hora y 7 minutos de juego.

«Estuve cerca en el primer set, pero si se mira el cómputo general del partido nunca fui por delante en el marcador», reconoció Nadal.

«Él fue mejor que yo, así que hay que felicitarle, aceptarlo, analizarlo y trabajar para ponerle remedio», añadió.

A diferencia del primero, el segundo set comenzó con las fuerzas equilibradas, con ambos jugadores administrando energía porque la batalla parecía entonces que sería larga.

Ambos consolidaron tres veces su servicio, aunque el serbio siempre lo hacía con mayor solvencia.

Finalmente logró romper el saque a Nadal, en dos ocasiones consecutivas, con el español salvando hasta tres bolas de set para finalmente ceder a la cuarta.

A estas alturas de partido Djokovic había firmado 32 golpes ganadores por 22 del español.

En la tercera manga se acentuaron las tendencias y Djokovic además contó con la fortuna como aliada.

Cerró dos juegos con dos bolas que pegaron en la red y cayeron del lado del español, lo que el serbio agradeció besando la cruz de madera que siempre le cuelga del cuello. Por fin había acabado con el largo reinado del español en París.

AFP

 Djokovic y Nadal se saludan al final del partido

 Djokovic