La Biblioteca Pública del Zulia continúa llevando a cabo actividades en el marco de la Semana del bibliotecólogo y archivólogo, y en esta ocasión, durante la mañana de este miércoles 29, se realizó el Taller «Restauración de documentos», en la Sala de Referencias «David Belloso Rossell», a cargo de José Luis Marín, jefe del Departamento de Preservación de Colecciones del Centro de Conservación Documental de la Biblioteca Nacional de la ciudad de Caracas.
Maracaibo, Zulia, Venezuela, 31 de julio de 2015 (D58).- Para la actividad práctica los participantes requirieron de los siguientes materiales: tijera normal punta roma, pega, bisturí o exacto, envase plástico para colocar la pega, regla y brocha pequeña de dos pulgadas. La Biblioteca se encargó de suministrar gasas y libros con algún grado de deterioro para su restauración.
Se habilitaron varias mesas de trabajo, donde se reunieron personal de la Biblioteca, del Acervo Histórico, así como de otras entidades y público interesado para participar en el taller con la finalidad de poder conocer medidas preventivas para la restauración de libros.
Un tratamiento diferente para cada libro
Marín atendió cada una de las inquietudes de los participantes, y fue pasando por cada mesa para equipar a los grupos de trabajo con las herramientas para el manejo adecuado de la restauración del material impreso. Detalló asimismo que: «este es un taller preventivo para restaurar libros, darle vida útil. Cada libro tiene un tratamiento diferente».
En los casos de libros con hojas dobladas, detalló Marín, se desdoblan las puntas desplazando un lápiz sobre ellas o empleando la punta de un pincel.
Cuando la parte del lomo está despegado, se le pega una gasa primero para que luego tenga más consistencia y luego se le vuelve a colocar la portada. Hay que conocer de igual manera las partes de un libro, dijo Marín: «la cabeza del libro, el pie, lomo, corte frontal y las tapas. En el taller de preservación en el sitio expliqué lo que era el hongo en los libros. Las manchas negras son producto de la acumulación de polvo, mientras que las amarillas son producto de la oxidación. El hongo es una gamuza negra que aparece en la bisagra del libro, porque se mojó o por los cambios bruscos climáticos», precisó el experto.
Por otra parte, cuando algún libro tiene sus hojas mutiladas, es necesario poseer una copia adicional, si hay un segundo ejemplar, para luego insertarla completa.
Cuando se le hayan desprendido hojas a un libro, se procede a barnizar el pincel con cola, para esparcirla en el borde del libro, apoyándose en una superficie de papel bond para evitar salirse del borde o llenar otras partes del libro con pega, y adherirle luego la hoja desprendida.
Marín señala que lo ideal es que se trabaje con pinceles nuevos. «Es importante chequear también la numeración de las páginas, que sea consecutiva, y detectar si le faltan hojas al libro. Cuando haya un ejemplar único del libro, la recomendación es que se hagan dos facsímiles, que representan la copia fiel y exacta del original; se usa uno de ellos y el original se guarda. Además se digitaliza, para que queden tres copias, una digital y dos facsímiles», como se realiza en la Biblioteca Nacional.
Algunas recomendaciones
Algunos usuarios tienen la costumbre de forrar los libros con papel contac. Según Marín, esto resulta perjudicial para el libro, porque el plástico trae un pegamento que posteriormente se vence por los cambios climáticos bruscos, y a veces quedan burbujas entre la portada y el papel y la pega con el transcurrir de los años se va poniendo amarilla al igual que el papel. Entonces, esa película de pega va quedando en el papel, y así se desgarra la corteza del libro. El papel está compuesto de fibra, y por eso se deteriora, precisó.
Para pegar las cotas a los libros se recomienda usar la cinta transparente, al igual que se deben respetar las medidas de la superficie de la cinta que va adherida a la cota. Es lo que sugieren las redes de centro conservación en el ámbito mundial a las cuales está unido el Centro de conservación de Venezuela.
Asimismo, toda labor de restauración debe hacerse en lugares apartados de las colecciones de libros. La invitación es para que los interesados se acerquen a nuestras instalaciones y participen de las actividades diseñadas con el propósito de conocer acerca de la conservación y restauración de los libros, en esta semana que se honra la labor de los bibliotecólogos y archivólogos así como la de los héroes patrios.
Redacción: Luisanna Jaimes
Fotografía: Francisco Ruiz
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