El Barcelona ganó la Copa del Rey al Sevilla (2-0) en un partido agónico, con la expulsión de Javier Mascherano en la primera parte, la de Éver Banega en el minuto 90 y con un gol en la prórroga de Jordi Alba que, junto a otro de Neymar, sellaron un partido inmenso de Iniesta y Piqué, protagonistas absolutos del título que dio un doblete al cuadro azulgrana.

Madrid, España, 22 de mayo de 2016 (D58).-
Los dos escribieron su nombre en la final con letras de oro. Ambos aguantaron a su equipo, que vivió en el alambre casi todo el partido por la desaparición de Mascherano que no pudo aprovechar el Sevilla. La culpa la tuvieron los dos jugadores azulgrana. Entre ambos, dieron la Copa al equipo de Luis Enrique.

La final de las esteladas, como posiblemente pase a la historia, no dejó un fútbol de bandera un día en el que apenas existió protagonismo para la enseña independentista. Todo lo contrario, pasó prácticamente inadvertida y sólo importó todo lo que pasó sobre el césped del estadio Vicente Calderón.

Esa ausencia de buen fútbol se compensó con el buen nivel de ambos equipos. Aunque el dato de los primeros 45 minutos es relevante, con sólo dos tiros a puerta en toda el acto inicial, sí que hubo nivel. Y es que Sevilla y Barcelona no son cualquier cosa. Son los campeones de la Liga Europa y de la Liga, respectivamente. Eso no lo consigue un don nadie.

Ya sobre el tapete, Unai Emery se llevó a los puntos la primera parte. Aunque el Barcelona intentó y casi siempre lo consiguió mantener la posesión de la pelota, fue el Sevilla el que dio siempre sensación de peligro.

Emery, ante la baja por sanción del francés Steven N'Zonzi, acertó retrasando al argentino Éver Banega. A un paso de marcharse al Inter de Milán, el centrocampista sevillista dio un recital durante un gran tramo del partido. Es mucho mejor con más visión de campo. Manejando los tiempos, con pases casi siempre acertados, aporta más que actuando como una especie de mediapunta.

Con Banega intratable, el Barcelona sólo encontró la inspiración en Andrés Iniesta, que está en un estado de forma salvaje a menos de un mes del inicio de la Eurocopa. Los únicos momentos brillantes del equipo de Luis Enrique al principio los protagonizó él. Suyo fue un pase a Luis Suárez magnífico, pero el uruguayo no aprovechó un resbalón de Rami para batir a Sergio Rico.

Su disparo, que se marchó fuera, junto a un cabezazo al final de Gerard Piqué, fue el único bagaje ofensivo del Barcelona en el primer periodo. Mientras, el Sevilla, muy bien colocado salió al contragolpe en muchas ocasiones con la velocidad de Kevin Gameiro, el tercer jugador que hay que nombrar por su estado de forma.

El francés protagonizó la jugada que marcó el partido. Ya en los primeros minutos anticipó lo que iba a pasar en una jugada sin trascendencia en la que se marchó por velocidad de Javier Mascherano, que a falta de diez minutos fue expulsado por agarrar al delantero sevillista cuando, de nuevo, se vio superado otra vez a la carrera.

Marc-André Ter Stegen evitó el gol de falta de Banega y el Barcelona, curiosamente, jugó sus mejores minutos con uno menos. Messi, Neymar y Luis Suárez, desaparecidos, ofrecieron pequeños brotes verdes a su afición. Pero era tarde. El daño estaba hecho. El Barcelona iba a sufrir en la segunda parte.

Ésta comenzó con un disparo al palo de Banega, que no bajó el nivel. Tenía la llave del choque, quería despedirse a lo grande y casi lo consiguió. La historia de la final depararía para él una despedida más triste en forma de expulsión. Pero, en ese momento, argentino estaba fino y el Barcelona no tenía la suerte de su lado.

Y es que tras la expulsión de Mascherano, llegó la lesión de Luis Suarez. El artífice del título de Liga desapareció del choque por un tirón muscular cuando quedaban 33 minutos. Rafinha salió al campo y, ahora sí, comenzó el acoso final sevillista.

El equipo de Luis Enrique se encomendó a Gerard Piqué, inmenso toda la noche. El central despejó todo lo que llegó al área de Ter Stegen. Fue un muro de hormigón infranqueable. Él solo se bastó para sostener al Barcelona.

La solidez de Piqué desesperó al Sevilla, que pese a su superioridad, no consiguió rematar a portería desde el disparo al palo de Banega. Los minutos fueron pasando e Iniesta, que estaba escribiendo su propia crónica estratosférica, provocó la expulsión de Banega en el minuto 90 y el partido volvió al principio, pero esta vez con una prórroga por delante.

El Sevilla perdió su oportunidad. Perdonó casi todo un periodo con un jugador más y lo pagó. Tardo en venirse abajo lo que tardó Messi en aparecer casi por primera vez con un pase de ensueño a Jordi Alba, que entró por la izquierda como una moto para batir a Sergio Rico a los seis minutos de la prórroga.

El golpe fue durísimo para los hombres de Emery. Ya no se levantaron. Pudieron hasta recibir más goles, pero Sergio Rico lo evitó con varios paradones. El segundo llegó por medio de Neymar, pero fue testimonial. La Copa es de Piqué y de Iniesta. La inmensidad de ambos en un choque lleno de incidentes (hasta se lesionó el árbitro), encumbró al Barcelona.

Ficha técnica:

2.- Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba (Sergi Roberto, min. 120); Rakitic, Sergio Busquets, Iniesta (Rakitic, min. 46); Messi, Luis Suárez (Rafinha, min. 57) y Neymar Jr.

0.- Sevilla: Rico; Mariano (Konoplyanka, min. 78), Ramí, Carriço, Escudero; Krychowiak, Banega; Coke, Iborra (Llorente, min. 105) Vitolo; y Gameiro.

Goles: 1-0, min. 96: Jordi Alba; 2-0, min. 120+2; Neymar.

Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Comité Madrileño). Expulsó con roja directa a Mascherano (min. 36) por parte del Barcelona y por parte del Sevilla a Banega (min. 90). Y a Carriço, por doble amarilla en el 121. Mostró cartulina amarilla a Rami (min. 73), Vitolo (min. 75), Iborra (min. 91), Konoplyanka (min. 101), Escudero (min. 103) y Gameiro (min.114) por parte del Sevilla y a Jordi Alba (min. 87), Neymar (min. 88), Dani Alves (min.88) e Iniesta (min. 88) por parte del Barcelona.

Incidencias: final de la Copa del Rey disputado en el estadio Vicente Calderón del Atlético de Madrid ante cerca de 54.000 espectadores. 

Presenciaron el partido desde el palco el rey Felipe VI y la reina Letizia, ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, el presidente de la Federación Española de Fútbol Ángel María Villar, el presidente de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont, la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, el alcalde de Sevilla Juan Espadas y el seleccionador nacional Vicente del Bosque. 

Fuente y redacción: Juan José Lahuerta (EFE)
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE 


















Barcelona y Sevilla pugnan este domingo en la final de la Copa del Rey por un título cuya consecución supondría para ambos poner la guinda a un curso excelente, ya que en caso de triunfo azulgrana lo sumarían a la Liga ganada hace una semana y si es de los andaluces, el doblete sería con su reciente Liga Europa.

Madrid, España, 22 de mayo de 2016 (D58).- El partido llega para los dos conjuntos en un momento álgido, especialmente de ánimos, y quizá más el Sevilla, que entrará en el Vicente Calderón hoy a las 21.30 horas como vigente campeón de la Liga Europa, torneo que el miércoles alzó por quinta vez en su historia, y el tercero de forma consecutiva.

Esto hace que los sevillistas, que aplazaron la celebración hasta el próximo lunes para preparar su nuevo duelo con el todopoderoso Barcelona, afronten con el ánimo por las nubes su octava final de Copa, pero también puede pasarles factura el desgaste físico sufrido en Basilea para remontarle y ganarle al Liverpool (3-1), sobre todo al haber tenido sólo cuatro días de margen entre una y otra cita.

Será el cuarto enfrentamiento esta temporada entre ambos equipos, que cierran el curso de la misma forma que lo abrieron, cuando en un choque memorable se jugaron a una carta en Georgia la Supercopa de Europa, trofeo que se fue a las vitrinas del equipo catalán gracias a un tanto de Pedro Rodríguez en la prórroga (5-4) forzada por los hispalenses tras enjugar tres goles de desventaja, del 4-1 al 4-4.

Ha llovido mucho desde entonces, hasta el punto de que el Barcelona ha reeditado el título liguero y el Sevilla ha ampliado su mística europea, convirtiéndose en el equipo referencia en el segundo torneo más importante de clubes en el viejo continente.

La final de la Copa del Rey los ha reencontrado de nuevo en un partido inédito, ya que nunca antes en este centenario se habían medido, aunque sí, en cambio, en doce ocasiones en eliminatorias anteriores, con un balance favorable a los azulgrana, que pasaron ronda en ocho ocasiones, por cuatro del club del barrio de Nervión.

Después del triplete del año pasado, el Barcelona busca en éste un doblete que complemente a la Supercopa de Europa y al Mundial de Clubes que ya ganaron antes de 2016 los pupilos de Luis Enrique, que acude a la final con su equipo en un estado inmejorable, tras haber completado un final de temporada con dos ritmos totalmente opuestos.

Mientras en el primero llegó a comprometer su liderato, hasta el punto de que la diferencia de goles le ayudó a agarrarse al primer puesto a falta de cinco jornadas tras perder once puntos en cuatro partidos, fue en los cinco últimos encuentros ligueros donde explotó como parecía que no iba a volver a hacerlo y firmó un quince de quince, con un balance de goles de 24 a favor y ninguno en contra.

Con estas cifras acude el Barça al Calderón para presentar batalla a un Sevilla que, con 13 títulos ganados en toda su historia (9) en una última década «prodigiosa», incluido ya su quinto de la Liga Europa del miércoles, bajó el pistón en el tramo final de la Liga para centrarse en las dos finales que tenía por delante.

Y el conjunto de Unai Emery, al que históricamente siempre se le dio mal el Barcelona hasta que en octubre pasado le ganó por primera vez (2-1 en la primera vuelta de la Liga), sacó lo mejor de sí en Basilea, precisamente lejos del Sánchez Pizjuán, después de que en esta liga fuera el único equipo que no ganó ni una vez como foráneo.

La propuesta de Luis Enrique para la final no va a variar mucho, especialmente en el once, pues se espera el equipo de gala con la única duda, poco posible, de que el meta chileno Claudio Bravo, ya recuperado, pudiese arrebatarle la titularidad al cada vez más seguro Marc ter Stegen.

El Barça sabe que no va a tenerlo fácil ante un Sevilla que ya le ganó en la primera vuelta de la Liga, precisamente en el primer partido en el que Messi estuvo ausente por lesión.

El control del centro del campo, una vez más, será donde se resuelva la clave del partido, pues si los azulgrana son capaces de serenar a su rival y empujarlo hacia su campo, parece poco probable que la dinamita que tiene delante, con Messi, Suárez y Neymar, autores este año de 130 goles, no acabe marcando.

Además, el Barcelona ha dejado su portería a cero en los últimos cinco partidos a cero, gracias en parte a ajustes con los que Luis Enrique ha corregido aspectos que hacían a la zaga algo vulnerable.

Por su parte, el Sevilla, hasta hace una década históricamente huérfano de finales, afronta con todo lo que tiene la del Calderón, con su máxima ilusión, para luchar por conquistar su sexta Copa del Rey (la última la ganó en 2010 al Atlético en el Camp Nou), y además tendrá el apoyo de unos 20.000 sevillistas que ansían el doblete.

A Basilea se desplazaron unos 6.000 y se hicieron notar hasta el punto de ganarle la partida a la hinchada del Liverpool, que les triplicaba en número, y aunque quizás el título europeo ha quitado presión a los de Emery, lo que está claro es que el Sevilla nunca se rinde, que hay que aplastarlo para tumbarle y que, con su casta y su coraje, no desdeña la ocasión histórica de ganar un nuevo título.

El técnico vasco, que está haciendo historia en el Sevilla, da la vitola de favorito al súper campeón Barcelona, pero esto puede encerrar un poquito de «trampa» porque también ha advertido que a su equipo y al sevillismo no le «gana nadie en ilusión».

Tiene bajas notables para la final. Están lesionados el galo Tremoulinas y el danés Krohn-Dehli, y sancionados por sendas «meteduras de pata» el defensa francés Kolodziejczak y el medio N'Zonzi por protestas al árbitro en liga y en la semifinal de Copa en Vigo, respectivamente.

Lo más seguro es que repita el once que ganó la Liga Europa al Liverpool con dos cambios: la vuelta a la portería del internacional Sergio Rico por David Soria, que ha sido el titular en Europa; y la entrada por N'Zonzi de Vicente Iborra, que podría jugar en la media punta y Éver Banega retrasar su posición al medio campo, o bien del uruguayo Cristóforo, y en ese caso el argentino jugaría de enganche.

Alineaciones probables:

Sevilla: Sergio Rico; Mariano, Rami, Carriço, Escudero; Krychowiak, Iborra; Coke, Banega, Vitolo; y Gameiro.

Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic, Sergio Busquets, Iniesta; Messi, Suárez y Neymar Jr.

Árbitro: Carlos del Cerro Grande (C. Madrileño).

Estadio: Vicente Calderón (54.900 espectadores).

Fuente y redacción: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Fotos: EFE








El madrileño Jorge Andújar «Coke», con los dos goles que supusieron la remontada (1-3), hizo reaccionar a un Sevilla dormido en el primer tiempo y triunfador en el segundo que superó al Liverpool y se proclamó pentacampeón de la Liga Europa en Basilea.

Basilea, Suiza, 18 mayo de 2016 (D58).- Espectacular la historia sevillista en este torneo, pues en una década ha llegado a cinco finales y las cinco las ha ganado, en esta ocasión ante un rival de mucho renombre, el Liverpool, que tenía la oportunidad de igualar al club español con cuatro títulos en esta competición pero que se vio desbordado por una gran segunda parte de su rival.

Ese nivel que quiere también demostrar el próximo domingo en el estadio Vicente Calderón de Madrid en la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona.

Se vio desde el inicio que era una final, que todo estaba muy trabajado en los dos equipos para cometer el mínimo de errores y sorprender cuando el rival los tuviera.

Pareció que el técnico alemán Jürgen Klopp mandó dejar hacer al Sevilla para que adelantaran sus líneas los de Unai Emery y salir a la contra, con lo que así llegaron las primeras aproximaciones del conjunto inglés, como un remate desde lejos del alemán Emre Can sin problemas para el joven meta David Soria.

Sí tuvo mas peligro la siguiente con un cabezazo del delantero Daniel Sturridge que se encontró con Daniel Carriço para despejar el balón cuando se colaba. Poco después, los ingleses pidieron un penalti de Carriço por mano.

El Sevilla se asustó con esas jugadas y su organizador, el argentino Éver Banega, no logró conectar con las bandas para que apareciera Víctor Machín o darle juego a un francés Kevin Gamerio muy controlado.

Cada vez que se envalentonaba el conjunto español, salía después la contra inglesa, en la que las entradas del brasileño Philippe Coutinho y las de Adam Lallana hicieron daño.

El partido le iba bien al Liverpool porque no tuvo problemas para defender lo que hizo el Sevilla y su gran presión le valió para descontrolar al adversario.

Sturridge, atento a lo que le ofrecían su compañeros, enganchó el balón de una manera espectacular y logró el 1-0 a los 35 minutos.

El tanto fue el resultado más lógico a los visto hasta entonces, pues a la formación española le costó crear y además el francés Steven N'Zonzi y el polaco Grzegorz Krychowiak fueron superados por Emre Can y James Milner.

Lo mejor que pudo pasar para los intereses del Sevilla fue que llegara el descanso, porque el Liverpool se mantuvo muy suelto con el marcador a favor y el equipo e Unai Emery estuvo descontrolado sobre el terreno.

Tras el paso por los vestuarios, el arranque no pudo se mejor para el Sevilla porque antes de que se cumpliera el primer minuto una incursión por la derecha del brasileño Mariano Ferreira, en gran estado de forma, sorprendió al exsevillista Alberto Moreno y el centro lo transformó Gameiro en el 1-1 en la boca de gol, con lo que sumó su octavo tanto en esta competición.

Poco después, Gameiro estuvo cerca del segundo en un rápido avance que se encontró con la afortunada salida del meta belga Simon Mignolet, pero eso fue una evidencia de que el Sevilla había salido con otros bríos.

Los papeles cambiaron, los de Klopp pasaron por sus peores momentos ante un rival que tuvo mas el balón y lo jugó con criterio.

Gameiro no marcó de milagro al cuarto de hora de la reanudación solo ante una gran intervención de Mignolet, pero tres minutos después una preciosa triangulación que inició Vitolo acabó con un certero y ajustado remate de el capitán, Jorge Andújar «Coke», en este partido otra vez extremo izquierdo, que no pudo atajar el belga.

El cambio radical que había dado el equipo de Klopp fue tan brutal como el instinto matador de los de Emery, que marcaron el tercero a los 70 minutos obra otra vez de Coke, no sin polémica pues lo protestaron mucho los ingleses al reclamar que un juez asistente había levantado la bandera.

El caso fue que el 1-3 subió al marcador y que el Liverpool tuvo que ir a la desesperada a por una remontada que no consiguió, ante un Sevilla crecido, maduro y campeón.

Ficha técnica:

1 - Liverpool FC: Mignolet; Clyne, Lovren, Kolo Touré (Benteke, m.83), Alberto Moreno; Can, Milner; Lallana (Allen, m.73), Firmino (Oriji, m.69), Coutinho; y Sturridge.

3 - Sevilla FC: David Soria; Mariano, Rami (Kolodziejczak, m.77) Carriço, Escudero; N'Zonzi, Krychowiak; Coke, Éver Banega (Cristóforo, m.92), Vitolo; y Gameiro (Iborra,m.89).

Goles: 1-0, M.35: Sturridge. 1-1, M.46: Gameiro. 1-2, M.63: Coke. 1-3, M.70: Coke.

Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a los jugadores del Liverpool Lovren (m.30), Origi (m.72) y Clyne (m.94), y a los del Sevilla Vitolo (m.56) y Mariano (m.83).

Incidencias:
Final de la Liga Europa disputada en el estadio St. Jakob Park, que se llenó con unos 35.000 espectadores, con amplia mayoría de seguidores del equipo inglés.

Fuente y redacción: Antonio Gutiérrez (EFE)
Edición: Villasmil, Henry (D58)
Fotos: (EFE)













Tres zarpazos del Atlético, uno en la primera parte y dos en la fase final del choque, hicieron enmudecer al Ramón Sánchez Pizjuán (0-3) y que el equipo madrileño consiguiera su segunda victoria del campeonato, ante un Sevilla que peleó mucho en la segunda mitad por el empate pero que recibió un excesivo castigo.

España, 30 de agosto de 2015 (D58).- El equipo local no encontró la fórmula en la primera parte, en la que el Atlético controló bien en todas las facetas del juego, pero en la segunda se hizo merecedor a marcar ante un rival que tiene los conceptos muy claros y que no perdonó cuando tuvo la ocasión.

Los atléticos utilizaron mucho su banda derecha para que Juanfran Torres le diera juego sobre todo al francés Antoine Griezmann, quien hizo gala de su peligro cuando tuvo el balón.

La formación madrileña se hizo dueña de la situación ante un adversario al que le duró poco el balón y que casi siempre tuvo que correr hacia atrás con sus continuas pérdidas, pues ni su organizador, el argentino Éver Banega, ni el polaco Gregory Krychowiak estuvieron finos para conducir a los suyos.

Así, ya rebasada la media hora, en el minuto 35 Koke Resurrección fue el mas listo en una indecisión de la zaga andaluza para cruzarle por bajo el balón a Beto y poner el 0-1.

De ahí hasta el descanso, el equipo colchonero controló sin grandes agobios las acometidas del Sevilla, que llegó al área rival con poca fe y precisión, aunque también Oblak, cuando lo necesitó su equipo, estuvo en su sitio.

En la segunda parte el Sevilla dio un paso adelante y apretó sobre el área visitante para poner en aprietos a sus adversarios, quienes confiaron en su buen sistema defensivo y en su contragolpes para sorprender.

El Atlético aguantó como pudo en la confianza de que al Sevilla se le fueran las fuerzas, aunque cerca estuvo Llorente de lograr el empate, pero el balón se le fue un poco cruzado.

Emery sacó al ucraniano Yevhen Konoplyanka y al danés Michael Krohn-Dehli para dar mas potencia a su ataque y después al francés Kevin Gameiro, éste por Carriço, que volvió a lesionarse, pero el tiempo pasó a favor de los intereses atléticos pese a que el acoso local fue constante ante la muralla visitante.

Parecía que el empate del Sevilla podía llegar en cualquier momento, pero fue el Atlético, en uno de sus escasos contragolpes, el que puso el 0-2 por mediación de Gabi Fernández, quien se aprovechó de que su remate lo desvió al fondo de la portería Krychowiak, con lo que el partido quedó sentenciado, y más cuando el colombiano Jackson Martínez puso el tercero poco después de ingresar al terreno de juego.

EFE