Con la finalidad estimular el interés por la comunicación visual y promover el intercambio comunitario, ensanchando la mirada y las relaciones humanas, se inauguró este jueves 17 a las 3 de la tarde el X Festival Nacional de Fotografía «Series Iconocomunicantes», actividad que estuvo organizada por la Escuela de Fotografía Julio Vengoechea y la Sociedad de estudiantes, en la Sala de Conferencias de la Biblioteca Pública del Zulia María Calcaño y cuya muestra puede palparse desde la calle 94 Carabobo de la ciudad de Maracaibo.

Maracaibo, zulia, Venezuela, 18 de octubre de 2013 (D58).- Álvaro Silva, director de la Escuela de Fotografía Julio Vengoechea, expresó que la propuesta Series Iconocomunicantes surgió como una iniciativa estudiantil de una convocatoria nacional que fue aplazada en 2004, y que rescata de su contenido un Salón fotográfico que convoca a estudiantes de cualquier especialidad y nivel educativo.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del Secretario de Cultura de la Gobernación del estado Zulia, el sociólogo y profesor Giovanny Villalobos, quien felicitó a quienes organizaron este encuentro fotográfico y aprovechó la oportunidad para realizar un anuncio, en el que manifestó la creación del Fondo Editorial Simón Bolívar, para el año 2014,  que incorporará al Zulia en imágenes.

«Una imagen habla más que mil palabras», expresó por su parte Villalobos, añadiendo que este anuncio forma parte de las líneas de acción del Gobierno Nacional, entre ellas destacar a los Pueblos de agua, «porque de allí venimos». «En este momento quisiéramos escuchar las propuestas para consolidar una línea editorial en 2014. El llamado es a exhortarlos a caminar juntos, y deseo fervientemente que los estudiantes, a los que llamo intelectuales de la imagen, comuniquen aspectos relevantes de la sociedad», así como dejo abierta las puertas para proyectos venideros.

Igualmente, las palabras de bienvenida estuvieron acompañadas por las del profesor de la Escuela de Fotografía Julio Vengoechea, Mgs. Alejandro Vásquez, quien compartió con el público asistente un poema alusivo a los iconocomunicantes de la ciudad, como también subrayó la importante labor de la creación y mantenimiento de la Escuela de Fotografía Julio Vengoechea, por parte de su iniciador Federman Parra.

Creación visual que reivindica nuestra historia

Seguidamente, el profesor Evaristo Pérez Suárez, crítico, docente, curador y artista plástico; disertó sobre una línea de investigación, a través de una muestra fotográfica titulada:  «Las imágenes del Petróleo» como parte del Foro: Crítica y Creación visual, en la que hizo referencia a importantes hechos de índole histórico, como el incendio de Lagunillas de 1928, el Muelle de las Salinas, el reventón de «La Rosita», en Cabimas, el Aeropuerto Grano de Oro en Maracaibo, entre otros, al mismo tiempo que compartió sobre el Futurismo en una estética petrolera. Igualmente señaló textos que cualifican la importancia de los comienzos de la historia petrolera en nuestro país, tales como: «Versos a Cabimas», de José Chiquinquirá Rodríguez y «El chorro. Gracia o maldición», de José Prieto Soto; todo con el propósito de configurar la imagen del petróleo a través de la comunicación visual, sonora, plástica y fotográfica.

Al festival asistirán invitados locales y nacionales, entre ellos fotógrafos, investigadores y estudiantes. La jornada de la inaguración continuó con la apertura del X Salón Series iconomunicantes en la noche de ayer en la Calle Carabobo.

La invitación está dirigida a la colectividad para asistir a las actividades programadas en el marco de la décima edición del festival, que continuarán hasta el día sábado 19 de octubre, algunas de las cuales incluyen  foros sobre la Historia de la Fotografía Local y la Fotografía Editorial a realizarse este viernes 18 en esta casa de letras; una revisión de portafolios, en la que Silva explicó que se trata de «un termómetro que nos permite a los fotógrafos medir cómo está nuestro trabajo»; una salida de campo, al casco central de Maracaibo este sábado, dirigida por los fotógrafos José-Cheo-Nava, Alejandro Vásquez y Gustavo Bauer, culminando luego de un concierto musical, con la premiación de los 55 participantes que se inscribieron en este año, bajo una temática fotográfica libre.

La Escuela de Fotografía Julio Vengoechea agradece a los organismos y empresas que han contribuido con esta institución a lo largo de 22 años de labores ininterrumpidas, entre ellas: La Secretaría del Poder Popular para la Cultura del Estado Zulia, la imprenta Gráfica y Formas C.A., la Fundación Belloso, la Alianza Francesa y la participación del Ministerio Poder Popular para la Cultura, a través del Gabinete Cultural Zulia, así como a los vecinos de la Calle Carabobo, entre otros.

Poema que destila Iconomunicantes

EN LA CIUDAD HAY UNA BAHIA/ EN LA BAHIA EXISTE ICONOCOMUNICANTES/
EN LA CIUDAD HAY UNA BAHIA/ EN LA BAHIA EXISTE ICONOCOMUNICANTES/
Alejandro Vasquez Escalona

La culpa es un veneno negro. En los viejos tiempos yo solía sentarme en la biblioteca sintiendo cómo la culpa negra se me reía en las venas. J.M. Coetzee/

La ciudad es un bostezo del cielo desparramado de nubes y soles ariscos. De pájaros que surfean en picada pretendiendo despellejar los anhelos y temores de  los poblantes de esta urbe. Es un amasijo de crónicas, vivencias y andares, algo así como un mándala que se desdobla para acanalarse y permitir el fluir de su gente, para seducirla y posiblemente para domesticarla. La ciudad puede ser un rabiar por su entrajinada  geografía, sus carencias de servicios, sus espacios deshabitados en donde se desplazan papeles olvidados, posiblemente cartas no leídas. En desuso, tiroteadas por la web. Esa ciudad mira a una bahía.

La ciudad es como un viaje en tren. Desde sus ventanas, saludan sus suicidas anónimos y las miserias encajadas en sus inquilinos desde sueños tasajeados en la media tarde. También, en estos territorios urbanos, puede habitar el hedonismo, el rasgar de la alegría en el sudor de sus habitantes, al saberse vivos y amados por tantas casas, por tantos solares y esquinas, por tantos árboles y  música urbana. En esa ciudad que mira a una bahía, hay una Escuela de Fotografía. Y una gente que la habita.

Esa ciudad es como un hilito de cielo o infierno donde seguramente unos alquimistas codifican incendios bajo una lluvia de granizos para ganar un sitio en la carreta de un circo andante. Es un aposento de imágenes, de aliento compartidos que se mueven, que  fluyen en una especie de río de producción simbólica. Como sostendría Julio Cortázar: «Ella no puede ser la misma para gentes que arriban sin tiempo para verla o que sí, que vienen para eso pero con ojos que no saben ver o siguen viendo otra cosa. La ciudad no es una agencia de turismo, no puede organizar una visión única, será pasiva frente a lo pasivo, se dejara andar por hormigas atareadas o por pavorreales que solo ven sus plumas en el reflejo de las vitrinas». Aleluya.

En esa Escuela nació hace diez años Iconocomunicantes. Federman Parra su iniciador es una de las hormigas que ha horadado el desaliento y lo ha mantenido durante tantas sube y bajas de mareas. Anda lejano de los pavorreales vanidosos. Lame la ciudad, la disfruta. La siente en una especie de silencio Zen Avesta.  Así  intentado sostener un gran fiestón visual acompañado por  los estudiantes de fotografía, revolviéndole sus vísceras para que  se empinen sobre el cielo encandilante y afilen la mirada hedonista, solidaria y vivaz. Álvaro lo ve de soslayo. Se siente el bachaco fundilluo. Y sopla aliento sobre sus bajones. Lo apoya y entusiasma. Y dale. Dale. Dale. Iconocomunicantes existe después de diez años en un país portátil. Hoy sois fotógrafo, mañana gerente o vendedor de pantaletas al mayor. Contra todo pronóstico. Quizás como causa perdida, saludo a Federman y su persistencia a Álvaro y su inquebrantable voluntad. A los docentes y estudiantes contracorrientes que han cabalgado en las praderas de esta hermosa experiencia. Cercano a esta vivencia, recuerdo a Miguel Morey y siento que algunas veces he estado cerca de ser piel roja bajo este cobertizo mentado Julio Vengoechea, Iconocomunicantes.  En ocasiones no.  Visitantes, amigos enjaguellense con esta ciudad como diría Nicanor Cifuentes. Resuellen sus sudores. Encandílense con sus suspiros. Hártense de imágenes  y afectos. Nos estamos viendo.