En un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, se observa cómo el uso de un anticuerpo diseñado para bloquear la hormona aP2 mejora el mecanismo de la glucosa y reduce la esteatosis hepática. El estudio se realizó primeramente en ratones, el siguiente paso será evaluar en profundidad la eficacia y seguridad de estos anticuerpos en el laboratorio antes de su utilización en seres humanos.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 30 de diciembre de 2015 (D58).- La acumulación de tejido adiposo –es decir, el tejido en el que se depositan los lípidos o grasas– en la obesidad da lugar a un aumento de los niveles de la hormona aP2, lo que a su vez conlleva un incremento del riesgo de desarrollar distintas enfermedades metabólicas, entre otras la diabetes tipo 2 y la esteatosis hepática –comúnmente conocida como hígado graso–. Tal es así que la reducción de los niveles de aP2 debería conllevar una reducción del riesgo para estas enfermedades.

Como explica Gökhan S. Hotamisligil, director de esta investigación publicada en la revista Science Translational Medicine, «nuestro estudio ha posibilitado dos hallazgos importantes. En primer lugar, ha constatado el papel crítico que juega la hormona aP2 en el metabolismo anormal de la glucosa. Y en segundo lugar, ha demostrado que la aP2 puede ser utilizada como una diana efectiva para el tratamiento de la diabetes y de, si bien potencialmente, otras enfermedades inmunometabólicas».

Próximamente en humanos
Numerosas investigaciones previas ya habían demostrado que las personas con obesidad, diabetes y aterosclerosis tienen unos niveles elevados de aP2  –también conocida como proteína de unión a ácidos grasos (FABP4)–, así como que las mutaciones que reducen la concentración de esta hormona dan lugar a una reducción significativa del riesgo de diabetes, dislipidemia y enfermedades cardiovasculares.

Por tanto, el objetivo de este nuevo estudio fue el de evaluar el efecto del bloqueo de aP2 por medio de anticuerpos monoclonales específicamente diseñados en el laboratorio. Y de acuerdo con los resultados, uno de estos nuevos anticuerpos no solo mejoró significativamente la regulación de la glucosa en dos modelos independientes de obesidad en ratones, sino que también se asoció con una reducción significativa de la esteatosis hepática.


Como concluyen los autores, «estos anticuerpos monoclonales tienen el potencial para convertirse en una primera familia de fármacos para combatir las enfermedades metabólicas e inmunometabólicas asociadas a la obesidad».

Fuente: ABC.es
Foto: Referencial