La ingesta moderada de mariscos retarda el avance del Alzheimer, según un estudio de científicos de la Rush University Medical Center de Chicago, Estados Unidos, publicado en el Journal of the American Medical Association (Jama), este martes 2 de febrero.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 2 de febrero de 2016 (D58).- La ralentización del Alzheimer fue asociada con el consumo de mariscos pese a que éste ha sido relacionado a su vez con la presencia de mayores niveles de mercurio en el cerebro, que no parecen determinar una mayor incidencia de la enfermedad, según el estudio. 

El vínculo entre el mariscos y el mercurio ya estaba establecido, pero la novedad es cómo esa presencia de mercurio en el cerebro afecta a las enfermedades neurodegenerativas.

En las personas que tomaron al menos una ración de mariscos a la semana se encontró menor grado de desarrollo, menor definición y menor extensión de la enfermedad en el cerebro.

El estudio se realizó a través de la autopsia del cerebro de 286 participantes que habían aportado antes de morir sus hábitos alimenticios y que vivieron hasta los 90 años de edad.

«Por lo que nos consta, este es el primer estudio sobre la relación entre la concentración cerebral de mercurio y neuropatologías cerebrales o dietas», explicó Martha Clare Morris, quien lideró la investigación.

«Los pacientes y sus familias deben sentirse esperanzados porque intervenciones como el consumo de marisco les ayuden a reducir las manifestaciones clínicas de la enfermedad del Alzheimer y la demencia», analizaron los doctores Edeltraut Kroger y Robert Laforce Jr., de la Universidad de Laval, en Quebec.

A pesar de las esperanzas infundidas por estas nuevas evidencias, los autores advirtieron que la muestra estudiada fueron adultos de raza blanca no hispanos, por lo que para extrapolar los beneficios a todos los pacientes deberán llevarse a cabo investigaciones a mayor escala.

Fuente: EFE
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Un estudio de la Universidad de Southampton, Reino Unido, descubrió que si se bloquea la inflamación del cerebro, se reducen los problemas de memoria derivados del Alzheimer y se detiene el avance de esta enfermedad neurodegenerativa.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 8 de enero de 2016 (D58).- Esta investigación, liderada por el profesor Diego Gómez-Nicola y publicada por la revista científica Brain, aporta evidencias de que la hinchazón en este órgano está ligada con el desarrollo de la patología, a la vez que permitirá descubrir nuevos fármacos.

Hasta ahora, la mayoría de tratamientos para este tipo de demencia senil se basaban en actuar sobre las placas amiloides del cerebro, características en los pacientes de Alzheimer.

Sin embargo, este hecho podría cambiar dado que los expertos sostuvieron que, cuando se acumulan en este órgano las conocidas como células microglías, se produce una inflamación que conduce a la aparición de la enfermedad.

Para confirmar sus sospechas, analizaron cerebros de personas fallecidas que padecían Alzheimer en los que encontraron «un número elevado» de estas células del sistema inmunitario.

En su estudio, los investigadores proporcionaron a ratones un fármaco que bloquea el receptor CSF1R, el principal responsable del incremento de estas células en el cerebro y de padecer problemas de memoria.
La inhibición del CSF1R en ratones evitó la congestión microglial y la hinchazón del principal órgano del sistema nervioso.

«La aplicación de este fármaco en los roedores dio lugar a una mejoría en la memoria y en las tareas de comportamiento por lo que muestra la eficacia de la inhibición del CSFR1 sobre enfermedades como el Alzheimer», recogió el estudio.

Bloquear la inflamación cerebral, por tanto, causó «una significativa recuperación del déficit de memoria a corto plazo».

Gómez-Nicolas, el director del estudio, apuntó que el siguiente objetivo es trabajar codo con codo con la industria farmacéutica para «encontrar un medicamento seguro y adecuado que se pueda probar en humanos».

Además, este fármaco previene contra la pérdida de comunicación entre diferentes células nerviosas del cerebro, con la que tienen que lidiar todos los que sufren esta enfermedad neurodegenerativa.

Para el profesor en neurociencia de la Universidad de Reading, Mark Dallas, este descubrimiento explicaría «porque los medicamentos destinados a combatir el Alzheimer han tenido tan poco éxito».

Fuente: EFE
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Los seres vivos pudieron surgir de una sopa química primigenia en la que las moléculas se replicaron y organizaron de forma autónoma, según un estudio que publicó este lunes 4 de enero, la revista Nature Chemistry.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 4 de enero de 2016 (D58).- Científicos de los Países Bajos han profundizado en el conocimiento de un tipo de molécula que puede replicarse a sí misma y han comprobado que ese proceso genera nuevas «ramas» de moléculas, un desarrollo en el que observan similitudes con la evolución biológica.

El investigador de la Universidad de Groninga, Sijbren Otto y su grupo identificaron hace años un péptido -un tipo de molécula formada por la unión de aminoácidos- que tiende a organizarse en anillos, que a su vez se apilan para formar estructuras más complejas.

Esas pilas de anillos eventualmente se rompen, dando lugar a dos estructuras similares que se continúan replicando.

El estudio publicado ahora en Nature Chemistry constata cómo ese proceso controlado dio lugar en el laboratorio a una nueva clase de anillos con características distintas a las iniciales.

«Ese segundo grupo (de anillos) era descendiente del primero», señalan los investigadores en un comunicado divulgado por su universidad, en el que subrayan que «ese proceso es muy similar a cómo se forman las nuevas especies a partir otras existentes en la evolución biológica».

«La vida debió comenzar en algún punto, pero cómo se produjo ese salto continúa siendo un misterio», señala el grupo de investigadores.

La creación de seres vivos a partir de materia inerte debió de involucrar procesos de «autocatálisis», en los que las moléculas crean copias de sí mismas, y de «autoorganización», en los que se crean estructuras más complejas de manera espontánea, según los científicos.

El grupo de Otto considera que su experimento muestra que «nuevas especies pueden emerger a partir de la evolución química».

Según los investigadores, su trabajo con moléculas simples replica «los mismos patrones» que se observan en «organismos que se reproducen de forma sexual».

Fuente: EFE
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Encontrar los anticuerpos que sean capaces de combatir la malaria podría ser útil a la hora de diseñar una vacuna contra esta enfermedad, según señala un grupo de expertos en un estudio publicado este miércoles 23 de diciembre por la revista Nature.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 23 de diciembre de 2015 (D58).- Este equipo de científicos liderado por Antonio Lanzavec, de la Universitá della Svizzera Italiana, en Suiza, identifica en la citada publicación nuevos objetivos que podrían ser empleados para desarrollar una inmunización contra la malaria basada en anticuerpos.

El estudio señala que la infección de malaria, que es provocada con frecuencia por el parásito «Plasmodium falciparum», ocasiona que los antígenos del parásito se manifiesten en la superficie de las células rojas.

Por ello, considera que encontrar los anticuerpos capaces de combatir a esos antígenos podría ser útil a la hora de diseñar un nuevo tratamiento, si bien su identificación ha sido escurridiza hasta la fecha para la comunidad científica.

Lanzavec y su equipo estudiaron el plasma de dos individuos de Kenia infectados por malaria e identificaron tipos específicos de células blancas, conocidas como clónicas B, que producen anticuerpos que actúan contra las que están infectadas.

Mostraron que insertar fragmentos grandes de ADN dentro de la parte codificada de los anticuerpos de la proteína LAIR1 -que reacciona y se adhiere a antígenos específicos (RIFINs) en células rojas infectadas- hace que esas células sean susceptibles a la fagocitosis, el proceso mediante el cual las células rojas que están infectadas por el parásito se destruyen.

Los expertos apuntaron que continúa estando poco claro si en estudios futuros este mecanismo de inserción del ADN tendrá éxito a la hora de producir anticuerpos que resulten funcionales.

No obstante, los autores del estudio sugieren que las partes que se conserven del antígeno al que se adhieren los anticuerpos podrían ser candidatas adecuadas para el desarrollo de la vacuna de la malaria.

Fuente: EFE
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Un grupo de expertos, liderados por Raúl Méndez, del Instituto de Investigación Biomédica August Pi i Sunyer (Idibaps), y Mercedes Fernández, del mismo Instituto de Barcelona, señalan la proteína CPEB4 como la molécula a inhabilitar para evitar la generación de nuevos vasos sanguíneos anómalos asociados a la cirrosis. Los resultados del estudio fueron publicados en la última edición de «Gastroenterology».


Maracaibo, Zulia, Venezuela, 15 de diciembre de 2015 (D58).- La angiogénesis patológica es una de las complicaciones más importantes en pacientes con cirrosis y un factor clave en el desarrollo y agravamiento de la enfermedad. En los países occidentales, la cirrosis hepática se encuentra entre las primeras 10 causas de muerte en adultos.

Es una enfermedad muy frecuente en España y la primera causa de trasplante hepático en nuestro país. Representa un alto índice de ingresos hospitalarios y consumo de recursos sanitarios debido a las complicaciones que se producen en las fases avanzadas de la enfermedad.

Efecto reparador
La cirrosis es una lesión crónica del hígado caracterizada por la acumulación de cicatrices (nódulos fibrosos) en el tejido que interfieren en la estructura y el funcionamiento normal del órgano. Las principales causas de las lesiones hepáticas crónicas son el alcoholismo, la hepatitis C y, en número creciente, la obesidad.

El cúmulo de cicatrices complica la circulación de la sangre a través del hígado, generando hipertensión portal (de la vena porta). Para liberar presión en la vena, se generan vasos sanguíneos colaterales, fuera del hígado. El problema entonces es doble, primero porque todavía llega menos sangre al hígado, lo que genera más daño hepático y además los vasos son de mala calidad (angiogénesis patológica).

«Las células hepáticas intentan reparar las lesiones pero el modo en que lo hacen acaba siendo fatal para el órgano. Es un círculo que se va amplificando y que acaba siendo muy crítico para la vida de los pacientes. Además, los vasos colaterales forman varices en el esófago y estómago de los pacientes con cirrosis; estas varices son muy frágiles y son propensas a romperse causando hemorragias intensas y muy difíciles de parar», explica Fernández, colíder del estudio. «Por ello, una terapia dirigida a revertir los vasos patológicos, que no existe hoy por hoy, sería eficiente», añade.

Señal llamada CPEB4
La principal proteína efectora en la generación de vasos sanguíneos es VEGF (vascular endothelial growth factor). «Todos los fármacos actuales que buscan evitar la neovascularización se basan en inhibir VEGF o sus receptores, pero el problema es que atacando esta proteína de forma indiscriminada inhabilitas la generación normal de vasos, con lo que los efectos adversos son intolerables», afirma Méndez.

A raíz de un estudio anterior publicado en «Nature Medicine», Méndez ya había descubierto junto a investigadores del Hospital del Mar de Barcelona que las CPEB intervienen en la generación de vasos sanguíneos en cáncer de páncreas y cerebro. Dada la urgencia de encontrar nuevas señales para la angiogénesis patológica, Méndez y Fernández iniciaron una colaboración para estudiar el papel de CPEB4 en angiogénesis patológica en el contexto de la cirrosis, donde la neovascularización es muy abundante.

«Lo más bonito del trabajo es que demostramos que interfiriendo en las proteínas CPEB4 eliminamos únicamente la formación de vasos patológicos, mientras que la vascularización positiva se mantiene intacta», señala Méndez. Los experimentos en células en vitro, en modelos animales y en muestras procedentes de pacientes con cirrosis han revelado los mecanismos moleculares por los que el aumento de la CPEB4 favorece la sobreexpresión de VEGF en cirrosis.

Cáncer de hígado
El círculo reparador en el que entra el hígado empeora tanto la situación que provoca que los nódulos de regeneración, con altos niveles de CPEB4, acaben formando hepatocarcinomas, sostienen los investigadores.

En este contexto, la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc) ha otorgado más de un millón de euros al tándem Méndez-Fernández, quienes junto con Jordi Bruix del IDIBAPS-Hospital Clínic, trabajarán de forma coordinada para desentrañar el papel de esta molécula y proponer un tratamiento para los hepatocarcinomas, el principal cáncer de hígado y la tercera causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con una tasa de supervivencia a los cinco años inferior al 10%.


En paralelo, el laboratorio de Méndez en el IRB Barcelona tiene en marcha un proyecto de investigación de inhibidores de CPEB4. El año pasado consiguieron revelar las estructuras atómicas de estas proteínas, paso previo al diseño computacional de inhibidores, que están desarrollando en colaboración con Modesto Orozco en el mismo centro.

Fuente: ABC.es
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El consumo de antidepresivos durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de autismo para el neonato. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal, Canadá y publicado en la revista JAMA Pediatrics.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 14 de diciembre de 2015 (D58).- En el estudio se alerta que tomar antidepresivos durante el segundo o tercer trimestre de embarazo puede incrementar en hasta un 87 % el riesgo de que el futuro hijo desarrolle durante la infancia un trastorno del espectro autista (TEA) –entre otros trastornos, autismo, autismo atípico y síndrome de Asperger.

Anick Bérard, directora de la investigación, explica: «si bien las causas por las que se produce el autismo permanecen desconocidas, numerosos estudios han mostrado que puede obedecer a causa tanto genéticas como ambientales. Y ahora, nuestros resultados han demostrado que tomar antidepresivos durante el segundo o tercer trimestre de la gestación prácticamente duplica el riesgo de que el niño sea diagnosticado de autismo al cumplir la edad de siete años. Una asociación que se produce sobre todo en el caso de que la futura madre tome un tipo concreto de antidepresivos como son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)».

Más niños
Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los datos de 145 mil 456 niños nacidos entre los años 1998 y 2009 en la provincia canadiense de Quebec. Y de estos niños, un total de 1.054 habían sido diagnosticados de un TEA, sobre todo varones –en una proporción de cuatro a uno con respecto a las niñas–. La edad promedio en el momento del diagnóstico del TEA fue de entre 4 y 6 años.

La cifra de niños nacidos de madres que tomaron antidepresivos durante el embarazo se estableció en 4 mil 724: 4 mil 200 durante el primer trimestre, de los que 40 fueron diagnosticados de un TEA; y 2 mil 352 durante el segundo y/o tercer trimestre, detectándose un TEA en 31 de estos.

Como apunta la profesora Bérard, «la elección del segundo o tercer trimestre de embarazo en nuestro estudio se explica por qué es durante este período cuando tiene lugar la fase crítica del desarrollo cerebral del bebé».

El análisis estadístico de los resultados mostró que el uso de antidepresivos en el segundo y/o tercer trimestre de la gestación se asoció con un aumento del riesgo del 87 % de que el futuro hijo desarrollara un TEA durante su infancia. Un riesgo, sin embargo, que no se vio incrementado en el caso de la toma de antidepresivos durante el primer trimestre de embarazo o durante los 12 meses previos a la concepción.

Hasta un 10 % de las embarazadas
Es más; el incremento del riesgo de TEA fue mayor en caso de la toma de más de una clase distinta de antidepresivos durante el segundo y/o tercer trimestre, situación que se observó en cinco de los 31 niños y, sobre todo, con el tratamiento con ISRS –22 casos–. 

Y es que como indica la profesora Bérard: «algunas clases de antidepresivos que actúan inhibiendo la serotonina, como sucede en el caso de los ISRS, pueden tener un impacto negativo sobre la capacidad del cerebro de desarrollarse completamente en el útero».

Los autores concluyen: «nuestros hallazgos son muy relevantes dado que un 6 y un 10 % de las mujeres embarazadas toman antidepresivos para tratar su depresión».


Fuente: ABC.es
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Geofísicos de la Universidad de Harvard aseguran que en los últimos 100 años la duración del día se ha incrementado en una milésima de segundo, según el estudio que realizaron. Al parecer, el fenómeno es provocado por una aparente reducción en la velocidad de rotación del eje terrestre en respuesta al deshielo de los glaciares, así lo reseñó el diario The Guardian.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 14 de diciembre de 2015 (D58).- La reciente investigación publicada en la revista Science Advances, resalta que el ritmo acelerado con el que vienen derritiéndose los polos podría provocar que al menos cinco milisegundos se añadan a cada día a lo largo de este siglo.

Al mismo tiempo, el eje de la Tierra podría moverse alrededor de un centímetro como resultado del desplazamiento de las aguas desde los extremos del planeta hacia el ecuador terrestre.

«El período de un día es hoy una milésima de segundo más largo que hace un siglo, y se acelerará a medida que aumente la fusión de los glaciares», explicó Jerry Mitrovica, profesor de Geofísica en la Universidad de Harvard y líder de la investigación.

Los científicos basaron el estudio en el trabajo realizado por el oceanógrafo Walter Munk en el 2002 acerca del impacto del deshielo glacial y el calentamiento global que había determinado que el aumento promedio del nivel del mar durante el siglo XX había sido de dos milímetros cada año. 

Sin embargo, el equipo de investigación de Harvard, encontró incongruencias es sus cálculos y determinó que el aumento real oscilaba entre 1 y 1,5 milímetro.


Fuente: RT
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Expertos de la Universidad de Stanford (EE.UU.) han identificado un gen que, cuando funciona correctamente, parece reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca y mejorar los resultados del tratamiento. El gen codifica una proteína que se identificó por primera vez cuando se descubrió que su forma mutada causa narcolepsia.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 3 de diciembre de 2015 (D58).- Para llegar a estos resultados, los investigadores han caracterizado el genotipo de los pacientes con insuficiencia cardíaca situados en los dos extremos de respuesta al tratamiento: es decir, aquellos que tenían las mejores y las peores respuestas a la terapia, y combinaron estos resultados con los datos de expresión génica de tejido cardíaco humano disponibles a partir de un gran banco de datos de acceso público. El objetivo en identificar variantes genéticas asociadas con la salud del corazón.

Intrigado por que sus análisis destacaron un gen cerca de la región de codificación de la proteína del receptor de la orexina, que es conocida por estar involucrada en el control del sueño, el apetito y la presión arterial, el equipo investigó más a fondo. A través de una serie de experimentos, los científicos concluyeron que el gen probablemente regula la cantidad del receptor que se fabrica en una célula.

Orexina
A continuación buscaron evidencias de que el receptor de orexina podría estar involucrado en la función del corazón y vieron que su expresión era mayor en el tejido del corazón humano enfermo. Los investigadores se preguntaron si esto podría significar que el receptor y su pareja de unión, la orexina, tienen una función protectora en el corazón.

«Identificamos este nuevo receptor que parecía muy prometedor», señaló Euna Ashley. Su siguiente paso fue analizar su mecanismo en modelos celulares y en varios modelos diferentes de ratones. De esta forma los investigadores examinaron el papel del receptor y la orexina y vieron que si administraban orexina a los ratones con corazones defectuosos, estos ratones mostraron mejor función cardíaca sistólica -relativa a la fase de contracción de un latido del corazón- que los que no recibieron orexina.

Y cuando analizaron mediante ultrasonidos los corazones de un grupo diferente de ratones que habían perdido el receptor de orexina, vieron que estos animales tenían una mayor disfunción cardíaca diastólica -la fase de relajación de un latido del corazón-, otra pista que sugiere que el receptor es importante para un corazón sano.

«Lo emocionante es que este gen está en un eje neurohormonal completamente diferente, un camino completamente distinto a lo que se ha estudiado anteriormente», subrayó Marcos Pérez, que recuerda que nadie hasta ahora había estudiado la función cardíaca en relación con este gen.

El vínculo del receptor de orexina con la narcolepsia fue identificado en 2000, pero este nuevo estudio muestra por vez primera que el gen y el receptor están relacionados con la insuficiencia cardíaca. 

Los investigadores están dispuestos a hacer más estudios para explorar este enlace. «La conexión entre el sueño y el corazón es fascinante», afirmó Ashley. De hecho, el hallazgo ha planteado la cuestión de si los medicamentos para el insomnio que funcionan mediante el bloqueo de la función del receptor de orexina podría dañar el corazón, algo todavía sin estudiar, añadió Pérez.

«Ya sabemos que la apnea del sueño es mala para el corazón. Una de las cosas que ahora tenemos con la esperanza de hacer es analizar la función cardíaca en pacientes con narcolepsia», finalizó Ashley.

Fuente: ABC.es




 
 
Pasar tiempo rodeado de naturaleza proporciona protección contra una gama sorprendente de enfermedades, incluyendo depresión, diabetes, obesidad, TDAH, enfermedades cardiovasculares, cáncer y algunas otras. Pero siempre ha sido un misterio como está exposición al verde conduce a una mejora en la salud.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 24 de septiembre de 2015 (D58).- Ahora, una investigadora de medio ambiente y comportamiento de la Universidad de Illinois (EEUU), después de revisar cientos de estudios que examinan los efectos de la naturaleza en la salud, cree que la respuesta está en la capacidad de la naturaleza para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico. Por Irene Benito.

El verde es un color relajante y refrescante que induce a quién lo contempla a sensaciones de serenidad y armonía. Está cercanamente relacionado con todo lo natural, simbolizando la vida, la fertilidad y la buena salud.

Se encuentra situado en perfecta neutralidad entre los extremos, rojo y azul, esto proporciona una sensación de seguridad y tranquilidad. El rojo cálido y cercano, el azul frío y lejano, mientras el verde queda en medio de los dos. El rojo es seco y activo, el azul es pasivo y moja, mientras el verde es húmedo y tranquilizador.

El color verde es el color de lo natural y la quintaesencia de la naturaleza. Todo lo sano y natural se asocia con él y es precisamente por esto que se emplea como símbolo de la naturaleza desde la perspectiva de la civilización.

Es un color sedante, hipnótico, anodino. Resulta eficaz en los casos de excitabilidad nerviosa, insomnio y fatiga. Disminuye la presión sanguínea, bajando el ritmo cardíaco. Dilata los capilares aliviando neuralgias y jaquecas.

El verde es un color sedativo, ayuda al reposo y fortifica la vista. Trae paz, seguridad y esperanza. Es curativo y renovador. Es fresco y húmedo, induce a los hombres a tener un poco de paciencia.

La protección del verde

La investigación de la experta en medio ambiente y el comportamiento, Ming Kuo, había encontrado anteriormente evidencias de que pasar tiempo rodeado de naturaleza proporciona protección contra una gran cantidad de enfermedades como la depresión, la diabetes, la obesidad, TDAH, algunas enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras muchas más.

Ahora, tras revisar cientos de estudios que examinan los efectos de la naturaleza en la salud, Kuo cree que la causa de esta mejoría general está en la capacidad de la naturaleza para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico del cuerpo.

Algunas de las investigaciones previas, realizadas por científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, habían concluido que la naturaleza es un componente esencial para una buena salud y un factor influyente en el comportamiento humano.

En los años ochenta del siglo XX, el psicólogo Stephen Kaplan y sus colaboradores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, fueron de los primeros investigadores que aportaron pruebas científicas sobre dichos efectos.

Asimismo, y gracias a una serie de estudios sobre el fenómeno de la atención, estos científicos descubrieron que la exposición a escenarios naturales tenía un profundo efecto restaurador en la capacidad del cerebro de concentrarse.

Los hallazgos de Stephen Kaplan y sus colaboradores llevaron a los investigadores William Sullivan y Ming Kuo a analizar la relación entre la ausencia de un entorno natural y la irritabilidad, que se encuentra relacionada con la atención fatigada. Además, la irritabilidad, a su vez, está asociada a la agresividad.

Según todas estas investigaciones, en zonas donde hay espacios verdes, la gente es más generosa y sociable. En cambio, en entornos con menos zonas verdes, la violencia, el crimen y los delitos están mucho más presentes.

Así,  el porqué la exposición a los espacios verdes conduce a una mejora en la salud siempre ha sido un misterio, y tras revisar de nuevo estos estudios, Ming Kuo piensa que la respuesta está en la propia naturaleza, que ayuda a mejorar el sistema inmunológico.

Diferentes vías

«Cada parte de investigación en esta área que he podido encontrar, al reunirla con otras, me ha sorprendido, pues me ha llevado al darme cuenta de que podía rastrear hasta 21 posibles relaciones entre la naturaleza y la buena salud y, aún más, me ha sorprendido al darme cuenta de que todas estas relaciones (salvo dos) comparten un denominador común», explica Kuo en un comunicado de la Universidad de Illinois.

Kuo señala además lo importante del papel que juega el sistema inmune en cada una de las enfermedades de las que protege la naturaleza.

«Hay que comprender hasta qué punto la naturaleza promueve la salud y por qué la naturaleza tiene tan grandes efectos en la salud», añade. «La naturaleza no sólo tiene uno o dos ingredientes activos. Es más como un complejo multivitamínico que nos provee de todo tipo de nutrientes necesarios. Así es como la naturaleza nos puede proteger de diferentes tipos de enfermedades - cardiovasculares, respiratorias, mentales salud, músculo-esquelético, etc. - al mismo tiempo».

Dejar de luchar

«Una manera de entender esta relación entre la naturaleza, la salud y el sistema inmunológico», explica Kuo, «es que la exposición a la naturaleza cambia al cuerpo al modo de descansar y digerir, que es lo contrario al de lucha o huida. Cuando el cuerpo está en este segundo modo, se apaga todo lo que no es esencial en ese momento, incluyendo el sistema inmunológico».

En cambio, «cuando nos sentimos completamente seguros, nuestro cuerpo dedica recursos para el largo plazo que conducen a buenos estados de salud, pues ayudan a la construcción del sistema inmunológico. Cuando estamos en la naturaleza en ese estado relajado, y nuestro cuerpo sabe que está seguro, invierte recursos en el sistema inmune».

Arte y entretenimiento ayudan, pero menos

Para aquellos que prefieren jugar un juego de mesa o visitar una galería de arte que dar un paseo por el parque, Kuo señala que de actividades de este tipo se pueden obtener los mismos beneficios de restauración que de la naturaleza. De hecho, una investigación de este mismo año ya demostró que la belleza y el placer refuerzan el sistema inmune.

«Si se está absorto y relajado, es probable que el sistema parasimpático esté feliz y que el sistema inmunológico reciba un impulso. Sin embargo, estas actividades interiores agradables no proporcionan la fintocidas, las bacterias mycobacterium vaccae (bacterias no nocivas del suelo), los iones negativos del aire o la vitamina D que se produce gracias a la luz solar, así como otros ingredientes activos que se encuentran al aire libre. Por lo tanto, es de esperar que esas otras actividades proporcionen un impulso menor para la salud del que se obtendría al estar en la naturaleza».

Kuo, directora del Laboratorio de Paisaje y Salud Humana de la Universidad de Illinois, espera que su compilación exhaustiva de estudios proporcione un mapa provechoso para los especialistas en este campo.

Fuente: tendencias21.net