El legado que dejó «El cantor de todos los tiempos», se ha mantenido en el transcurrir de los años. Nació en el barrio El Milagro de Maracaibo y algunos de sus temas más destacados fueron «El Cocotero», «Josefina» y  «Destello de Amor». 

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 20 de enero de 2016.- 117 años han transcurrido desde que la Tierra del Sol Amada parió al «El cantor de todos los tiempos». Armando Molero nació en Maracaibo, en el barrio El Milagro, el 20 de enero de 1899, se destacó  como autor e intérprete, guitarrista y locutor.

Armando Molero, a quien sus paisanos llamaban «El Tuqueque de la guitarra», fue considerado como el más grande cantautor popular de Maracaibo. Su legado permanece intacto. 

Sus composiciones las interpretaron cantantes venezolanos y de otros países, entre ellos Tino Rodríguez, Jesús Sevillano, el Quinteto Contrapunto, Quinto Criollo, Lila Morillo, el Grupo Candela, Barbarito Diez e incluso la Orquesta Filarmónica de Londres. Un ejemplo es el famoso tema «El Cocotero», una canción infantil que escribió Molero a los 14 años. 

Molero falleció el 5 de febrero de 1971, a sus 72 años. 

Redacción: Vílchez, Mileidy /Agencias 
Foto: Web 




Renato Aguirre

«Irrumpiste en el reino de mis secretos,
donde solamente  yo me oriento».
Imre Kertézs (Hungría, 1929).

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 16 de septiembre de 2013 (D58).- Cuando Renato Aguirre recibió la terrible noticia de la muerte de su hermano Ricardo, al amanecer del 8 de noviembre de 1969, estaba a cuatro días de cumplir 23 años.

Renato había acompañado durante sus siete años de carrera profesional a su hermano cantor, primero en los Cardenales (a secas), luego en Cardenales del Éxito, en los años 1967 y 1968 en el Conjunto Saladillo, los gaiteros del pueblo. Ricardo era su hermano mayor, su ídolo, el cuarto vástago de la familia de siete varones. Esa noticia tan devastadora, recibida cuando apenas salía de la adolescencia, lo marcó para toda su vida, lo encerró en una eterna bruma de nostalgia y lo comprometió a llevar por los escenarios del mundo el cuatro de su  finado prójimo y compañero, el mismo que le dejó una madrugada debajo de su ventana:

«La luz nace en la mañana
Interrumpe en mí el ensueño
la voz, creo que fue un sueño
pero hay un misterio grato:
dejó olvidado su cuatro
debajo de mi ventana»
(Aguirre, 1980).

Sus nombres Renato Alonso, significan; el renacido preparado para la lucha. Su signo es escorpio, que le da la creatividad y la pasión. Nació el 12 de noviembre de 1946, como el sexto hijo de Luis Ángel en Ida Cira González. Fue bautizado católico. Su extensa familia siempre tuvo la música como prioridad, es una cofradía de buenos ejecutantes del cuatro y talentosos cantantes, dotados de una afinación innata y voces abaritonadas.

Su carrera artística comenzó cuando su hermano Ricardo le pidió le hiciera una suplencia en Los Cardenales, que llamaban para la época «Los Cardenales de Aguirre». Fue para una actuación en Cabimas, en la inauguración de una sucursal de la tienda «Calzados Ciros: a sus pies».  Así, a los 16 años de edad, comenzó la intensa carrera, donde supo construir un liderazgo desde las bases, como cuatrista, compositor y director musical de importantes agrupaciones.

Su inmensa producción como compositor comenzó en la década de los 60. En 1966 le colocó la música al clásico «Reina Morena» con la poesía de Jairo Gil. Su primer gran impacto en el ambiente gaitero, lo dio con su tema «Aleluya» grabado por Ricardo Aguirre con Cardenales del Éxito en 1971:

«Aleluya a la gaita quiero
Aleluya a la gaita adoro
Aleluya porque es el tesoro
Aleluya del maracaibero».

Era el tema obligado en las actuaciones de esos renovados Cardenales del Éxito, dirigidos por Pedro Suárez, con cantantes veinteañeros, de gran talento y carisma: Astolfo Romero, Daniel Alvarado, Danelo Badell, Ender Fuenmayor y su intérprete más leal Ricardo Cepeda:

«Todo aquel que sea gaitero
un aleluya recibe,
si se muere se revive
con este golpe pascuero».

Le siguieron éxitos como «El Bambuco» en el año 1975, fue la primera gaita romántica, de nuevo tenía éxito la dupla de compositor-intérprete Aguirre-Cepeda:

«Un bambuco y una serenata
le dieron vida a un amor
un mozuelo cantaba a una flor
que más tarde sería mi madre,
le cantaba mi futuro padre
lleno de inmenso fervor».

Se agigantaba su prestigio como excelente cuatrista y genial compositor. Su personalidad la marcaba su humor inteligente, mordaz. El misticismo que envuelve sus actos, su ceremonia creativa.
Él, en una entrevista en la radio, me relató que para componer buscaba la madrugada, su silencio y la pasión serena que de ella se desprende, el momento del conticinio.

Solo con su cuatro y su libreta, Renato crea una atmósfera que lo conecta con lo celeste, con lo espiritual, y comienza a crear versos y melodías inusitadas, poco convencionales.  Es como si creara un pequeño cielo a su alrededor, una pequeña bóveda celeste donde manan sus musas.

Renato Alonso Aguirre González, apellidos con alto significado: Aguirre es de origen vasco, refiere: «lugar en lo alto». González es un patronímico muy extendido en España, deriva de Gonzalo.

Llamado el poeta diamantino, cree: que el universo es perfecto, su energía que lo alcanza todo. Piensa que hay una conexión planetaria infinita, una luz líquida que fecunda y da vida. Su interés como creador va desde la alegría de una parranda como «Palomita negra» o «Caimare Chico» con ritmo violento y letras llenas de humor, hasta los temas dedicados a la Virgen y sus misterios divinos.

También ha realizado gaitas-crónicas, como «Aquellos lejanos días» que grabasen Los Compadres del Éxito, donde relata el comienzo de la explotación petrolera en 1922, con el reventón del pozo El Barroso en Cabimas, hasta entonces, era una aldea de pescadores:

«El Zulia perdió la razón
cuando hubo el reventón
de petróleo en el Barroso.
Y el pueblo gozoso
miró con asombro el pozo
que enriqueció a la nación».

En ocasión de celebrar sus 50 años de fundados, en la temporada 2010, Los Compadres del Éxito le confirieron el honor a Renato Alonso de ser el compositor de su tema aniversario. Él  les entregó una hermosa obra musical, que relata sus inicios en el decenio de 1960, cuando grabaron de la mano del maestro Rafael Rincón:

«Mil novecientos sesenta,
tan lindas noches pascueras
la  familia petrolera
de  Bachaquero fomenta
esa  navidad contenta
haría un grupo inolvidable
que serían Los Compadres
del éxito que proyectan».

Ante la prematura muerte de Ricardo Aguirre, cuando apenas tenía 30 años de edad, y su ausencia inesperada, Renato debió asumir el liderazgo de la principal familia gaitera del país. Sus hijos, los hijos de Rixio, Albes, y del propio Ricardo, lo reconocieron como el jefe que los nucleaba a su alrededor. Por ello fue director de la agrupación que concentró a los talentosos primos, La Dinastía Aguirre, creada con el patrocinio del industrial zuliano Antonio Moschella. Después creó y dirigió La Grey Zuliana junto a su hijo Ricardo, el poli-instrumentista que lo ha acompañado en todas sus grabaciones desde los años 90. Con La Grey Zuliana realizó un hermoso homenaje a Rafael Rincón González, con el tema «Zulianidad frondosa»:

«Maracaibo dichosa
de añeja cofradía
te rezo al mediodía
tibia, lozana y piadosa.
Que en horas primorosas
regalas fantasías
a novios que esos días
paseaban en carrozas.
Ésta es la cuna hermosa
hogar y bendición
de Rafael Rincón;
zulianidad frondosa».

Su estatura artística indiscutible, su heredad gaitera, lo llevó a presidir la fundación de la gaita, institución que lleva el nombre de su hermano Ricardo Aguirre; encargada de promover la gaita en las escuelas del Zulia y atender a los gaiteros de las distintas generaciones, asistirlos, acompañarlos, con el respaldo de la Gobernación del Estado Zulia. Estuvo allí al frente desde el año 2003 hasta el 2012; sin duda que su gestión gerencial, la ciudadanía en general la calificó como exitosa.

La agrupación A lo Zuliano, dirigida por el cronista Héctor Raúl Vega, cuya  base de operaciones está en Ciudad Ojeda, realizó una súper producción en homenaje a la obra musical renato-aguirreña. Para ello versionó sus mejores gaitas, donde participaron Neguito Borjas, Ronald Borjas, sus bellas hijas Rena y Daniela, su nieto-sobrino Ronald Aguirre Romero, cantando de forma impecable, con su marcado acento mexicano. También participó Rafael Pollo Brito y los acompañaron una valiosa pléyade de músicos consagrados, de alto nivel profesional. Uno de los temas que conmueve es «Cordón de plata» dedicado al eterno lampo del Catatumbo, donde lo llama «emisario del alma sideral»:

«Relámpago;
fulgente símbolo de la inmortalidad
cordón de plata
que une a la zulianidad
con ese gran misterio
en tal inmensidad».

En el año 1988 conoció al tenor Alfredo Sadel, un año antes de su muerte, contaba con una vastísima fama en Europa y América. Sadel le confesó que lo  admiraba por sus composiciones. Para él, Renato compuso el tema «Catatumbo templo del sol» y lo grabó en los estudios de Sonofuturo con el respaldo de la agrupación La Universidad de la Gaita:

«Allí donde Dios se posa
desde el principio del mundo
nace el sol del Catatumbo
y  se siembra el universo
es el océano excelso
de la gloria misteriosa».

El poeta Aguirre González ha sabido navegar en las aguas de la creación melódica, ha sorteado los demonios que atormentan a un compositor. Sabe que su cuatro es como un peñero que boga sobre las aguas profundas del arte, sobre la superficie de insondables misterios y peligros. Y sobre su cabeza, siempre protegida con una gorra beisbolera, está la panza gris del cielo, que le ha regalado por igual bendiciones y tempestades.  En ese navegar ha mantenido un Norte de elevación espiritual, ha sido el autor de las gaitas profundas a la Virgen, la ha rodeado con pétalos de aurora, no ha cejado en su búsqueda mística, con frutos tan hermosos  como «Sagrada dama del Salladillo» y «Oración de piedra».

En el punto Este de su brújula, él fija el amanecer, el comienzo de la historia, allí están sus gaitas épicas, como «El guerrero peregrino», «Vigencia de un perfil», «Fascinante Venezuela», «100 años LUZ»:

«Aquel ígneo personaje
que cabalga en nuestra historia
ciñe corona de gloria
azul patrio a su linaje».

En el Sur profundo están sus raíces, las estampas antañonas, la evocación de sus ancestros. El Sur, es el punto cardinal de su creatividad donde están los temas costumbristas: «Aleluya», «La negra Juana», «La palangana», «Cuero y madera», «Negrita faramallera». En el Oeste ubica lo sombrío, el amor de cómplices, el acoplamiento carnal, el final festivo del día. En ese punto cardinal de su obra están los temas «Amor Prohibido», «Parranda con amor» y «Acaríciame»:

«Ella despertó enseguida
la lama de la pasión
que estuvo en mi corazón
por mucho tiempo dormida»
 (Aguirre, 1991).

Su tránsito por las agrupaciones gaiteras comenzó con el quite que le hizo a su hermano Ricardo en Los Cardenales. Desde la década de los 70 ha pertenecido a La Universidad de la gaita, VHG donde grabó en 1989  «La historia de la grey». Fue director fundacional de La Dinastía Aguirre, luego de La Grey Zuliana junto a su hijo Ricardo «el pelón» Aguirre. Formó parte de Los Colosales junto a su intérprete predilecto y hermano astral Ricardo Cepeda. Y es miembro fundador de Los Chiquinquireños, la agrupación que se reúne para ofrendar a la patrona maracaibera en sus fiestas.

Para ese conjunto, compuso los dos temas más imponentes que se hayan realizado en el culto mariano chiquinquireño en las últimas décadas: «Monumento de Chiquinquirá» del año 2003  y «La elegida» en el 2009:

«Todo era humilde y precario
pero en el ambiente espeso
flotaban mansos los rezos
de aquellas almas de a diario.
colgaba un viejo rosario
en la pared de aquel nido
y álbum descolorido con aromas de presagio
y en lo alto un crucifijo
con el primer legionario».
(Aguirre, 2009).

Astolfo Romero, uno de sus más afectuosos compañeros de vida, escribió en su honor una parranda que tituló «Renato candela» donde lo describe en su lado bohemio, parrandero, hombre lleno de humor e ingenio:

«Cuando sale a parrandear
siempre un cuatro lo acompaña
dale Renato, Renato candela
pero es que él tiene esa maña
y no se le va quitar».
(Romero, 1978).

Con varios centenares de obras en su cofre particular, con un perfil de líder y aureolado por el fuego de la inspiración, Renato celebra su vida. Superó una complicada operación a corazón abierto, que le realizaron en el centro cardiológico IECTAS, intervención quirúrgica que se prolongó por ocho agónicas horas. Ahora pasó la hoja de ese percance y se siente rejuvenecido, comparte sus atardeceres con sus nietos, sus hijas y su esposa Arita. En las madrugadas, entra a hurtadillas a su terraza a componer, para seguir sondeando el reino de secretos marianos, los  misterios del amor y la gloria de antiguos próceres. Crea sus gaitas desde ese pequeño cielo, donde  solamente él se orienta, con la luz de su musa prodigiosa.

León Magno Montiel
@leonmagnom
leonmagnom@gmail.com
Jaime Indriago
«Gaspar, Melchor y Baltasar callaos.
Triunfa el amor y a su fiesta convida.
Cristo resurge, ha hecho la luz del caos
y  tiene corona de vida».
Rubén Darío  (Nicaragua 1867-1916).

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 01 de Julio 2013 (D58).- Crónica Semanal por León Magno Montiel

El haber nacido en la década de los 60, significa ser hijo del período prodigioso de la música popular en el continente americano. Esa década marcada por la eclosión Los Beatles en Estado Unidos en 1964, Elvis Presley, las rockolas por doquier, las big-bands latinas de Tito Puente y Tito Rodríguez, el dominio de la televisión con sus shows musicales: «Renny Presenta», los cantantes negros del sello Motown, el bolero y el feeling cubano, las gaitas de Ricardo Aguirre y la Onda Nueva de Aldemaro Romero. En el decenio 1960 nació «el rock  en Venezuela», precisamente en Cabimas, así lo prueba el investigador Gregorio Montiel Cupello en su libro homónimo, editado por la  Fundación Biggot en 2004.

Jaime Indriago es un hijo de esa década de prodigios melódicos. Nació el 1 de febrero de 1961 en Cabimas, en el viejo hospital de la capital petrolera de América. Hijo de la cantora Eduvina Graterol, nativa de Las Morochas, y de José Indriago, experto marino oriundo de Paraguachoa, Isla de Margarita. Fue  bautizado católico, con el nombre  Jaime Darío.

La familia Graterol tenía una ancestral tradición gaitera, en su mayoría eran cuatristas, percusionistas y cantantes del género. El tío José Antonio Graterol fue el cantante modélico que Jaime siguió con lealtad casi religiosa. Su tío materno era considerado un buen intérprete de tangos, por ello lo llamaban en toda la Costa Oriental del Lago: «Juan Tango».

Jaime Darío Indriago Graterol comenzó a expresar su talento musical a los siete años de edad en los actos y festivales escolares, era el típico niño de buenas notas, inquieto y con talento innato para las artes.

Su largo periplo por agrupaciones musicales comenzó en 1977 cuando ingresó a La Vieja Maquinaria de Cabimas, con apenas 16 años de edad. En 1978 debuta como profesional con «Los generales de la gaita»: Estrellas del Zulia, allí permanece por dos temporadas. Como buen zuliano, siempre ligado a la música bailable, aceptó en 1980 la invitación a ser parte del Súper Combo Los Tropicales, después militó con la Orquesta La Única, un tiempo breve.

Buscando nuevos horizontes, salió de la zona petrolera rumbo a Caracas. En la capital se estableció como solista estelar de la agrupación Guasinca Zuliana, la misma donde estuvieron Nelson Martínez, Cheo Soto y Enrique Quiroz. La nostalgia por el lar nativo lo impulsó a regresar al año siguiente y enrolarse en Los Zagales del Padre Vílchez, con ellos cantó por cinco  temporadas. En 1989 recibió la invitación para ser parte del staff de solistas de la agrupación VHG, junto a Ricardo Cepeda, Chavín, Ozías Acosta y Ender Fuenmayor. Esa fue su gran escuela escénica, musical y  vivencial. Con tan sólo 28 años de edad, impone con VHG su éxito «Mi presente», que ha sido su etiqueta de presentación en los escenarios nacionales:

«Si tú sabes que todos los años
me metí sin permiso en tu casa
dame un chance que vengo de nuevo
a cantarte sabrosa mi gaita».

En el año 1990 lo convocó Néstor el negro Rincón a unirse a su conjunto Rincón Morales, comenzando un ciclo muy productivo con «El Coloso de Cantares». Aunque sólo estuvo por dos temporadas, logró los éxitos “La tarjeta de navidad”, que en 1993 grabó Gilberto Santa Rosa y sonó en todo el Caribe; «Que la elija el pueblo», gaita reivindicativa con un fuerte cuestionamiento a los premios de farándula gaitera y el clásico navideño «Frente al Reloj»:

«Mirando las agujas del reloj
pendiente de otro año que se muere
pero debo admitir que aunque me duele
mi viejo año tengo que decirte adiós.
Al lado de la radio está la vieja
llora escuchando -Las uvas del tiempo-
por una ausencia que en ese momento
ella recuerda y una tristeza hoy refleja».

En 1992 el empresario Chichilo Urribarrí lo contrató para ser cantante y animador de Cardenales del Éxito, gran reto y un serio compromiso. Con el grupo sonó en todas las emisoras del país con los temas: «El que viene y el que va» y «Una llamada, una carta» en la temporada 1993:

«Si por cualquier circunstancia
de tu familia te apartas (bis)
entre recuerdos y distancia
es tu consuelo una llamada, una carta»

El manifiesto amor de Jaime Indriago por las formas musicales del llano venezolano y los cantos orientales heredados de su padre José, lo motivaron a crear su conjunto criollo Llanerísimo. Con ellos grabó el álbum «El último romántico» y tuvo una gran aceptación nacional. A esa primera producción le siguieron «Tu sillón vacío» e «Ídolos» donde rinde homenaje a los maestros del canto hispanoamericano, que han sido su inspiración: Felipe Pirela, Danny Rivera, José Luis Rodríguez, Vicente Fernández, Raphael  y Ricardo Montaner.

Durante ese ciclo de música recia llanera, Jaime aceptó la invitación a colaborar con las agrupaciones: Maracaibo 15, Maragaita y Rincón Morales. De esta forma, no se ausentó del ámbito gaitero y como siempre, fue la voz de la navidad.

Ricardo Cepeda decidió conformar su propia agrupación Los Colosales en 1998, al año siguiente  invitó a Jaime a unirse a su divisa y lo nombró director musical de la misma. Allí permaneció por cinco temporadas cantando, componiendo y dirigiendo, hasta que decidió formar su propia agrupación: Mi Presente, en el año 2004.  Con su grupo de marcado estilo juvenil, vanguardista, respetando los cánones de la gaita. Desde entonces ha impuesto los temas «Ante tu altar», «Navidad con Billo´s» que grabó junto a el exintegrante de esa orquesta Joe Urdaneta. 

Tambien grabó «La cesta navideña» con Oscar D´León como invitado especial. En la temporada 2009 impactó en todo el país con el tema de alto contenido devocional para la Virgen de Chiquinquirá; «Acompáñame compadre» en las voces de Ricardo Cepeda y Argenis Carruyo, apoyado en un excelente video. Otro gran éxito representó el tema «Tu bendición» cantando junto a Ricardo Portillo en la temporada 2010, que generó múltiples aplausos en las presentaciones.

Dos grandes amistades que marcaron la vida de Jaime Darío, dos seres con los que alcanzó la máxima expresión de la hermandad: Luis Escaray y Eduardo Pérez. Compartió el universo musical con Luis Escaray, con quien comenzó a gaitear en la adolescencia en la Costa Oriental. Junto a Luis, marcó el liderazgo dentro de la generación de relevo de la gaita venezolana. Fue un golpe muy doloroso despedirlo con apenas 49 años de edad, víctima de un infarto, el año 2011. En el ámbito deportivo, la profunda amistad con Eduardo Pérez, destacado pelotero zuliano, de larga carrera en la pelota criolla como receptor y mánager de Águilas del Zulia 2008-2009, y en las Grandes Ligas con Bravos de Atlanta, donde actualmente trabaja como técnico. Fueron muchas las caimaneras, parrandas vecinales, que juntos, los tres hermanos elegidos en la vida, compartieron en Las Morochas.

Sus influencias más marcadas la representan Betulio Medina, con su voz navideña retumbando en el Ávila y en todo el  valle de Caracas. Y la de Jesús Terán Chavín, el animador más importante de la gaita, su estirpe parrandera, alma de la Feria de la Chinita y un cantautor nacionalista al igual que él.

Dentro de la distinción que reviste la propuesta profesional de Indriago, encontramos la constante atención a los medios, tiene su gestora de redes sociales, está a tono con el paradigma de la comunicación en la web 2.0. Así mismo, ha producido ocho videos gaiteros y tres para su música de arpa, dando un renovado impulso a sus temas de promoción, son piezas audiovisuales de alta factura. Su perfil de acuariano visionario está plasmado en esta faceta de productor, autogestionario y exitoso, con un toque de elegancia en todas sus puestas en escena.

Además, de la música y su Costa Oriental, el otro amor que plena su corazón, es el de sus hijos: Jaicer de 27 años, talentoso para el canto. Y Edumary, aplicada estudiante de 18 años de edad.

Con su tesitura de tenor, y su timbre único, que es una mixtura de alegría celebratoria y sentimientos nostálgicos. Jaime Indriago se ha convertido en un referente nacional de la gaita, de la navidad y la canta criolla. Se ha hecho costumbre escucharlo en familia en esos días donde la humanidad  renueva su vocación de paz y en el planeta  renace la esperanza. Es un rey mago cabimero, que acompaña con su cuatro a los reyes orientales: Gaspar  Melchor, Baltasar; para ofrendar cada diciembre al Cristo que resurge. Como cantó el bardo nicaragüense Rubén Darío: decretando  el triunfo del amor en nuestros hogares y convidando a la fiesta milenaria.

León Magno Montiel
@leonmagnom
leonmagno@saborgaitero.com


«Los escritores somos seres heridos por eso creamos otra realidad». Paul Auster (New Jersey, 1947)

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 17 de junio 2013 (D58).- Cuando Renato Aguirre describió poéticamente a Francisco de Miranda, lo llamó: «ariano caballero, guerrero soñador». Esa podría ser una acertada forma de presentar a un cantante que ha tomado el testigo del relevo en el canto zuliano, y se ha consolidado  como cantautor: José Luis Pulgar Salom. Caballero que nació el 2 de abril de 1969, hijo de Jairo Pulgar Belzares en Inocencia del Carmen Salom.

Comenzó a transitar por los espacios del canto en 1984 cuando formó parte del coro de aguinalderos de la iglesia de su barriada, en el sector Valles Fríos.

Así nació su amor por la polifonía, así inició su búsqueda de melodías en los transeptos armónicos, en los acordes de cuatro que bien ejecutaba siendo un adolescente. Ese mismo año 84 comenzó a gaitear con el conjunto Acontecer Gaitero, allí compartió con Wilfredo Delgado, quien se desempeñaba como tamborero, hoy en día excepcional cantante del género.

En 1985 formó parte del conjunto Gran Malecón, estuvo por una temporada. En 1986 regresó a Acontecer Gaitero, donde seguía madurando su arte vocal. La agrupación Ecos del Zulia lo convocó como solista para la temporada 1992. En 1994 recibió la invitación para integrar la agrupación Maragaita, creada por Astolfo Romero y Temilo Ferrer nueve años antes, en el seno de la filial petrolera Maravén. Esa agrupación fue su gran escuela musical, su nido de sueños, allí permaneció hasta la temporada 1997. Con ellos tuvo el honor de grabar el tema «Mensaje» junto al bardo saladillero Rafael Rincón González, en esa temporada:


«Yo soy Rafael Rincón
un cantor del Saladillo
que nació cuando Virgilio
con su gaita lo arrulló
y por eso mismo es que yo
no venderé mi conciencia
porque la gaita es decencia
y no vulgar expresión»
(Rincón González, 1997)

En Maragaita compartió los escenarios con Javier León, Carlos Méndez, Amador Bermúdez, entre otros grandes cantantes.

El 16 de enero de 1996 José Luis ingresó a la industria petrolera, comenzó a trabajar como operador de protección. Luego de 17 años en PDVSA ostenta el cargo de coordinador de cultura en la gerencia de calidad de vida de la región occidental. Su permanencia en la primera industria del país lo ha formado integralmente como gerente, como líder, y ha reforzado en él los valores de lealtad, disciplina, perseverancia.

Al salir de Maragaita, José Luis recibió el apoyo del finado Rubén Ríos para ser parte del Tren Gaitero. En esa divisa joven estuvo las temporadas 1998 y 1999, donde cosechó amistades inquebrantables.

En el año 2.000 comenzó su gran ciclo creativo, período muy fecundo junto a la agrupación Alitasía, nombre de alta significación, vocablo wayunaiki que designa «la flor del taparo», árbol de mucha presencia en la región guajira, que da una sombra benévola y sanadora. Con Alitasía, conjunto de estilo tradicional, Pulgar Salom impone en la temporada 2.000 el tema «Con la más pura intención»:

«Como la gaita que cantaban mis abuelos
como la gaita que ha florecido en el tiempo
nuestro folklore, nuestra pasión y sentimientos
y la llevamos adentro pues la queremos
 por eso con la más pura intención y con la frente
bien alta siempre cantemos la gaita llenos de emoción.
por eso con la más pura intención y con la frente bien
alta siempre cantemos la gaita llenos de emoción».

Logró el premio «Gaita del año» en el 2001 con la composición «Con las manos en el pecho», tema que sonó en todo el país:

«Con las manos en el pecho
entonamos este canto
envueltos por el encanto
por el mágico embeleso
de esta tierra esplendorosa
preñada de hombres guerreros
huerto de grandes gaiteros
de musas versos y prosas».

Al salir de las filas de Alitasía, formó parte de Los Reyes de la Tamborera agrupación de la Costa Oriental del Lago dirigida por Salvador Gil, divisa heredera  de los gaitones y las tamboreras de Nelson Martínez. Después se unió a la agrupación Energía Gaitera liderada por  Alejandro Hernández, compañero que laboraba para el Ministerio de Energía y Minas.

En el año 2010 decidió crear su propia agrupación, la llamó Origen. Con su grupo impuso el tema «Maracaibo amada»:

«Maracaibo amada
que preciosa y bella estás
hoy te quiero homenajear
con amor prensa zuliana
que brille tu sol
encantador por todas partes
porque quiero regalarte
mi canción».

También ha sonado con los temas «Gracias» e «Inexplicable» en la radio de todo el país.
Un hecho que le dio un giro emotivo a su vida, fue la llegada de su primera hija Kenibeth Chiquinquirá Pulgar Blanchard, el 31 de agosto de 1995. Su mundo afectivo se agigantó cuando se unió a María Auxiliadora Chirinos, su amada, en el año 2002. Poco después llegó su segundo vástago, lo llamó José Luis Pulgar Chirinos, el 8 de enero del 2004. Ellos tres son los seres que llenan de motivos amorosos su corazón, impulsan al José Luis creador, el cantautor que capta el sentir de la gente y lo plasma en versos  melódicos.

Los compositores, al igual que los escritores, son seres sensibles que van creando otra realidad, más vivible y perdurable, como lo afirmó el maestro Auster.

Los compositores que más admira el ariano caballero son Renato Aguirre, Ricardo Portillo, Miguel Ordoñez, Astolfo Romero y Simón García. De ellos aprendió el arte de crear versos octosílabos, por ellos siente profundo afecto y admiración.

Cuando falleció Astolfo Romero el 20 de mayo de 2.000, José Luis le compuso un tema muy sentido, que grabó con Alitasía. Invitó a participar en esa producción al  mejor discípulo de El Parroquiano, su compadre Daniel Méndez:

«Te recordaremos
cada minuto que pase
eres luz, pilar y base
del acontecer gaitero,
y allá en el cielo
junto a la Chiquinquirá
cantarás y compondrás (bis)
por siempre Astolfo Romero».

Recientemente, José Luis recibió por parte del Secretario de Cultura del Estado Zulia, el Sociólogo  Giovanny Villalobos, la designación como miembro del Consejo Consultivo de la Fundación de la Gaita Ricardo Aguirre. Responsabilidad que cumple junto a importantes figuras del género pascuero.

La vida  le ha permitido a José Luis Pulgar mostrar su otra faceta como cantante de boleros, valses y danzas. Ha logrado grabar con su Grupo Origen junto a músicos de la talla de Jacobo Barrios,  Karello, Pokemón Ferrer y Ramir Salazar, con solvencia. Sin duda estamos ante un auténtico trovador zuliano, perteneciente a una nueva generación.

Pedro Colina, a través del Conjunto Santanita plasmó: «La gaita no ha muerto, ni morirá». Hombres como J.L. Pulgar Salom hacen que ese verso sea certero, y logra crear futuro para esta forma musical que ha llegado a toda Venezuela, y es sin duda; la más exportable y original de nuestro abanico rítmico.

El amor que Francisco de Miranda sintió por la música, el que lo llevó a leerla y ejecutarla con su flauta, inspira a José Luis a seguir en este sendero, a ser la voz de los demás, un cantor del lago, que mira el futuro mientras se nutre del pasado,  para crear una mejor realidad.

León Magno Montiel.
@leonmagnom
leonmagno@saborgaitero.com



Conocí al comandante Hugo Chávez en el hall del teatrino de Banco Mara, a principios del año 1999, cuando vino a Maracaibo para la presentación del proyecto «Puerto de aguas profundas» durante el segundo período como gobernador Francisco Javier Arias Cárdenas: «Pancho», como lo llamaba, su fraterno compañero de sueños. Esa tarde lo esperamos con gaitas, al llegar su caravana lo recibió el General Efraín Vásquez Velasco y lo condujo hacia un grupo de comunicadores y funcionarios entre los que me encontraba. 

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 09, Abr. 2013 (D58).- El presidente electo el 2 de diciembre de 1998 estaba delgado, muy enérgico, entonces tenía 44 años de edad. Me dio su mano con firmeza.  Al finalizar el acto, él se acercó a saludar muy cálido y cordial a cada uno de los integrantes del conjunto de gaitas, mientras tocaban en su honor.

La segunda vez que lo vi, fue en el estadio de softbol de Fuerte Tiuna, en mayo de ese mismo año. En esa ocasión el General Darío Rubenstein invitó al equipo Toros del Zulia, que recién se había titulado campeón de Venezuela, para disputar un partido amistoso con la Selección Nacional de Cuba.

Antes de ese encuentro, jugaron las novenas de la Armada y el Ejército; el presidente Chávez jugó primera base con el equipo de su fuerza militar. Me sorprendió que al finalizar su juego, el no pidió agua, sino café. Lo degustó con placer mientras saludaba al equipo zuliano. Junto al presidente del equipo Marlo Reyes, me tocó entregarle el uniforme de los astados, con la bandera del Zulia en la manga derecha. 

Me saludó con su energía característica y preguntó lleno de humor:«"Pancho" Arias juega con Los Toros del Zulia»,  mientras señalaba  el logo, riendo, con un inmenso carisma. Le acompañaba su atractiva esposa Marisabel Rodríguez, la periodista barquisimetana con la que se casó en 1997, a quien había conocido en la sede de NCTV-Lara.

La tercera ocasión en la que tuve un encuentro con el comandante Chávez fue en el salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, en ocasión de la entrega del  Premio Nacional de Periodismo, era junio de 2003. Chávez vestía un traje gris cobalto y corbata de tono malva. Ya había enfrentado y derrotado el «paro petrolero» y el «golpe del 11 de abril» llamado «El carmonazo». Estaba cumpliendo su quinto año en el poder,  más fortalecido. Ese año se divorció de  Marisabel, su segunda esposa.

Hugo Rafael nos saludó sonriente y luego se sentó para escuchar absorto al internacionalista Walter Martínez Dossier en su discurso de orden, en representación de los galardonados. Cuando él intervino habló del Bolívar periodista, del líder visionario que en 1.818 afirmó: «Una imprenta es tan importante para la batalla como una pieza de artillería».

Cuando me nombró la elegante moderadora de la ceremonia, subí raudo, emocionado, me recibió Chávez con una palmada en los hombros, al estilo castrense y me preguntó: ¿En cuál medio trabajabas? Se interesó mucho cuando le dije que era del Zulia, que mi trabajo lo realizaba en radio y en un portal-web, y me pidió le enviara su saludo a todos mis paisanos. Ese acto lo transmitió VTV, conservo ese video, lo he revisado muchas veces, y caigo en cuenta que mi tiempo en el escenario fue sólo 3 minutos, mientras recibía el diploma y la estatuilla, aunque me pareció mucho más extenso. 

Guardo una fotografía de ese momento memorable, al lado del presidente afable, acompañado por José Vicente Rangel.

La cuarta vez que vi al comandante Chávez Frías, fue en la hemeroteca del Diario Panorama, con motivo de los 90 años de la fundación de ese periódico. Fue el 2 de diciembre de 2004, el presidente venía llegando de España, aún con efecto «jetlab» según comentó. Lo recibió el señor Esteban Pineda, lo acompañaban Aristóbulo Istúriz y Andrés Izarra. En ese salón estaban sólo 120 invitados especiales.

Ese día habló Chávez con mucha fuerza, se dirigió al gobernador Rosales que se encontraba allí presente y le dijo: «Para que usted me pida respeto a su investidura regional,  primero debe respetar a un presidente electo por el pueblo de una nación». Rosales no habló, asintió, su piel se puso cetrina y sus fosas nasales parecían ventosas. Observaban el acto Lorenzo Mendoza y Juan Carlos Escotet, entre otros empresarios.

En ese momento Chávez era un hombre de 50 años de edad, ya se había convertido en un líder latinoamericano, reconocido en la Argentina liderada por los Kirchner, en Brasil convertido en potencia económica, gracias a la gestión de Lula Da Silva; en la Bolivia de Evo Morales, en la Nicaragua de Daniel Ortega, en Ecuador y Uruguay, en todo el Caribe. El comandante Chávez, con su boina emblemática,  era una referencia continental de lucha, de resistencia.

La última vez que vi en persona al comandante Hugo Rafael, fue en el municipio San Francisco en el año 2010, durante la campaña para elegir los representantes a la Asamblea Nacional. Él pasó en una caravana frente a la tarima donde estábamos tocando y animando. A mi lado se encontraba Blagdimir Labrador, el actual Secretario de Gobierno del Estado Zulia. El presidente levantó su brazo para saludar desde el camión donde lo llevaban, a su lado estaba su hija María Gabriela, Rodrigo Cabezas, el candidato Eduardo Labrador, el alcalde Omar Prieto junto a su equipo de seguridad personal. Iba sonriente, lucía la chaqueta tricolor de la selección nacional de Venezuela, con sus ocho estrellas impecables.

Este 5 de marzo de 2013, cerca de las cinco de la tarde, me impactó la noticia de su deceso. Todo el que estuvo cerca del presidente Chávez, tenía la impresión de que nunca moriría, era como un roble indoblegable. Su carisma lo abarcaba todo, cosechó afectos tan fuertes como puentes indestructibles. 

Tuvo una  vida intensa, de prodigios, movida por cuatro grandes pasiones: El beisbol, la música llanera, la lectura y la praxis política. Todas las canalizó a través de su carrera militar, que inició en 1971 en la «casa de los sueños azules». Sus manos sustentaron libros, con ellas jugó a la pelota criolla,  dio el saludo solidario y las unió en oración al Cristo Redentor.

Cincuenta países enviaron sus condolencias en este marzo pesaroso, once países decretaron «duelo nacional» en su honor, millones de compatriotas hicieron colas de horas para verlo por última vez.  Me conmovió ver a sus hijas haciendo guardia de honor alrededor de su féretro; su hija mayor Rosa Virginia, la segunda María Gabriela, la que tiene el temple de su padre. Ambas fungieron como Primeras Damas de la nación desde el 2005.

El varón es el tercero, Hugo Rafael Chávez Colmenares de 28 años de edad, de pocas apariciones públicas. Son sus tres hijos con la primera esposa Nancy Colmenares, humilde mujer llanera. Su hija menor es Rosinés Chávez Rodríguez,  hermosa larense de 15 años de edad y su nieta Gabriela. Todos se mostraron con entereza, trajeados de riguroso negro, con el dolor reflejado en sus rostros y en su silencio.

He leído muchos tuits con frases para homenajear al comandante Hugo Chávez, con múltiples reconocimientos para el líder llanero que se fue a los 58 años de edad. Un tuit que me conmovió, lo escribió una mujer de nombre Rosaura, en la foto de su ícono refleja unos treinta años. Ella dijo: «Hice una cola de seis horas, pero vi a mi comandante, me despedí de él. Tengo el alma rota».

Creo que pasarán muchos años para que América Latina tenga un líder con una conexión tan natural y directa con sus pueblos como Chávez, un hombre que a pesar de ser militar, sus manos no fueron empleadas para las armas, sino para la construcción de una nación, para sembrar el bien y ser  solidario con los marginados. 

Él dio un inmenso apoyo a la cultura. Ese fue Hugo Rafael, el muchacho con quimeras de pelotero, hijo de dos maestros de escuela; Hugo de los Reyes y Elena Frías,  que se convirtió en el presidente número 42 de nuestra nación. Un barinés que amaba el canto, lo popular y  que  en este marzo se hizo universal. Ahora es espíritu guía de las sabanas venezolanas.

León Magno Montiel
Twitter @leonmagnom

Yerran por completo quienes se obstinan en afirmar que sólo los zulianos pueden cantar bien la gaita. La prueba más irrefutable de ello la representa  José Tineo: El cantor de Guacuco.

«Y es que en Oriente mi hermano
la mar tiene  otro color
el amarillo del sol es un poco azafranado
el aire es menos pesado y la luna es una flor
perfuma con amor a quien está enamorado
por eso Oriente cuñao, lo llevo en mi corazón».
Henry Martínez (Aragua,1950)

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 09, Abr. 2013 (D58).- La voz oriental de la gaita, Ángel José Tineo Ágreda, llegó a Maracaibo, como tantos jóvenes venezolanos atraído por el sonido del aldabón petrolero en los años cincuenta. Dejó la brisa marina de su Península de Paria, para abrazarse con el viento lacustre, que  llenó sus oídos de décimas, las danzas de Armando Molero y  gaitas que aún canta con excelencia.

Él es un hijo de marzo, nació el primer día de ese mes de 1942. Su primera figuración musical la tuvo con el conjunto del Liceo Udón Pérez cuando grabó el tema «La muñeca» en ritmo orquídea. Después obtuvo el primer premio en el Festival de Autores y Compositores Zulianos, con el vals «Caracas estás bella». Ese certamen le sirvió de catapulta para su carrera de solista. Entonces era un joven que no llegaba a los veinte años.

En 1961 formó filas del Conjunto Pitoquín. Al año siguiente fue miembro fundacional de Cardenales del Éxito. En esa divisa poderosa de la gaita estuvo desde 1962 hasta 1966 al lado de Ricardo Aguirre con quien grabó el tema «Gaiteros» de Luis Ferrer:

«Vienen ya, vienen los gaiteros
vienen ya trayendo alegría
preparen la sabrosa cena
y sobre la mesa
pongan la alegría
cantemos olvidando penas
que la noche buena
llega con el día».
(Ferrer, 1965)

Sólo cinco solistas grabaron a dúo con Ricardo Aguirre, José Tineo es uno de ellos.  Él posee una tesitura de barítono, con un dejo porteño en su timbre, como todos los cantores de su generación, absolutamente permeada por el tango.

Con su voz elegante y afinada pegó temas muchos cardenaleros como «Dónde está San Nicolás» de Iván Pérez Rossi en 1965, obra que llegó a sus manos gracias a Douglas Soto, quien se lo pidió a su autor en Mérida donde ambos estudiaban. Iván, nativo del estado Bolívar,  conoció bien la gaita cuando cursó estudios de ingeniería en la Universidad de los Andes ULA rodeado de zulianos, él siempre sintió admiración por Tineo, por Ricardo Aguirre y los gaiteros que protagonizaron el boom del género  en la radio y televisión  de los años sesenta.

En 1967 Ángel José ingresa a Estrellas del Zulia y graba «Joseito el parrandero» de la autoría de Wolfang Larreal, ese año compartió escenario con Gustavo Aguado quien grabó «Pasión Indiana». 

Con esa agrupación viajó a Caracas, sonó en las emisoras de todo el país hasta la temporada de 1968, cuando recibió el llamado de los hermanos Aguado León para ser parte del Conjunto Estudiantil Los Guacos del Zulia. La agrupación ensayaba en la casa de la familia Aguado, en la pionera Urbanización Sucre.
 
José  estuvo en Guaco desde el año 1969, con ellos grabó el tema del maestro Willy Gamboa «Homenaje Don Armando Molero» en 1970, un reconocimiento de los jóvenes músicos de la época al juglar más popular de Maracaibo, el cantor más icónico de danzas y bambucos. Él cada  mediodía se hacía presente en los hogares a través de la radio. Molero moriría dos años más tarde, el 5 de febrero, lleno de gloria y reconocimiento artístico de su pueblo.

«Con su permiso Don Armando Molero
pues cantarle yo quiero
 mire qué compromiso.
Usted que siempre
le ha cantado a su pueblo
en nombre de este pueblo
le doy gracias por ello».
(Gamboa,1970)

En las décadas de 80 y 90 Tineo ha grabado como invitado especial con las agrupaciones Candela de Jesús Morillo y Los Colosales de Ricardo Cepeda, quien es su amigo y fervoroso admirador.

Ángel José Tineo Ágreda celebró junto a su esposa Vicky Zamora y sus hijos José Manuel, Carlos Eduardo, Miguel José y su princesa Rosa Virginia sus 71 años de vida, con el coro provecto del conjunto Gaiteros de San Sebastián. En la actualidad es solista de ese conjunto típico, que hace las gaitas como en años cincuenta y es parte del directorio de la Fundación de la Gaita Ricardo Aguirre Fundagraez. Desde allí sigue brindando su sabiduría, mostrando su elegancia y maestría al cantar.
Hace seis décadas Tineo dejó las hermosas playas de la península de Paría, sus amaneceres de azafrán, sus cantos de pescadores desde peñeros repletos de peces, para sembrarse en el corazón del Zulia, su puerto y su lago. Ese esfuerzo no fue en vano:

«Los niños pobres preguntan
dónde está San Nicolás
y los niños ricos juegan
felices en navidad….».
(Pérez-Rossi, 1965)

León Magno Montiel
Twitter @leonmagnom

Para los antiguos griegos una persona tenía buena salud cuando estaba de buen humor, cuando su bilis o fluidos se encontraban en equilibrio. Desde entonces, el humor es considerado un triunfo del espíritu, un estado ideal.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 08, Abr. 2013 (D58).- Para Sidmung Freud es el mayor mecanismo de defensa,  ayuda a equilibrar las emociones y da fortaleza ante las frustraciones. Los endocrinólogos consideran que el humor sana y fortalece el sistema inmunológico.

Es considerado una eficaz técnica de seducción, sobre todo las mujeres se enganchan con el hombre que tiene sentido del humor. El humor está  estrechamente relacionado con la inteligencia, supone la capacidad de reírse de sí mismo, a diferencia de la ironía que conlleva a reírse de los demás. En definitiva, el buen humor es genialidad.

La persona que conozco con más talento para el humor es Javier Bertel, el chistólogo de risa contagiosa, casi vírica. Nacido el 8 de mayo de 1958 en Cartagena de Indias, en una colorida barriada en la periferia de la heroica ciudad amurallada. Es hijo del miliciano Domingo Guzmán Bertel en Élida Luz Meza, ambos costeños raigales. Javier, al igual que muchos niños  creativos, fue criado por su abuela materna Manuela Josefina Elles en Maracaibo, muy cerca del otrora célebre Hotel Granada.

Creció en un mundo de reminiscencias costeñas, que contrataba con sus vivencias en las calles de Valles Fríos, llenas de gaitas, de humor maracucho y de los fantasmas que habitaban en el Granada, el hostal abandonado y ruinoso donde se hospedó Carlos Gardel en 1935, un mes antes de morir en Medellín.

Desde niño sintió atracción por la música y por las ciencias biológicas, la natura, a tal punto, que decidió cursar  la licenciatura en Educación, mención Biología y Química en la Universidad del Zulia. Allí se destacó en los grupos estudiantiles por su dote de animador, su solvencia para verbalizar  y su  comicidad innata.

Comenzó sus andanzas en la gaita en el liceo, siempre como solista y presentador de gran carisma. Profesionalmente entró a la gaita con el Grupo Montuno junto a Milton Pereira, Renny Ríos, Los hermanos Kristen, los hermanos Prieto y Ozías Acosta Monzant, su fraterno compañero. Grabó el éxito «El italiano», contó miles de chistes en la década de los ochenta. 

Comenzó a trabajar como animador en los sitios nocturnos de Maracaibo, se convirtió en una referencia de las noches en «Peñas blancas», «Guatopo», «Mi vieja discoteca» y en el «T-Bone de la isla de Margarita». Desde muchas ciudades del país venían a verlo actuar.

En paralelo a las tarimas, Javier Bertel Meza incursionó en la radio junto a Orlis Viloria, en la emisora Maracaibo 740 AM, allí realizaba sketchs de humor, enfatizando la forma de ser del ciudadano común. Viloria lo bautizó como Javier Margarito:«El maracucho caliente».

En 1985 comenzó en el programa Sabor Gaitero en Radio Calendario 1020 AM, espacio trasmitido de lunes a viernes que yo había fundado un año antes. Javier presentaba sus chistes «sin groserías» tres días a la semana,  lo alternaba con las entrevistas a los gaiteros, especiales a las grandes figuras del género. Llegamos a marcar varios récords de sintonía.

En ese primer año de nuestra dupla radial, Ricardo Portillo nos obsequió un jingle que decía:

                                          «Abierta la puerta está
                                          para la gaita zuliana
                                          reina pura y soberana
                                          de Sabor Gaitero.
                                          León Magno Montiel
                                          la gaita la goza
                                          y el pueblo retoza
                                          con Javier Bertel..»

Crecía la popularidad de Bertel, sus contrataciones y crecía su familia junto a su primera esposa Mariela Méndez y su primogénita Ada Manuela, nacida el 23 de septiembre de 1983. Ada, hoy en día, tiene  29 años de edad, es licenciada en Comunicación Social egresada de la URBE, una destacada locutora y cantante.

Después llegaron dos hijos más, producto de su segundo matrimonio con la economista y catedrática Nayleé Semprún: Javier Guzmán Bertel Semprún, también egresado en Comunicación Social y la adolescente Xaviera Bertel Semprún.

En 1987, Cigarrera Bigott nos contrató para animar la Gira Regional de la Orquesta de los Hermanos Carruyo, banda que recién inauguraba Argenis. Éste  venía de una larga pasantía con Dimensión Latina en Caracas, Ender su hermano menor, había estado varios años en las filas de Billo´s Caracas Boys.  Javier y yo fuimos los anfitriones y presentadores en los principales clubes de la Costa Oriental del Lago, Machiques y Maracaibo.

En esa gira se consagró con el chiste referido al «cuarteto de guitarristas ciegos», que al finalizar su actuación en La Villa del Rosario salieron en un Ford viejo hacia Maracaibo y se les accidentó. Cuando nosotros dos les pasamos por un lado en mi Malibú achacoso, y vimos a los cuatro ciegos empujando el Fordcito, y un joven chofer al volante, Javier le gritó: «Desconsiderao, tenéis a esos pobres cieguitos sudando, empujando ese carro. Y el chofer le contestó: Y que queréis payaso, que los ponga a manejar».

A finales de los años ochenta fundó su programa radial «La ensalada de Javier» en Fabulosa Stereo 94.7 FM, ya próximo a celebrar 25 años en el aire, con alto rating, un gran encendido en taxis y hogares. Sus oyentes le envían sus chistes de vuelta, lo retroalimentan de forma creativa y graciosa cada mañana.

Él se siente orgulloso de haber pertenecido al Grupo Montuno, fueron impositores de la celebérrima gaita «Canto a la vida», temporada 1979, del compositor William Kristen

                                            «Surcan los caminos de mi mente
                                            los recueros aún presentes
                                            de mi vida en sus albores,
                                            vuelan cual gaviotas en el aire
                                            que parecen conjugarse
                                            dando formas y colores».

Ese tema  sonó en toda Venezuela y se convirtió en un clásico del género.
Después  Javier creó su propia agrupación «Los Jocosos», con ellos tuvo mucho éxito, lograron  múltiples presentaciones. A finales de los años 90 fundó su actual banda «Los Tremendos de Javier». Con quienes grabó varios álbumes de chistes, asesorado por Danilo Bautista y Gustavo Vecino, contó con  el respaldo del sello TH-Rodven.

Como artista del humor, su principal característica es que hace sus chistes sin obscenidades, sin palabras vulgares, siempre acompañados de su risa magnética, su show es apto hasta para los niños.
Uno de sus chistes clásicos: «Entran un negro y una catira al zoológico, el portero estaba tomando licor. Mientras tanto el negro y la catira le dan la vuelta al zoológico y aprecian los distintos animales: el león, el elefante, la jirafa. Cuando van de salida el portero que ya estaba borracho, grita: Ey, ey catira ¿pa' donde te lleváis al mono? Le dice el negro:”Ve que yo si te clavo la mano”  Ajooo y se iba a llevar al que habla…!».

Actualmente  está al frente de su programa de radio  y  el de televisión «Javier echame uno» en el canal Televisa de la familia Rocca, grupo que ha sido su mecenas en el mundo de la comunicación por más de dos décadas.

El muchacho jovial del sector Valles Fríos, que animaba las veladas gaiteras, que hacía las noches amenas con su jocosidad, hoy en día es una gran figura del humor, que ha alternado con humoristas de la talla de El Conde del Guácharo, del cubano Álvarez Guedes y Moncho Martínez. Él  supo compartir escenarios con Carlos Sánchez Tomate y El Gallo de Veritas en nuestra ciudad.  

Es un hombre con mucho apego a la vida familiar, le gusta estar rodeado de sus tres hijos y sus dos nietos: Sofía Dariana y Rubén Javier, a quien llama Dominguito en homenaje a su padre.

Para Javier el humor es su apostolado, su misión es hacernos reír para tornar más llevadera nuestra existencia. Celebremos las tres décadas de arte y comunicación  del Chistólogo de Venezuela, costeño de origen y lacustre en esencia, con una carrera digna y representativa de nuestra cultura.

Como dirían sus ancestros de la costa atlántica: «Él se ha tronchado las adversidades de su vida y nos ha hecho carcajear de las nuestras. Es un apóstol que prodiga sonrisas, y con su ángel,  espanta al diablo cuando anda suelto, tentando transeúntes por los lados de la carreta Unión».

«No es que yo le tenga miedo a la muerte, es que preferiría estar en otra parte cuando llegue». Woody Allen (Nueva York 1935).

León Magno Montiel.
Twitter @leonmagnom

El argentino Julio Bevione llegó a nuestra ciudad por segundo año consecutivo. «Tiempo de transformación» es el nombre de la conferencia que presentará mañana 14 de marzo, a las 7 de la noche, en el moderno Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (MACZUL).

Maracaibo, Zulia, Venezuela 13, Mar. 2013 (D58).- Julio Bevione es un periodista y escritor cordobés (Argentina) que se ha dedicado a compartir sus ideas para ayudar a las personas a encontrar entendimiento interior y a iniciar un proceso de autoconocimiento y descubrimiento espiritual.

Este martes previo a su charla, en un encuentro programado, pudimos conocer más a fondo sobre este maravilloso conferencista y nauta de la espiritualidad humana.

Pasadas las 4 de la tarde aguardába que Bevione bajara de su habitación en la sala bar de un reconocido hotel de la localidad. Mientras, disfrutaba de un aromático y sabroso café, ansioso por cumplir mi deuda pendiente de hace un año atrás, cuando visitó nuestra tierra y no pude asistir al encuentro.

La entrevista se tornaba un tanto incierta, tal vez por la falsa creencia de que los argentinos abusan de su ego y autoestima, cosa que no dista mucho de esa misma fama que poseemos los maracaiberos en el entorno nacional.

El encuentro no se hizo esperar y en minutos Bevione apareció en aquel espacio dispuesto para tal fin. Ante mí, se mostraba un hombre sencillo de cabello casi cubierto prematuramente por el color blanco de los años, a pesar de que solo cuenta con 41 años.

El saludo de rigor se hizo presente; «¡Bienvenido a Venezuela! y ¡bienvenido a Maracaibo!», expresé. Frase que sirvió de preámbulo para que Bevione rompiera el hielo y entre risas comentó «¡Gracias! claro, Maracaibo es como otro país».

Su carisma y personalidad formaron parte principal de la entrevista, que más que eso, se convirtió en una amena tertulia entre amigos.

Julio Bevione vive desde hace 18 años en USA y los últimos 3 años fijó residencia en la ciudad de New York.

¿Cómo visualizamos la necesidad de un cambio en nuestra vida?. —Pregunté al momento que cambiábamos de mesa, la anterior se columpiaba en una suerte de péndulo, conspirando con el ambiente ameno—.
«Para hacerlo simple la forma de identificar lo que ya no es, lo que hay que sacar, lo que hay que cambiar es lo que se siente mal, lo que se siente pesado, lo que te aburre,  lo que ya te cuesta hacer es como llevar un peso muerto, si alguien te pone un cuerpo humano vivo, tú lo puedes llevar, te lo ponen muerto y es difícil sostenerlo. Un peso sin vida eso es lo que representa energéticamente aquello que hacemos. A veces, una idea que al pensarla o una forma de ser que al actuarla no se sienta bien, pues ya está vencida,  la forma de reemplazarla es encontrar algo que efectivamente se sienta bien, pero en el medio ocurre algo que los seres humano llevamos y es que, no nos sentimos merecedores de lo bueno».

¿Por qué sucede esto?
«Bueno, por cultura, porque tenemos toda una cultura de darle valor a lo negativo, porque lo negativo nos facilita el drama y nos encanta el drama nos duele pero a su vez el dolor también nos gusta. Hay una creencia de que si no duelo no es bueno, es mucho más fácil pensar que tengo a alguien que me golpea a pesar que puedo estar solo, la solución por más buena que es siento que es peor que el malestar que estoy viviendo y esto porque estamos adiestrados al drama, y eso es lo que esta vencido y eso va a cambiar, ya está cambiando, ya hay mucha más gente, más rebeldes que se anima hacer esos cambios, el mundo va hacia eso».

«Entonces esa es mi tarea, educar en esa parte de nuestra vida que no hemos sido educados por ejemplo; de niños, no le hemos dicho a los niños, presta atención a cómo te sientes antes de hacerlo y si no te sientes bien no lo hagas todavía, le hemos dicho, aunque te sientas mal lo vas a hacer.  Claro hemos sido instruido para otro mundo, para un mundo de dolor, un mundo de sacrifico, para un mundo de drama, entonces requiere esta nueva educación, pero básicamente los pilares son esos y es lo que no se siente bien ya está vencido. Entonces empezar a enfocar en lo que se siente bien», afirmó Bevione.

«Este país o cualquier país, en vez de enojarnos con lo que ya no nos gustas, empecemos a poner nuestra atención en lo que si nos gustas, en lo que se siente bien. Si cada uno de ustedes los venezolanos se levantara en la mañana pensando: ¿cómo voy hacer para que ese país que está en mi mente, que aún no veo afuera, comience a ocurrir?.  Por ejemplo ser más respetuoso,  voy a empezar yo,  porque cada vez que yo sea respetuoso no importa si el otro me responda, pero yo me sentí tan bien, me sentí mucho más bien de cuando yo me enojaba, eso nuevo lo construyo a partir de poner atención, porque por ejemplo yo digo: ¡quiero ser más tolerante! pero cuando lo llevo a cabo lo que hago es enojarme con el que no es tolerante, en vez de ser más tolerante yo, entonces esa disyuntiva es aún donde estamos parado» agregó Bevione en alusiva a la situación social reinante en Venezuela.

¿Cuándo descubriste esa necesidad de enseñar y ayudar al prójimo?
«Cuando era niño era muy curioso y siempre quería compartir con mis amiguitos lo que descubría y entre los 20 y los 27 tuve como una búsqueda interior de entender del porque de un montón de cosas, cosas básicas de la vida; ¿para qué estoy aquí? ¿porque vine? (…)  Entonces a los 28 se me ocurrió empezar a juntar amigos en Miami y a compartir estas cosas y bueno eso fue generando una bola de nieve que fue creciendo, que terminó siendo un libro y ese libro terminó siendo nueve libros y hacer conferencias».

Bevione me confesó con mucha humildad: «Todavía siento cuando estoy en una conferencias, que todavía estoy en ese momento de cuando comparto con mis amigos sabes.  Por eso a veces me cuesta meterme en el rol del buen conferencista; porque lo que hago es pararme a hablar, porque siento que eso es lo que debo hacer, no soy un profesional de la palabra incluso no quiero que se queden conmigo, quédense con mi idea, porque yo paso, yo me voy, pero la idea queda, entonces no te distraigas con mi forma de hablar. Piensa lo que estoy diciendo y quédate con la idea».

¿Cuando tienes tiempo para ti?
«Lo hago, lo hago generalmente paro, entre viajes paro, por ejemplo ahora llego a mi casa y me quedo por diez días solo, solo implica eventualmente ver a mis amigos y eso, pero tiempo para mí. Dos veces o tres veces al año paro completamente y me aisló, por ejemplo en la primer semana del año en enero me fui una semana al norte de Nueva York, que había 20 grados bajo cero, que me obligaba a estar quieto y me quedo quieto, literalmente quieto no llevo ni mi teléfono, porque ese es mi tiempo y es lo que siempre sugiero a todo el mundo, si tomáramos ese tiempo para nosotros podríamos entender mejor que aquel que me grita está enojado por algo pero no conmigo, pero si yo estoy cansado y me gritan, yo voy a reaccionar porque estoy cansado y ese tiempo no es un tiempo de retiro es darnos dos horitas a la semana, darnos un tiempito más en la cama cuando nos despertamos, no agarrar el teléfono inmediatamente, darnos diez minutos como para estar con nosotros, esas pequeñas cosas hacen la diferencia».

También me reveló que le encantaría en estos momentos hacer televisión, pero a pesar de recibir varias ofertas, siente que no es el momento. «He tenido propuestas pero siento que aun el formato televisivo está un poco contaminado para lo que yo quiero dar y sé que va a llegar el momento, digamos las propuestas que he recibido es adaptarme yo a un formato con el que no quiero colaborar que es el drama, pero siento que por ahí puedo colaborar más porque eso integra las dos cosas, integra la palabra hablada, integra la escritura porque hoy día la televisión también es gráficos e información pero además me libera de viajar tanto porque podría hacer un programa que llegue a mucha gente sin tener que estar presente en cada lugar, aunque nunca dejaré de viajar pero no con la frecuencia que lo hago. Así que esa es mi intención veremos qué pasa».

Con referente a la conferencia que dictará este jueves me comentó sobre un patrón que tiene diseñado, el cual se distribuye en; presentación, teórica y conversada, esta última enmarcada en la partición del público asistente.

El venezolano ¿Se resiste al cambio interno?
«El venezolano y el latinoamericano se resiste a mirarse, tienen la tendencia a mirar demasiado hacia afuera y hay una creencia muy obvia o por estos años ha estado muy clara y es la creencia de que el país puede cambiar cuando cambie un presidente, y te puedo mostrar en la historia de la humanidad miles de imperios, de países, de sociedades que los presidentes han cambiado y el pueblo sigue igual, y me parece una creencia ya un poco inmadura de parte de una sociedad que sigan esperando que un cambio venga porque cambie una persona».

¿Cuál es el camino para el cambio en una sociedad como la nuestra?
«Básicamente empezar a construir lo que quieran ver o que están esperando de los demás, que haga una lista todo el mundo, que se pongan hacer una lista, que es lo que espero del nuevo presidente, que es lo que espero de mi pareja, que es lo que espero de mi madre y empiecen hacer eso ustedes, básicamente es eso hay, una falta de responsabilidad individual en lo que quieren crear, porque hay ideas y esta es la cosa. Venezuela es un país muy creativo, hay una conciencia colectiva de creatividad pero seguimos esperando que ese plano que he diseñado que esta tan lindo, que esa casa la construya otro, entonces dar ese paso, yo creo que solo eso alcanza porque están diseñados para crear grandes cosas».

A sus escasos 40 años Julio Bevione  ya ha escrito 9 libros. «Espiritualidad para una vida más fácil, simple y abundante» es el último de ellos. ¿Cuál de tus libros te ha llenado más como ser humano?
«Cada uno ha traído su regalo, pero de los que más cariño puedo tener es el primero, porque no fue pensado como libro, el primero fue pensado como una compañía, para un acompañante escrito para un seminario de fin de semana el primero que di y se transformó en libro, porque alguien me hizo una entrevista como esta, para la agencia EFE de noticias de España y cometió el error bendito de decir que yo tenía un libro y me llaman de Telemundo para que fuera a presentar el libro y no lo tenía, y digo pero no, no tengo libro, "pero ya han editado llevás el libro", me responden y terminé editando eso y bueno mi camino se inició a partir de ese bendito error que fue ese libro, entonces es como un niño que de pronto tú crees que no le va a gustar estudiar y termina siendo médico, a ese libro le estoy muy agradecido».

Al final de la conversación le pedí a Bevione que me comentara sobre nuestra gastronomía, si había comido arepas o patacones zulianos, para mi sorpresa me explicó que la arepa forma parte de su dieta. «En Nueva York existe un barcito que se llama "Caracas Arepas Bar" muy frecuentado, más americanos que latinos, ahí consigo buenas arepas. Aquí en Maracaibo hay mucha buena comida y muy sabrosa pero... que mi estómago no soporta, ya he probado y he terminado en cama dos días, entonces voy suave». Haciendo referencia a nuestra tradicional comida sazonada con leche de coco.

¿A dónde quieres llegar?
«No lo sé, no lo sé porque siento que la vida, porque más que yo haya querido cosas, la vida me ha llevado por donde ha querido, entonces quiero llegar a donde la vida me quiera llevar».

El pasado domingo se presentó en el Hotel Tamanaco, en Caracas, acompañado de Ismael Cala y Carlos Fraga, afirmó que en octubre regresará al país con una agenda más amplia para visitar las ciudades restantes.

Finalmente la tarde cayó y con ella nuestro encuentro con Julio Bevione, ser humano poseedor de ese increible «don de gente» y «buena vibra» del cual muchos adolecemos. Mi deuda estaba saldada.

Firma de libros
Esta tarde, desde las 4.30 Julio Bevione firmará autógrafos en la librería Abraxas (detras del Costa Verde), la única donde se pueden conseguir sus los libros. Una bonita oportunidad para sus seguidores.

Entradas
Las entradas se encuentran a la venta a través de www.mdticket.com o en los diferentes puntos de venta MDticket de la ciudad. El evento cuenta con el patrocinio de Caracucho Producciones y 363 producciones.

Visita su sitio web Julio Bevione | Síguelo en Twitter: @JulioBevione

Entrevista completa (Audio)

Entrevista, redacción, fotos y video: Villasmil, Henry |@Droopy_68









La historia detrás de «Agui» nos muestra a Edgar José Morales, un joven que proviene de una familia maracaibera tradicional, su papá Edgar Morales es dueño de una carpintería y su mamá Elizabeth de Morales trabaja en un ente gubernamental, ellos son los responsables de sus valores como persona. «A mis padres les agradezco que me encaminaran por el bien». José y Mauri Morales son los mayores de la casa por tanto Edgar es el Benjamín.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 08, Feb. 2013 (D58).- Reportaje Especial por: Bravo, Dalmiro.

Su infancia
A los 7 años de edad descubre su gusto por la música, a pesar que en su familia no hay registros de personas relacionadas con la farándula o la música. A los 12 años aprendió a tocar batería y participó como cantante en la coral de una Iglesia, en 1998 estuvo en la Banda Rafael Urdaneta tocando los redoblantes, pero la dificultad para asistir a los ensayos provocó que no continúara su carrera musical.

«Cuando estaba en bachillerato siempre pensé en estudiar veterinaria porque mi tío tiene una hacienda y siempre veía vacas, caballos y otros animales», reconoce Morales.

La música
No fue sino hasta 2005 gracias a las becas Universitarias de la Gobernación que pudo iniciar sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Católica Cecilio Acosta. Allí participó en el Grupo de Gaitas, Edgar recuerda: «me relacioné con los estudiantes de música y aprendí mucho de ellos. La música es una forma de comunicarse».

Edgar ha formado parte de varias agrupaciones regionales: «Sampao», «Los 9 Supernova», y recientemente se está preparando como corista en la agrupación «El Cartel». En un futuro piensa estudiar música, porque quiere aprender más.

Sus inicios
Morales hoy en día tiene 25 años, es Licenciado en Comunicación Social, Técnico Medio en Mercadeo y Ventas, pero advierte que gracias a un curso de Recreación y Animación Dirigida es que hoy desempeña su rol de animador. «Gracias a ese curso tuve la oportunidad de animar la Copa América 2007 junto a la mascota Guaky».

«Durante la Copa América 2007 participé en el voluntariado y me dieron la oportunidad de animar en cualquier lugar donde se promocionara la Copa; es decir en universidades, colegios, escuelas y centros comerciales. En el encendido de luces de la avenida Bella Vista me subí a la tarima junto a Ozías Acosta, fue muy emocionante. Siempre pensaba en estar en una tarima, he luchado por lo que quiero y esa noche inicié el camino de la animación en eventos deportivos». Nos dice un Morales emocionado.

Llegó «Agui»
Posterior a la experiencia de la Copa América, Morales ya estaba confiado y comenzó a disfrutar al máximo cada una de sus presentaciones. Pero más adelante le llegaría el personaje que le cambiaría la vida. En 2008 su amigo Rafael Oswaldo le sugirió a la Gerencia del equipo rapaz que le hicieran un casting, ya que conocía sus habilidades en tarima como animador y cantante. «En ese momento se presentó la oportunidad de ser la mascota de un equipo de beisbol. Fui a las oficinas del equipo me probé el traje y comencé siendo suplente, aparecí en algunos eventos de prueba», recuerda Morales.

Justamente en 2008 hubo un inconveniente con la mascota «Agui» donde fue expulsada por 10 juegos, meses después le ofrecieron el trabajo y lo aceptó, Morales hoy declara: «hace 4 años lo veía como un hobby pero hoy en día es mi trabajo. Me siento contento por la oportunidad de compartir con los peloteros, es un privilegio convivir con ellos y compartir su trabajo. Eso me ha hecho crecer como persona».

El baloncesto es una de sus pasiones, de hecho jugó baloncesto hasta juvenil en selecciones regionales, sin embargo gracias al béisbol conoció a la mascota que representa. «Agui» nace en 1989 porque la Gerencia del equipo observó la utilización de mascotas en las Grandes Ligas y se implementó la idea en Maracaibo.

¿Cómo se arma la rutina de «Agui»? 
—Desde agosto o septiembre yo inicio la preparación física. Dentro del traje de la mascota pierdes mucho líquido, por eso es importante estar bien hidratado y tener una buena condición física. Gracias a Angelina Sardi que es mi preparadora personal tengo una rutina de ejercicios en un gimnasio.
 
¿Qué características tiene «Agui»?
—He hecho varios personajes, sin embargo la gente me reconoce por ser «Agui». Y ese es un personaje que no se limita solo a animar, bailar y ser jocoso, tengo que preparar todas sus presentaciones. Generalmente veo videos en internet, estoy pendiente de los artistas urbanos, tengo una preparación física y mental previa a cada aparición. «Agui» se caracteriza por ser muy jocoso, es un maracucho más, es muy inventor, le gustan los deportes extremos, ha aparecido en helicóptero, se ha subido al techo, ha hecho rappel, hace vueltas hacia adelante, hacia atrás, se para en una mano, baila.

¿Quiénes son los fans de «Agui»?
—«Agui» tiene ya 23 años en el beisbol, de allí que los jóvenes entre 20-30 años crecieron con la mascota y muchas veces ellos son los que quieren tomarse fotos, sin distinción de edad. Sacar el traje en la calle es como ver a Wisin y Yandel, todos son fanáticos de esa mascota. Ir al estadio es tomarse la foto con «Agui», no importa si las águilas ganaron o no. Todos quieren a «Agui».

¿Cómo te preparas para un juego?
—Para un partido siempre llego escuchando música hip hop, luego reviso la rutina preparada, que trucos he realizado, decido por donde saldrá la mascota («Agui» entra en el momento menos esperado no hay un momento específico), reviso las rutinas infaltables; por ejemplo en esta temporada la gente quiere ver bailando Gangnam Style a «Agui», la temporada pasada el baile era Party Rock de LMFAO.

Morales añade: «Ya en el partido "Agui" es un fanático más, está pendiente de la jugada, pendiente del juego, protesta cuando un árbitro se equivoca, sufre cuando no se hacen las jugadas, se pone a ligar el equipo, se pone a rezar, conversa con los jugadores del otro equipo, con el manager, se tira en el campo, se para en la plataforma para animar a la gente. "Agui" es un fanático más de su equipo y lo comparte».

¿Cuántos accesorios tiene «Agui»?
—«Agui» tiene varios accesorios, siempre va con la moda, para bailar el Gangnam Style sale con sus lentes oscuros, cuando baila tropical sale con su camisa playera, lentes y peluca, también tiene traje de rockero, en las bodas se viste de smoking, la temporada pasada se vistió de Rastafari con su colita, gorro y lentes. En navidad se viste de Santa Claus, y generalmente participa en actividades de apoyo social con los peloteros y la gerencia.

¿Qué le debe Edgar Morales a «Agui»?
—Gracias al trabajo con «Agui» se han abierto otras puertas; he representado la mascota «Ali» (caimán de un parque acuático en Maracaibo), gracias a ese trabajo me contactó una empresa de publicidad para trabajar como el «Tigre Chestrer» imagen de una marca de Snacks. También en la Liga Nacional de Fútbol de Salón trabajo con Guerreros del Lago y su mascota «Guerrerito», quien es la única mascota del Futsal.

Y nos da una exclusiva: «Hoy día Aruba se quiere proyectar como una isla familiar y buscando comunicarse con los niños la Gerencia de Turismo ha ideado la mascota “Bonbi”; que es un Cododo, una lagartija azul en peligro de extinción en la isla, (video de la mascota). Ellos me contactaron para representarla».

Planes futuros
—Gracias a los hermanos Sandoval; Pablo y Michael comenzé a trabajar con la primera mascota de un equipo de baloncesto en Venezuela a partir de esta temporada 2013 en la Liga Profesional. Siempre me ha gustado el beisbol, pero el baloncesto me emociona mucho. Bucaneros de la Guaira ya tiene su mascota: «Capitán Buqui» un pirata que conocieron en enero en la rueda de prensa del equipo.

«También vía Twitter la gente está solicitando a "Agui" como mascota oficial de Venezuela para el Clásico Mundial de Béisbol, para mí sería un honor acompañar a nuestras grandes estrellas. Del mismo modo visitaré los Spring Trainning de Grandes ligas para establecer contacto con equipos de ligas menores y poder representar sus mascotas. Quiero arrancar desde abajo, y crecer como animador de mascotas, ahora en el beisbol de las grandes ligas». Concluye muy seguro.

Anécdotas
Revela que en su familia ya no es Edgar Morales: «Eso quedó en la partida de nacimiento, ahora soy "Agui", en las fiestas familiares o en las salidas con amigos, ellos me piden que baile como la mascota, que mueva la barriga pero siempre les digo que esos son pasos y rutinas del personaje que yo no sé hacer».

Relata una experiencia el año pasado para el Juego de la Chinita cuando se montó en el helicóptero: «el piloto Marcelo Botrinni me dio un paseo por toda la ciudad, esa grandiosa experiencia se la debo a "Agui". Otra experiencia bonita en el estadio es con los niños y fanáticos que están allí, ellos bailan conmigo y eso lo disfruto. También estuve trabajando con una empresa norteamericana entregando ayudas sociales en los barrios y ese tipo de actividades me hace crecer como ser humano».

Pero no siempre las cosas salen bien: «Una vez "Agui" se presentó en el Aula Magna de la URU en Carnaval con la comparsa del Club Náutico y al salir se deslizó por el escenario tan rápido que se cayó por la fosa, todo el mundo pensó que formaba parte del show, "Agui" se levantó y todo el mundo aplaudió, hizo su show y al terminar el espectáculo tenía una lesión en la rodilla derecha que ameritó sesiones de rehabilitación».

Comentarios finales
Edgar Morales se reconoce vocero del deporte y quiere enviar un mensaje a todos los fanáticos: «Los jugadores les agradecemos el apoyo al deporte, pero les pedimos que no existan tantos gritos o insultos. Estar en el campo de juego no es fácil y sé que ellos dan lo mejor de sí, ya que es un trabajo que se realiza con mucho esfuerzo y profesionalismo. Les pedimos RESPETO Y PAZ. Que Dios los bendiga a todos».

Twitter: @edgarjmorales y @agui_mascota