Un estudio realizado por expertos del Centro de Investigación de Nutrición y Enfermedades Metábolicas de la Clínica Scripps, en Estados Unidos y publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry indicó que incluir la toronja en nuestra alimentación es fundamental para proteger un órgano tan imprescindible como lo es el corazón, además de otras tres razones importantes sobre todo para la mujer.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 13 de enero de 2016 (D58).- La toronja es un cítrico que tiene varias propiedades que ayudan a desintoxicar el cuerpo y repercuten directamente en nuestra salud. Además, es una fruta con alto contenido de antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro.

Según el Journal of Agricultural and Food Chemistry, si comemos por lo menos una toronja al día, se logra bajar en un 15,5 % el colesterol malo y en un 27 % los triglicéridos, es decir estaríamos disminuyendo las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco.

Otra de las razones para incorporarla a nuestra dieta es porque cuida nuestra piel, por ejemplo: si deseas eliminar esas manchas oscuras de tu piel la toronja puede ser una excelente opción. Sólo debes cortar uno por la mitad, cubrirlo de azúcar y luego frotarlo sobre el área que deseas aclarar.

También lo puedes usar en todo el cuerpo, aunque debes tener precaución con rostro y zonas irritados, ya que funciona como un excelente exfoliante natural.

Si quieres evitar las temibles arrugas, definitivamente debes comerla ya que esta fruta es rica en vitamina C, elemento que permite que tu piel se mantenga firme, tersa y suave si lo consumes frecuentemente. Además, la ingesta de este cítrico estimula la producción de colágeno.

La toronja también funciona como agente adelgazante ya que los compuestos de esta fruta, especialmente la vitamina C, aceleran nuestro metabolismo y permite quemar grasas, además de estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. Con esto se produce un aumento de la energía y la disminución del apetito. 

En el análisis se constató que si consumimos la mitad de una toronja antes de cada comida podríamos bajar hasta 1,5 kilos.

Redacción: Morillo, Fátima
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Investigadores japoneses han desarrollado un material ligero, duradero y resistente al fuego hecho a partir de células vegetales y resina que podría emplearse en la fabricación de partes de automóviles, trenes y aviones, informó este martes 12 de enero el diario Asahi.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 12 de enero de 2016 (D58).- Un equipo de la Escuela superior de Biorrecursos de la Universidad de Mie, en el centro de Japón, ha estudiado las funciones de la lignina, un polímero orgánico que se encuentra en las paredes de las células de las plantas y nanofibras de celulosa.

La lignina es un producto residual de la industria papelera que no tiene valor en sí mismo y suele ser quemado.

Utilizándola como elemento base, el grupo ha desarrollado su «compuesto de nanocelulosa de fenol lignina» (LNCC por sus siglas en inglés), que integra completamente las nanofibras de celulosa dentro de la resina, explicó el profesor Masamitsu Funaoka, al frente del equipo, al periódico nipón.

El LNCC se obtiene dejando a las nanofibras de celulosa y a la resina reaccionar unos minutos a temperatura y presión ambiente.

Todas las plantas terrestres pueden utilizarse para producir el compuesto, según apuntó Funaoka.

Los plásticos reforzados con fibras de vidrio (Prfv) actualmente empleado en sectores como el de la automoción son costosos de reciclar, pero este compuesto de nanofibras vegetales podría facilitar las labores de reciclaje.

Sin embargo, los investigadores tienen un reto por delante a la hora de lograr la comercialización del material, dado que la integración de las nanofibras de celulosa solubles en agua en la resina insoluble es un proceso complicado.

Los científicos investigan ahora métodos para lograr una producción en masa del material que lleve a su comercialización.

Fuente: EFE
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Entre otras muchas consecuencias, el infarto de miocardio produce la muerte de un gran número de células del músculo cardiaco –el consabido miocardio–. Y dado que el corazón es incapaz de reemplazar estas células muertas, el paciente se ve abocado en muchos casos a un trasplante de corazón, sin embargo, investigadores de la Universidad de Kioto, Japón, han logrado «fabricar» células miocárdicas a partir de células de la piel que se injertan perfectamente en los corazones infartados.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 9 de enero de 2016 (D58).- El principal problema de las terapias celulares para tratar el infarto se encuentra en la calidad de los injertos, por lo general conglomerados de células miocárdicas en distintas etapas de maduración.

Como recuerdó Shunsuke Funakoshi, director de este estudio publicado en la revista Scientific Reports, «células en distintas etapas de maduración se combinan y se trasplantan juntas. Y según su etapa de maduración, las células cardiacas pueden comportarse de una forma muy diferente».

Así, el objetivo de esta nueva investigación fue identificar cuál es la etapa óptima de maduración de estas células para su uso en la terapia celular del corazón infartado.

Más rápido y eficaz
En el estudio, los investigadores reprogramaron células de la piel en células madre pluripotentes que, a su vez, se diferenciaron en células del miocardio en distintas etapas de maduración.

Posteriormente, los autores trasplantaron las nuevas células miocárdicas en corazones de ratones en los que se había provocado un infarto, observando que aquellas que se habían diferenciado durante 20 días –y ni un día más ni un día menos– tenían las mayores probabilidades de ser aceptadas por el huésped. O dicho de otra manera, el período de maduración óptimo para lograr la máxima viabilidad de un injerto de células miocárdica es de 20 días.

El siguiente paso es establecer si, como sucede en los ratones, este período de estos 20 días de maduración es igualmente óptimo en los seres humanos. Como reconoce el propio Shunsuke Funakoshi, «necesitamos realizar pruebas con animales más grandes que un ratón».

Asimismo, la identificación de la fase de maduración óptima de las células del miocardio permitirá mejorar las actuales terapias celulares para tratar el infarto. No en vano, la identificación de la maduración óptima permitiría que todas las células del injerto resultasen viables, lo que reduciría el número de células requeridas –un número que, a día de hoy, se eleva a varios miles de millones por injerto– y, por tanto, acortaría los tiempos para su producción y trasplante en el paciente.

Fuente: ABC
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En un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, se observa cómo el uso de un anticuerpo diseñado para bloquear la hormona aP2 mejora el mecanismo de la glucosa y reduce la esteatosis hepática. El estudio se realizó primeramente en ratones, el siguiente paso será evaluar en profundidad la eficacia y seguridad de estos anticuerpos en el laboratorio antes de su utilización en seres humanos.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 30 de diciembre de 2015 (D58).- La acumulación de tejido adiposo –es decir, el tejido en el que se depositan los lípidos o grasas– en la obesidad da lugar a un aumento de los niveles de la hormona aP2, lo que a su vez conlleva un incremento del riesgo de desarrollar distintas enfermedades metabólicas, entre otras la diabetes tipo 2 y la esteatosis hepática –comúnmente conocida como hígado graso–. Tal es así que la reducción de los niveles de aP2 debería conllevar una reducción del riesgo para estas enfermedades.

Como explica Gökhan S. Hotamisligil, director de esta investigación publicada en la revista Science Translational Medicine, «nuestro estudio ha posibilitado dos hallazgos importantes. En primer lugar, ha constatado el papel crítico que juega la hormona aP2 en el metabolismo anormal de la glucosa. Y en segundo lugar, ha demostrado que la aP2 puede ser utilizada como una diana efectiva para el tratamiento de la diabetes y de, si bien potencialmente, otras enfermedades inmunometabólicas».

Próximamente en humanos
Numerosas investigaciones previas ya habían demostrado que las personas con obesidad, diabetes y aterosclerosis tienen unos niveles elevados de aP2  –también conocida como proteína de unión a ácidos grasos (FABP4)–, así como que las mutaciones que reducen la concentración de esta hormona dan lugar a una reducción significativa del riesgo de diabetes, dislipidemia y enfermedades cardiovasculares.

Por tanto, el objetivo de este nuevo estudio fue el de evaluar el efecto del bloqueo de aP2 por medio de anticuerpos monoclonales específicamente diseñados en el laboratorio. Y de acuerdo con los resultados, uno de estos nuevos anticuerpos no solo mejoró significativamente la regulación de la glucosa en dos modelos independientes de obesidad en ratones, sino que también se asoció con una reducción significativa de la esteatosis hepática.


Como concluyen los autores, «estos anticuerpos monoclonales tienen el potencial para convertirse en una primera familia de fármacos para combatir las enfermedades metabólicas e inmunometabólicas asociadas a la obesidad».

Fuente: ABC.es
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La combinación de dos fármacos, un antiinflamatorio y otro que actúa sobre la dopamina, puede hacer más eficaz el tratamiento contra el dolor crónico, según un estudio con roedores publicado este lunes 21 de diciembre en la revista Nature Neuroscience.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 22 de diciembre de 2015 (D58).- Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad estadounidense de Northwestern descubrieron además que una región del cerebro que controla si nos sentimos contentos o tristes, así como las adicciones, es remodelada por el dolor crónico.

El tratamiento recupera esa región cerebral y reduce de forma drástica los síntomas del dolor en un modelo con animales, indica el estudio.

Al entender la causa que genera tales cambios en el cerebro «fuimos capaces de diseñar un tratamiento corrector que funcionó realmente bien en los modelos con animales». «La cuestión ahora es si funcionará también con humanos», señaló uno de los autores del estudio James Surmeier, para lo que están realizando un test clínico.

El nuevo tratamiento combina un medicamento conocido como L-dopa, y un antiinflamatorio no esteroideo, ambos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.

Los resultados sugieren que complementar los antiinflamatorios, que es el tratamiento más común contra el dolor, con medicación que activa los receptores de la dopamina o aumenta los niveles de ese neurotransmisor «puede ser más eficaz» para tratar el dolor crónico y prevenir que se cronifique.

Suministrada a roedores con dolor crónico, la combinación de ambas medicinas tiene como objetivo los circuitos cerebrales del núcleo accumbens (una zona del cerebro situada en cada hemisferio) y elimina por completo el comportamiento en los animales del dolor crónico.

El tratamiento tiene «el potencial de prevenir el dolor crónico» si se usa lo suficientemente rápido después de producirse la herida que lo causa, dijeron los científicos.

«Para nosotros fue sorprendente (descubrir) que el dolor crónico realmente reconfigura la zona del cerebro que controla si te sientes contento o triste», señaló Surmeier.

El estudio «muestra que se puede pensar en el dolor crónico como si el cerebro se hiciera adicto al dolor, de hecho el circuito cerebral relacionado con las adicciones está implicado en el proceso del dolor», indicó Apkar Vania Apkarian, otro de los autores del estudio y profesor de la misma universidad.

Los científicos descubrieron que a los pocos días de sufrir una herida que provoca el dolor crónico hay un grupo de neuronas, las cuales se cree que son responsables de las emociones negativas, que se hiperexcitan y refuerzan su conexión con otras zonas del cerebro vinculadas a la percepción del malestar.

El siguiente paso fue dilucidar si este cambio estaba causado por una disminución de un neurotransmisor llamado dopamina.

Cuando los científicos administraron la combinación del antiinflamatorio no esteroide y la L-dopa, que aumenta los niveles de dopamina, se revirtieron los cambios en el cerebro y se paró el dolor crónico en los animales.

Esos resultados establecieron que el dolor crónico «no puede ser visto solo como un fenómeno sensorial sino que está íntimamente relacionado con las emociones», agregó Apkarian.

Fuente: EFE
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Un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Infecciones de Japón han descubierto que una proteína hallada en humanos tiene efectos inhibidores sobre el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Maracaibo, Zulia, Venezuela, 26 de noviembre de 2015 (D58).- En concreto, las células en las que se encuentra este tipo de proteína, denominada «MARCH8», no infectan a las células sanas del individuo, según las conclusiones del grupo de investigadores nipones.

Uno de los científicos que participó en la investigación, Kenzo Tokunaga, espera el desarrollo de un medicamento que ayude al cuerpo humano a producir esta proteína con la que se podría tratar a pacientes con inmunodeficiencia humana.

El estudio del Instituto Nacional de Infecciones de Japón se basó en el cultivo del virus del sida usando células con MARCH8 y otras en las que no se hallaba esta proteína, tras lo cual concluyeron que la mayoría de las que portaban MARCH8 no infectaron a otras sanas.

Este hallazgo médico podría beneficiar a los 36,9 millones de personas que son portadoras del VIH, de las que 15,8 millones reciben tratamiento antirretroviral, según datos de la agencia de Naciones Unidas contra el Sida (Onusida).

Fuente: ABC.es